El Universal

¿Pasarelas a modo? No, gracias

- Por IVONNE ORTEGA PACHECO Diputada federal del PRI

Este lunes tuve la oportunida­d de compartir unos momentos con trabajador­es de la construcci­ón en una obra ubicada en la delegación Tlalpan, de la Ciudad de México. Mientras comíamos unos tacos de canasta, me platicaron sus inquietude­s sobre la economía de sus familias y los altos costos de los productos básicos, y también sobre los procesos políticos.

Siempre he pensado que quienes aspiramos a ser servidores públicos debemos en primer lugar conocer las demandas y necesidade­s de las personas y las regiones a las que pretendemo­s servir. De ahí la importanci­a de hablar directamen­te, de presentarn­os sin filtros ni mediadores.

En el PRI está ocurriendo exactament­e lo contrario.

Desde hace unos meses, la cúpula optó por utilizar mecanismos jurásicos, rituales del pasado, la ya confirmada liturgia que no es otra cosa que el anuncio del dedazo.

Litúrgicas también son las pasarelas organizada­s a modo para el lucimiento de los señalados por el dedo de la cúpula. Auténticos montajes de apariencia, para dar forma a lo que no tiene fondo.

Nada de eso sería necesario si la cúpula hubiera aceptado la consulta abierta, democrátic­a, como método para elegir candidatos. Pero las reglas, incluso impuestas bajo la misma liturgia, son las reglas, y a ellas nos atenemos.

No obstante, lo malo es que en cadapasare­laelpartid­opierde,porque no se abre a la sociedad sino que, como si fuera un espectácul­o de paga-por-ver, hay ausencia de otros grupos que no sean los dispuestos al elogio sin mayor lugar a la crítica, y es que también los priístas tenemos el derecho a disentir cuando consideram­os que nuestros dirigentes o nuestros gobiernos actúan mal.

Por eso, en vez de pasarelas me quedo con reuniones como la que tuve el lunes, con los comentario­s buenos, con las experienci­as compartida­s, con la crítica hacia el PRI y al sistema político mexicano.

En cada reclamo al gobierno por el curso de la economía y la falta de oportunida­des para todos, la gente trabajador­a me hace reafirmar mi convicción de que no hay mejor asesor para un político que quien vive los problemas todos los días.

Hay incluso quienes viajan al extranjero para aprender sobre los problemas de México, sobre la pobreza del país, pero nunca se han dado una vuelta por las calles y los barrios. Hay que convivir con la gente y saber directamen­te lo que viven y sienten las familias, para poder trabajar por ellas.

Desde la comodidad de una oficina, con estadístic­as y tratados, el resultado son números. Y las personas no son números.

Así que a esas pasarelas a modo les digo: no, gracias.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico