El Universal

No quieren pagar.

Internet gratis: “Obtén las claves de tus vecinos tacaños”, ofrecen vendedores ambulantes en el Centro de la Ciudad de México

- Texto: Janet Mérida Gráfico: Férmín García

Las ofertas se escuchan en Eje Central: carcasas, compostura­s de computador­as a buen precio, impresoras, cambio o compra de celulares. No hay locales de películas ni música piratas hasta cerca de Salto del Agua, pero sí hay quien sobre la banqueta ofrece la tentadora oferta del Wifi gratis, claro, a diferentes precios: desde 50 hasta 300 pesos, dependiend­o de dónde te pares a preguntar.

Ángel (nombre ficticio) intenta convencerm­e —a unos pasos del edificio de Telmex, donde iría a pagar mi recibo de Internet por al menos 400 pesos al mes— que le compre el disco que me dará las llaves del Wifi de mis vecinos por 100 pesos y de manera permanente, no importa que cambien la clave, el programa me volverá a desbloquea­r sus contraseña­s. Garantizad­o, dice, y hasta me quiere dar su número telefónico en caso de cualquier duda o futuras compras, porque además de internet vende todos los programas que mi computador­a necesite: Corel, Windows, Photoshop, Autocard, etcétera.

Pero en el caso del Wifi gratis me da dos opciones, o me vende el de computador­a o el de celular. Más recomendab­le, el primero. Garantizad­o —dice otra vez— y me muestra el sobrecito con el disco y su portada en blanco y negro en donde se lee: “Obtén las claves de tus vecinos tacaños. Internet? Gratis Metodo 100% efectivo para WPA2/PSK, Izzi, Megacable, Infinitum, WifiZone”.

“Te robas el internet de tu vecino, de quien sea, te da la clave y esa la puedes copiar en tu celular”, agrega Ángel y me aclara que nada de virus, que lo “tiene liberado” a diferencia de otros discos que me pueden vender en esa misma avenida y que son de prueba y que sí tienen. Me cuenta que la venta de Wifi tiene mucho tiempo ahí (más en la Plaza de la Tecnología según él) pero en su caso lleva al menos seis meses vendiendo este programa para desbloquea­r redes, que un buen día puede sacar entre 2 mil o 3 mil pesos, es decir, unos 20 o 30 discos y que son más chavos los que los compran y que nunca le han devuelto ninguno por alguna falla.

“Llévatelo y vas a ver que sí te va a jalar, lo puedes cargar en uno dos o tres equipos lo que tú quieras”. Al final alguien pago los 100 pesos y acepto su número de teléfono.

Después cruzo Eje Central, paso la Torre Latino y pregunto a otros chicos que anuncian, como Ángel, la venta de programas para mi computador­a. Ellos me venden “las claves para desbloquea­r” a 300 pesos, pero si lo compro en ese momento me la dejan a 250. Cerca de Salto del Agua el precio baja a 50 y la oferta es la misma: podré utilizar el programa mucho tiempo (este se llama Wifislax). Ya ni modo.

Gilda González Carmona, entonces directora de la Asociación Mexicana de Productore­s de Fonogramas (Amprofón), explicaba en entrevista que el combate hacia la piratería está no en lo físico sino en lo digital. El método más utilizado: el Stream Ripping, páginas que convierten videos a MP3 y varias de ellas utilizando el nombre de YouTube como YoutubeMP3, entre otras. México se encuentra entre los tres países que más consumen YouTube, especialme­nte para escuchar música, de acuerdo con la informació­n de esta plataforma.

Aunque podría decirse que el consumo de música en discos físicos es menor, los puestos que ofrecían uno con 10 canciones y luego MP3 han sumado a su oferta las memorias USB y MicroSD con miles de canciones de todos los géneros.

Adolfo (nombre ficticio) tiene un puesto en Tepito en donde la oferta principal es de estas dos. Hace poco más de un año comenzó a venderlas y, reconoce, poco a poco la gente las compra más que los discos (que en esta zona se venden en siete pesos y cinco a mayoreo, aunque los precios varían dependiend­o del lugar). La USB no es para mí, le digo, es para mi papá. En respuesta busca entre los sobres apilados en fila —dentro de los que están las USB— y me enseña uno que seguro le va a encantar a mi papá: un archivo que en varias carpetas incluye danzones, cha cha cha y otros géneros; 4 mil 800 canciones por sólo 180 pesos. Es decir, que mientras que en iTunes el costo aproximado de una canción es de 12 pesos, el costo por canción en esa USB sería —y si ninguna se repite como promete—, de aproximada­mente 0.0375 centavos. O si prefiero, puedo comprar la USB con “de todo un poco” con mil 200 canciones a 120 pesos o la de 3 mil 600 canciones con de todo un poco también en 150.

Me explica que muchos compran las Micro SD para ponerlas en sus teléfonos celulares pero que ahora hay hasta bocinas pequeñitas que venden por ahí también en las que se puede poner la USB y ya escuchas tu música sin necesidad de una computador­a. La gente mayor casi no usa las computador­as, reitera.

“Nos unimos como industria y ya se demandó a YouTubemp3” GILDA GONZÁLEZ CARMONA Ex directora de Amprofon

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La piratería se ofrece en el Centro Histórico en todos los formatos.

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