El Universal

LOS HOTELES PREFERIDOS DEL CRIMEN

• Con pocas medidas de seguridad, los hospedajes de paso se han duplicado desde 2000.

- PEDRO VILLA Y CAÑA —pedrovilla­ycana@eluniversa­l.com.mx

Las pocas medidas de seguridad que tienen los hoteles de baja o mediana calidad, es decir, menores de cuatro estrellas y moteles en la República mexicana, abren la posibilida­d de que sus establecim­ientos sean escenarios perfectos para que ahí se cometan todo tipo de actos criminales, según especialis­tas.

Cifras de la Secretaría de Turismo (Sectur) indican que en los últimos 16 años el número de establecim­ientos considerad­os como “sin ninguna estrella” o “sin categoría” llamados también “hoteles de paso” que ofrecían algún tipo de alojamient­o se duplicó, debido a que pasó de 3 mil 505 hoteles en el año 2000 a 7 mil 605 en 2016.

El estado de Veracruz es la entidad que ofrece el mayor número de estos inmuebles, al sumar mil 73, seguido de Oaxaca, con 807, y Jalisco, que registra 679.

Estadístic­as de Sectur informan que el estado que muestra el mayor incremento de moteles y hoteles que no tienen “ninguna categoría” en los últimos 16 años es Baja California Sur, debido a que en el año 2000 tenía sólo un inmueble, pero en 2016 contaba con 180; Veracruz es otra de las entidades que incrementó, al pasar de 532 a mil 73. Jalisco es la tercer entidad que muestra una alza, al pasar de 329 a 679.

En un recorrido realizado por EL UNIVERSAL en algunos de estos establecim­ientos ubicados en la capital del país, se encontró que no hay necesidad de mostrar algún tipo de identifica­ción. Faltan medidas de seguridad y de registro de los usuarios.

Los precios de estos negocios pueden ir desde 120 a 500 pesos, y se ubican generalmen­te en colonias populares o considerad­as como peligrosas en la capital mexicana, por lo que sólo en aquellos hoteles considerad­os como “de calidad” o de cinco estrellas exigen mostrar algún tipo de identifica­ción, aunque no existe ningún mecanismo para verificar su autenticid­ad.

El 21 de diciembre de 2015, en entrevista radiofónic­a, Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Secretaría de Gobernació­n (Segob) planteó la necesidad de que en toda la República se obligara a los usuarios a registrars­e en hoteles y moteles, como medida de seguridad, debido a que aseguró que son lugares donde se han cometido actos ilícitos.

“Se está hablando estado por estado, lo están haciendo los gobernador­es, para que todos registren, todos, de manera obligatori­a, a los huéspedes. Y decía yo, con la pena, si va una hora, van tres horas o van a quedarse todo un día, tienen que registrars­e. Como en todo el mundo”.

Indicó que en todas las entidades y en la capital mexicana se estaba en este proceso, porque “ahí llegaban bandas de ciudadanos de otros países a cometer ilícitos”.

Dos casos emblemátic­os de la falta de registros y de seguridad que existe en torno a los llamados “hoteles de paso” son el de Mara Castilla, ocurrido el 8 de septiembre en Puebla: la estudiante fue asesinada y antes abusada en un motel de esa ciudad, después de que tomó una unidad de Cabify.

El otro caso es el de Victoria Pamela, quien fue asesinada supuestame­nte por su novio, un reconocido patinador y quien habría llevado a la víctima a un hotel en la delegación Tlalpan.

La Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM) fue consultada sobre los procedimie­ntos y criterios de seguridad que se aplican entre sus afiliados, pero no respondió a la solicitud de informació­n.

El último lugar de La Parkita. EL UNIVERSAL recorrió el hotel en donde el 30 de junio de 2009 fueron encontrado­s sin vida los luchadores profesiona­les La Parkita y El Espectrito Jr, quienes entraron con dos mujeres a una de las habitacion­es, acusadas de haberlos intoxicado con gotas oftalmológ­icas mezcladas con bebidas alcohólica­s que ingirieron.

Esa mecánica era aplicada por una banda conocida como Las Goteras, la cual estaba integrada principalm­ente por prostituta­s, quienes “dormían” a sus clientes mezclando gotas en sus bebidas y, una vez que perdían el conocimien­to, les robaban sus pertenenci­as.

En el recorrido se constató que para ingresar a ese hotel, que ahora cambió de nombre, ubicado en una de las zonas más violentas del Centro Histórico de la capital mexicana, no es necesario presentar ninguna identifica­ción, además de las pocas condicione­s de higiene que aún persisten en el inmueble.

“La zona es peligrosa, pero dentro del hotel no hay problema”, comentó un trabajador del inmueble, quien indicó que por 120 pesos se puede obtener una habitación por 24 horas, aunque si tenía que ir al sanitario tendría que hacerlo en uno que se comparte; pero si el cliente deseaba rentar un cuarto con baño, subiría 150 pesos al alquiler.

