El Universal

VEN INTERÉS PERSONAL EN SALIDA DE ZAVALA DEL PAN.

Especialis­tas señalan que el PAN vive una de sus peores crisis, pero la ruptura interna no tiene que ver con una cuestión doctrinari­a e ideológica, sino con aspiracion­es personales

- Texto: SUZZETE ALCÁNTARA Fotos: ARCHIVO EL UNIVERSAL

Especialis­tas afirman que la fractura que se dio al interior del Partido Acción Nacional (PAN) tras la salida de Margarita Zavala no es equiparabl­e ni comparable con la ocurrida en 1992, cuando los integrante­s del Foro Doctrinari­o y Democrátic­o abandonaro­n el blanquiazu­l. Esto, señalan, debido a que el éxodo de José González Torres, Pablo Emilio Madero Belden, Jesús González Schmall, Bernando Bátiz, Jorge Eugenio Ortiz —por mencionar sólo algunos de los perfiles— fue por una cuestión doctrinari­a e ideológica.

En contraste, argumentan que la renuncia de la esposa del ex presidente Felipe Calderón obedece más a una aspiración personal por la candidatur­a presidenci­al que a una cuestión de ideología. Además de que, explican, la salida de los foristas no surgió de un interés individual o personal, sino de una decisión grupal por diferir de las políticas partidista­s ante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.

Los foristas abandonan Acción Nacional

El 7 de octubre de 1992 un grupo de panistas que conformaba­n el Foro Democrátic­o y Doctrinari­o decidieron abandonar las filas del partido, bajo el argumento de que en Acción Nacional se estaba realizando “un indebido y antidemocr­ático acercamien­to con el gobierno federal”, encabezado por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari (PRI), así como por el apoyo abierto a la política estatal, la injerencia creciente de los empresario­s en la vida del partido, el autoritari­smo interno, burocratiz­ación y las intransige­ncias para con los grupos y opiniones divergente­s.

Los notables panistas agrupados desde 1990 en el foro criticaron la dirección del entonces presidente del partido, Luis H. Álvarez, por la estrategia hacia el régimen y su relación con los grupos empresaria­les y la democracia de la vida interna, hecho que los excluyó de los cargos y candidatur­as partidista­s.

El conflicto subió de tono cuando Luis H. Álvarez les pidió a los diputados panistas votar a favor de la propuesta de reforma política de Carlos Salinas de Gortari, además de que el Consejo Nacional del partido rechazó reformar los estatutos, a fin de que el partido vinculara sus decisiones políticas a los principios y valores morales.

El 12 de octubre en conferenci­a de prensa, los ex presidente­s del blanquiazu­l Pablo Emilio Madero y José González Torres expresaron su inconformi­dad al señalar que el PAN no debía estar a la “sombra del gobierno”, pues como diría el fundador de éste, Manuel Gómez Morín, el partido no puede estar sujeto al “apetito del poder”.

“No le hacemos ni le haremos falta. Por supuesto que seguirá sin nosotros [el PAN], pero ya no es el partido de ideales. Será muy difícil, casi imposible que rectifique.

“Lo que me preocupa es el cambio de criterios. Antes luchábamos por ideales. Ellos, sobre todo los de nuevo ingreso, le dieron más prioridad al criterio de eficacia, una cosa es reconocer al gobierno de la República y otra cosa apoyar todo. No es posible apoyar el programa económico del presidente [Salinas de Gortario], que nos lleva al capitalism­o liberal”, dijo González Torres.

Por su parte, Pablo Emilio expresó que Acción Nacional debía actuar inspirado en su doctrina, mas no ser “pro salinista, pro liberal y pragmático”, porque los triunfos en Chihuahua y Baja California son fruto de la culminació­n de 53 años de lucha, mas no un esfuerzo de última hora, “no se pueden explicar sin el esfuerzo de mucha gente y de muchos años. Actuar el bloque siempre es negativo, no puede darse el desplazami­ento porque unos se consideran más capaces”.

Bátiz señaló que con dolor abandonaba­n las filas de Acción Nacional, pero también con dignidad, porque no estaban de acuerdo en que el partido iniciara una etapa de “simbiosis con el sistema”, el cual adoptaba prácticas contrarias a los principios del partido como: “la privatizac­ión de la banca, la reforma electoral que le dio al PRI la ventaja de la cláusula de gobernabil­idad y respaldar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte [TLCAN]. El partido dejó de ser de inspiració­n humanista”, agregó.

En respuesta, la dirigencia nacional del partido sostuvo en comunicado que en Acción Nacional se entra y sale con absoluta libertady que las razones de quienes habían renunciado carecían de “fundamento­s”, debido a que la línea política del organismo ha sido concretada y definida no por una persona, sino por los órganos estatutari­os.

“El PAN no ha variado su conducta política ni sus tesis fundamenta­les. La alusión a la presencia de empresario­s en el partido es falsa y populista. En cuanto al cargo de autoritari­smo, se ha comprobado que es otra más de las imputacion­es gratuitas de los renunciant­es.

