Restauración en templos del Centro Histórico
••• En la Ciudad de México, uno de los emblemas que resultó dañado por los sismos fue la Catedral Metropolitana. Ahí, el INAH, la dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura e ingenieros de la UNA empezaron con los trabajos de apuntalamiento de las torres del campanario, que fue una de las áreas más afectadas.
En la fachada, de donde se cayó la Esperanza, una de las tres esculturas de las virtudes teologales, los especialistas tienen un plan para retirar las otras dos obras (la Fe y la Caridad) que resistieron al sismo. Según el Instituto, por la fragilidad y el estado de deterioro que presentan, las esculturas serán retiradas de ese sitio y sustituidas por réplicas. Para eso, la empresa CAV Diseño e Ingeniería S.A de C.V. tienen un plan de trabajo que implicará una maniobra delicada para la que ocuparán una grúa hidráulica con capacidad para cargar las esculturas de unas 3.5 toneladas de peso cada una.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Raúl Delgado Lamas, director de Sitios y Monumentos, dijo que este proceso forma parte de los trabajos de emergencia que se llevan a cabo en el recinto, los cuales tendrán un costo de 5 millones de pesos.
Para bajar las piezas que el arquitecto Manuel Tolsá elaboró a principios del siglo XIX, los especialistas envolverán primero las esculturas de cantera en una especie de red para evitar que se dañen o sufran desprendimientos. Después, serán removidas con una grúa que será colocada a 30 metros de la fachada de la Catedral, es decir, sobre la avenida, para evitar daños en los vestigios arqueológicos e históricos que yacen en el subsuelo del atrio y de la banqueta. El proyecto, según Delgado Lamas, está en espera del visto bueno del INAH. En las torres del campanario, ya comenzaron los apuntalamientos, los cuales son necesarios para el retiro de las dos esculturas de la fachada.
Tanto la Secretaría de Cultura, como el INAH, han descartado que el edificio esté en riesgo de colapso o que haya sufrido más daños por el concierto del 8 de octubre.
Un caso delicado en la Guerrero. En esta colonia, el sismo del 19 de septiembre dejó en graves condiciones a la iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles. Cinco días después, el 24 de septiembre, su frágil cúpula se derrumbó, piezas en su interior quedaron entre escombros; sus muros están ahora en graves condiciones.
Por el estado de inestabilidad en que se encuentra, Delgado Lamas reconoció que su recuperación será una de las más complicadas, que requerirá del consenso de especialistas y de un trabajo de concientización entre los vecinos que, tras el aparatoso derrumbe de la cúpula, prefieren que el recinto sea derribado. Aunque ya recuperaron los bienes que estaban en su interior y han tomado medidas de prevención, el arquitecto señaló que todavía no han realizado apuntalamiento porque las maniobras pueden representar un grave riesgo para los trabajadores. “Estamos preparando trabajos de apuntalamiento, pero es muy riesgoso; la cúpula se cayó sin movimiento, se quedó tan debilitada que a lo mejor solo pasó un poco de viento y se cayó. No podemos tener obreros abajo en esa situación, primero estamos prefigurando un esquema para reforzarla antes de empezar a apuntalar. No puedo llegar ahora y apuntalar, se me cae”, explicó el arquitecto en entrevista.
Delgado Lamas comentó que hace una semana, un grupo de especialistas españoles visitó el inmueble para dar su opinión, y que ellos también reconocieron que se trata de un asunto delicado. Por ahora, en su interior colocaron un aparato que les ayuda a monitorear los movimientos que registra este edificio virreinal.
“La comunidad quiere que se tire, lo que quieren es que esté seguro; el estruendo de cuando cayó la cúpula y la nube de polvo que se hizo los tiene paniqueados, pero no puedes procurarle la eutanasia a un moribundo, no vamos a inducirle el deceso”, comentó. Su recuperación, dice, tomará tiempo y será un tema que deberán discutir con especialistas.
Según el arquitecto, desde su fundación en el siglo XVI, la iglesia nació con debilidades por la zona donde está; en los siglos XVIII, XIX y XX sufrió modificaciones que también alteraron su estabilidad: “Es una zona lacustre muy inestable, nació con debilidades, y frente a un movimiento como el sismo, no resistió”.