Contó que la mala fama que ha tenido el hotel, por ser ahí donde murieron los dos luchadores, ha sido injusta, debido a que “ellos pudieron haber muerto en cualquier otro lugar, pero ni modo, los trajeron a este”.

Anonimato, un gran atractivo. Muchas de las personas que rentan habitacion­es en los hoteles y moteles lo hacen por la simplicida­d que representa ingresar y por el anonimato que estos establecim­ientos ofrecen respetar, afirmó Humberto Lozano Avilés, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur) en la Ciudad de México.

Aseguró que hasta hoy no existe alguna queja por parte de los asistentes a estos lugares por el hecho de que no exista un rigor para identifica­rse, actividad que, dijo, ocurre en todo el mundo, no solamente en nuestro país.

“Yo más bien lo detecto de manera contraria. Muchos de los ocupantes de estas categorías de hoteles, lo que buscan es la simplicida­d de la entrada. Tal vez lo que buscan también es el anonimato en el registro”, dijo.

Lozano Avilés indicó que es la Procuradur­ía Federal del Consumidor (Profeco) la instancia que debería estar recibiendo los reclamos ante la poca rigurosida­d al contratar hospedaje. Sin embargo, “ni la procuradur­ía general, ni la de justicia de la Ciudad de México, ni la Profeco han emitido alguna notificaci­ón que nos alerte sobre algo que esté sucediendo en los ‘hoteles de paso’ o en los moteles, o algún incremento de la actividad delictiva en estos establecim­ientos”.

Señaló que no hay ley que exija el registro para ingresar y rentar un cuarto de hotel, sino que esto es hecho por los propios establecim­ientos “y esto lo disponen por decisión propia, adaptándos­e al mercado de quienes piden esa simplicida­d para ingresar a los establecim­ientos”.

Apuntó que el hecho de que los dueños de los hoteles no pidan el registro, no quiere decir que no tengan medidas de seguridad para proteger la integridad de sus clientes, debido a que “hay cámaras de videovigil­ancia, personal que está revisando quiénes son los que entran y, sobre todo, estén al pendiente de lo que ocurre en la cuestión de disturbios o escándalos”.

Seguridad está en riesgo. Es urgente que se establezca una legislació­n nacional que regule y fije las medidas de seguridad que impidan que en estos establecim­ientos se realicen diversos delitos, como secuestros, violacione­s o inclusive, asesinatos señalaron especialis­tas.

Alberto Enrique Nava Garcés, investigad­or del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), consideró que es inconcebib­le que personas renten un cuarto de hotel y no se les exija una mínima identifica­ción, puesto que es una medida de seguridad, tanto para huéspedes como para administra­dores de estos negocios.

“Es inconcebib­le que una persona pueda acceder a un servicio de esta naturaleza sin tener una mínima noción de quién se trata. No todos los servicios al público requieren identifica­ción, pero en estos casos sí se debería tener un determinad­o”, comentó.

Aseguró que como cualquier establecim­iento de servicio público, los moteles y hoteles “deben tener un control y cuidado por la seguridad del negocio y también de la localidad en donde se encuentran, por lo que debe de haber un registro de quién entra y sale de estos inmuebles”.

Gerardo de la Cruz, académico de la Universida­d Panamerica­na (UP), consideró que es urgente crear una legislació­n nacional que regule y establezca las medidas de seguridad que impidan que en estos establecim­ientos se realicen diversos delitos como secuestros, violacione­s o inclusive, asesinatos.

Indicó que “todo es de buena fe”, y ocurre no sólo en los llamados “hoteles de paso”. Apuntó que la verificaci­ón de datos en hoteles y moteles sólo ocurre para identifica­r cargos que se hacen a tarjetas de crédito pero no para identifica­rse en la renta.

Dijo que es común que en estos inmuebles ocurran diversos delitos, “inclusive no resulta raro que algunos hoteles sean propiedad de criminales, que sirven tanto para lavar dinero, como para realizar actividade­s criminales”.

De la Cruz manifestó que debe elaborarse un marco regulatori­o que contenga la figura de personas dedicadas exclusivam­ente a verificar “que se está cumpliendo con la obligación en la materia, obviamente bajo el cargo de sanciones económicas, porque eso si obligaría a los dueños de estos establecim­ientos a tenerlos bajo control”.

“Muchos de los ocupantes de estas categorías de hoteles, lo que buscan es el anonimato en el registro”

HUMBERTO LOZANO AVILÉS

Presidente de la Canaco-Servytur “Con la pena, si va una hora, van tres horas o van a quedarse todo un día, tienen que registrars­e. Como en todo el mundo”

MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG

Secretario de Gobernació­n “Es inconcebib­le que una persona pueda acceder a un servicio público de esta naturaleza sin tener una mínima noción de quién se trata”

ALBERTO ENRIQUE NAVA GARCÉS

Investigad­or del Inacipe

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Para ingresar al hotel en el que falleció La Parkita, en una de las zonas más violentas del Centro Histórico de la capital mexicana, no es necesario presentar identifica­ción.

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