El Universal

UNAM coloca ofrenda a brigadista­s del 19-S

• Dos de ellas están dedicadas a la solidarida­d de mexicanos • Reconocen a quienes brindaron ayuda en los sismos

- TERESA MORENO —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

Celebrar el Día de Muertos y hacerlo en familia es una forma de defender las tradicione­s mexicanas ante el impacto de la globalizac­ión y de costumbres traídas de otros países, como la fiesta estadounid­ense del Día de Brujas o el Halloween, coincidier­on asistentes a la megaofrend­a que instaló la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM).

El reconocimi­ento a los brigadista­s no faltó tras los sismos del 7 y el 19 de septiembre, a los que llevaron a cabo labores humanitari­as y de rescate en los edificios colapsados y las zonas siniestrad­as.

Fueron dos las ofrendas dedicadas a la solidarida­d de los mexicanos. En una de ellas se ven los cascos entre flores de cempasúchi­l y en la otra, la principal de la exposición, un reinterpre­tación de la obra de Diego Rivera, con Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central en la que se incorpora a los brigadista­s.

En el extremo de la Plaza de Santo Domingo, frente a las instalacio­nes de la Secretaría de Educación Pública, que colinda con la calle de Belisario Domínguez, casi frente al Antiguo Palacio de Medicina se levanta la ofrenda central, diseñada por profesores y alumnos de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.

Mide tres metros de altura y está formada por un andamio en el que se muestran algunas de las obras más representa­tivas de Rivera.

En una de sus caras, se muestra una reinterpre­tación de una de las obras más famosas de él.

En lugar de los personajes incluidos en el histórico mural se colocó una imagen de los brigadista­s. En el centro, los universita­rios representa­ron a La Catrina que entre las manos no lleva una estola de plumas, sino lleva un bulto que representa la herramient­a utilizada el 19-S, así como la ayuda humanitari­a que brindaron los capitalino­s. La rodean cientos de héroes anónimos, distinguid­os solamente por sus cascos amarillos de trabajo.

Hacia el fondo, se ve el quiosco de la Alameda con un letrero: “Centro de Acopio”, y en un segundo plano, se observa a un grupo de personas sacando de entre los escombros a un hombre.

La megaofrend­a fue colocada por segunda ocasión en la Plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México; este año se dedicó a la memoria del pintor Diego Rivera, quien fue uno de los exponentes más importante­s del muralismo mexicano de la primera mitad del siglo XX y de cuya muerte se cumplen 60 años en noviembre.

A este recorrido se va en grupo, coincidier­on asistentes, para honrar las tradicione­s mexicanas del Día de Muertos. Por ejemplo, Armando Puig y Virginia Vargas visitaron la ofrenda con su hija en una tradición que decidieron instaurar hace un par de años para hacer en familia. “Es importante fomentar estas tradicione­s porque es parte de nuestras raíces, muchas veces nos llegan las tendencias de otros lados, de otros países”, señaló.

“Es importante fomentar estas tradicione­s porque es parte de nuestras raíces, muchas veces nos llegan las tendencias de otros lados” VIRGINIA VARGAS Asistente

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En el extremo de la Plaza de Santo Domingo se levanta la ofrenda central, diseñada por profesores y alumnos de la Facultad de Artes y Diseño de la Universida­d Nacional Autónoma de México.

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