Revolución bolchevique y revolución mexicana
En el siglo XX Rusia fue escenario de dos acontecimientos de trascendental importancia en las relaciones internacionales. Ambos incidieron en la transformación del orden mundial: la Revolución de Octubre en 1917 y la disolución de la Unión Soviética en 1991.
Para muchos la revolución en Rusia era un hecho inevitable, pero como sabemos, el concepto de inevitabilidad adolece de un problema: solo se advierte retrospectivamente.
En marzo de 1917, en plena guerra mundial, el régimen zarista, que había gobernado a Rusia desde el siglo XIV, colapsó con una rapidez insospechada. Las causas fueron muchas y pueden encontrarse a lo largo de la historia del imperio ruso, pero la más inmediata fue el descontento de la población con la manera como el régimen conducía la guerra, sin tomar en cuenta su sufrimiento.
La abdicación del Zar produjo un vacío de poder que indujo a los intelectuales ambiciosos y sin experiencia, a tomar las riendas de la administración. Los liberales, a quienes se unirían más tarde los socialistas moderados, se integraron al gobierno provisional de Alexander Kerensky.
Por su parte, los sectores radicales se asociaron con los soviets, consejos compuestos por diputados campesinos y soldados, dirigidos por intelectuales de los partidos socialistas. Para el verano de 1917, Rusia vivía una etapa de ingobernabilidad provocada por los conflictos sociales y étnicos.
Kerensky buscó solución a los conflictos, sin lograrlo, por no contar con la fuerza política necesaria. Ante el debilitamiento del gobierno, el ejército se volvió en su contra, facilitando así el golpe de Estado de los bolcheviques, orquestado por Lenin en octubre de 1917.
Entre las muchas opiniones sobre las diferencias y semejanzas entre México y Rusia, se ha señalado cierto paralelismo entre la Revolución Mexicana y la Revolución Bolchevique.
Ambas surgieron de un golpe de Estado contra los gobiernos que preconizaban la instauración de la democracia. En Rusia, contra el gobierno provisional surgido en febrero de 1917 y en México contra el gobierno legítimo del presidente Madero.
Pero, si bien la revolución mexicana podría considerarse un conflicto político que concernía únicamente a México, la Revolución Bolchevique fue un conflicto sistémico que transformó el orden internacional por haber suscitado la confrontación ideológica más importante del siglo XX, que habría de terminar con la disolución de la URSS en 1991.
Se ha dicho que la Revolución Mexicana, al igual que la Bolchevique, tuvo un contenido ideológico eminentemente social. Sin embargo, mientras en México la Revolución se produjo por la necesidad de efectuar un cambio estructural de carácter político y social, en beneficio de la nación mexicana, la Revolución Bolchevique nace como un movimiento con proyección internacional para el supuesto beneficio del proletariado mundial.
Asimismo, mientras la Revolución Mexicana constituyó una etapa más del proyecto histórico nacional iniciado con la guerra de independencia, la Revolución Bolchevique se propuso liquidar, en su totalidad, las estructuras políticas, económicas y sociales de la Rusia imperial. La bolchevique podría considerarse un proyecto antinacional que culminó con la liquidación de una autocracia sustituida por un régimen que no dudaba en asesinar a opositores.
Cuando los bolcheviques tomaron el poder en Rusia, todos los socialistas de izquierda en México redoblaron sus expectativas y pronto se convirtieron al comunismo. Esta situación no podía pasar inadvertida para la Internacional Comunista. Así, se desarrollaron los primeros contactos entre México y la Rusia soviética, que tuvieron como consecuencia la fundación del primer partido político de este tipo fuera de Rusia, en 1919 y, finalmente, el establecimiento de relaciones diplomáticas en 1924.
Debemos reconocer que esta relación tuvo sus contratiempos y que en un momento sobrevino la ruptura por causa de la injerencia soviética en los asuntos internos de México, pero cuando nuestro país declaró el estado de guerra contra el Eje en la Segunda Guerra Mundial se restablecieron las relaciones diplomáticas.