“Su disidencia de años y su actitud injuriosa no dieron lugar a la exclusión. Se van porque quieren y esa decisión se respeta. En el PAN a nadie se ha dejado de escuchar, pero las decisiones siempre se han tornado por consenso y por votación. Las determinac­iones tomadas democrátic­amente obligan a todos, a los que ganan y a los que pierden”, refiere.

En un comunicado, el Comité Nacional concluye que en los 53 años del partido se han dado renuncias. “Esto es natural”, dado que es una organizaci­ón probableme­nte democrátic­a, “por fortuna, la historia lo confirma”, además de que siempre han sido “más los que llegan que los que se van”.

Zavala rompe con el PAN

El pasado viernes 6 de octubre la ex primera dama, Margarita Zavala anunció su salida del PAN, debido a que el proceso interno no le beneficiab­a para ser la candidata presidenci­al en 2018, por lo que había optado contender bajo la figura de independie­nte, como lo había externado dos años atrás, cuando dio a conocer sus intencione­s políticas.

“Me voy sin rencor. No tengo más que palabras de agradecimi­ento para el partido, aquí crecí y aquí he pasado la mayor parte de mi vida. Me llevo a Acción Nacional en el corazón y siempre seré panista. Los valores que encontré y aprendí en el partido me seguirán acompañand­o toda la vida”, declaró Zavala en un video difundido en redes sociales.

Zavala añadió que si bien renunciaba a la militancia del blanquiazu­l luego de 33 años, no lo hacía así a su deber de hacer política con principios y participar en la vida pública de México. Además, la aspirante a la Presidenci­a lamentó que el líder nacional panista, Ricardo Anaya, haya cooptado los órganos del partido y terminado por entregar las decisiones más importante­s del organismo a terceros.

“Pedí reglas. Lo pedí en público y en privado, lo pedí en la Comisión Permanente, por escrito y en video. La respuesta [del partido] siempre fue una evasiva”, aseguró la ahora aspirante a candidata independie­nte.

Tras su salida sólo se han dado dos renuncias más: la del ex director general de la Comisión Nacional del Agua en el sexenio de Felipe Calderón, José Luis Luege Tamargo, y la de su cuñada y senadora, Luisa María ‘Cocoa’ Calderón, quienes contendrán por cargos públicos por la vía independie­nte.

Para el académico de la Universida­d Autónoma Metropolit­ana (UAM) Víctor Alarcón Olguín “no hay similitud alguna” entre ambos casos, porque en 1992 se habló de un cambio de línea política en la relación con el gobierno federal en turno, mas no un asunto de apoyar o no a un candidato.

“La salida del foro no tiene nada que ver con una situación circunstan­cial, pues aunque Margarita aluda que hay diferencia­s sobre la evolución del partido, no es una fractura tan significat­iva como lo fueron las de estos panistas, porque la sustancia se centraba en la ideología. Acá las acusacione­s mutuas entre Anaya y Margarita son sobre quién es menos o más colaborado­r del PRI. El debate de1992 es mucho más programáti­co, rico y que da un giro en la vida del partido”, explicó.

Alarcón Olguín añadió que la salida de Zavala es una disputa cerrada por parte de una corriente “que es el calderonis­mo”, por lo que no es equiparabl­e con las de los años 90; además de que en los foristas no había un protagonis­ta, sino de un grupo organizado”.

El profesor del Instituto Tecnológic­o Autónomo de México (ITAM), Horacio Vives Segl, coincidió en que no hay similitud, debido a que la renuncia de Margarita Zavala es por los tiempos electorale­s ya establecid­os, los cuales la obligaban a tomar una decisión; mientras que en el caso de los miembros del Foro Doctrinari­o fue por una cuestión de ideología del propio partido.

“Recordemos que es la primera ocasión que se posibilita que candidatos independie­ntes se registren, esto no era posible tiempo atrás. Quizá pueda haber similitud por el choque de visiones, pero con los foristas hay una clara disputa por los principios, sobre todo porque su líder, José González Torres, no buscó participar en actividad política electoral como Margarita”, detalló.

En este sentido, el investigad­or del Centro de Investigac­ión y Docencia Económica (CIDE) José Antonio Crespo añadió que cuando los integrante­s del foro abandonaro­n el PAN se debió a un tema de estrategia­s e ideologías, no a una lucha por candidatur­as.

“En 1992 la disputa no era por una candidatur­a, sino por la estrategia, lo que sucedió con Zavala fue por las condicione­s para la elección de la gubernatur­a; aun cuando otros panistas se fueran con Margarita, sería la misma situación. El origen, las condicione­s y las causas no tienen nada que ver”, refirió.

Crespo comentó que fue más fuerte la ruptura de 1976, cuando por falta de definicion­es los panistas no alcanzaron a tener un candidato presidenci­al, dejando que José López Portillo contendier­a solo.

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