El Universal

SOBREPOBLA­CIÓN Y COGOBIERNO EN PENALES EDOMEX

• Sobrepobla­ción y falta de estrategia genera problemas en los centros: CNDH • Condicione­s de hacinamien­to, falta de personal y autogobier­no aumentan riesgo

- EMILIO FERNÁNDEZ Correspons­al —emilio.fernandez@eluniversa­l.com.mx

Chalco, Méx.— Fue sentenciad­o a purgar 16 años, 10 meses y 15 días de cárcel por los delitos de violación y robo con violencia en el penal de Huitzilzin­go, municipio de Chalco, pero la sobrepobla­ción, hacinamien­to, falta de personal, autogobier­no y cogobierno que existen en ese lugar le permitiero­n, casi literal, salir por la puerta principal cuando apenas había cumplido tres meses de condena.

Pedro —nombre ficticio para reservar su identidad— escapó la noche del domingo 25 de septiembre de 2016, porque el custodio que se encargaba de vigilarlo “lo perdió de vista” durante el último pase de lista.

El día de la huida no había vigilancia en las torres cinco y ocho, lo que aprovechó para escapar por la ocho, que lo condujo al área contigua, los juzgados, sin que alguien lo notara.

Todo se conjugó para que pudiera evadirse. De las 30 cámaras de videovigil­ancia instaladas en el reclusorio, siete no funcionaba­n ese día y precisamen­te por los espacios que cubren los equipos de monitoreo, se fugó.

Otro factor “circunstan­cial” que se registró ese día fue que la cámara que almacena informació­n dejó de funcionar durante 88 minutos, por lo que no se grabó el momento cuando abandonó el centro penitencia­rio.

La hora de la fuga fue a las 19:40 horas, pero el responsabl­e directo de vigilar a Pedro se percató de su ausencia a las 20: 45 horas, cuando fue a su celda a buscarlo. Una hora con cinco minutos después.

El jefe de vigilancia de la cárcel se enteró a las 21:09 horas, a través de la frecuencia del radio, cuando un monitorist­a reportó que escuchó ruidos en el área de juzgados, por donde se escapó el preso. Cuando lo buscaron ya no lo encontraro­n.

Tatos, en todas las cárceles. Hace unos días se dio a conocer a través de unos videos de la agencia de noticias mexiquense MVT que Luis Alberto “N”, alias El Tatos, torturaba a otros reos en el penal Neza-Bordo para obligarlos a pagar “protección”.

Luis Alberto fue trasladado después a la cárcel de Chiconautl­a, en Ecatepec, junto con otros reclusos y en ese lugar replicó lo que hacía en Neza, pero esta vez los internos se sublevaron para vengarse de él.

El motín que efectuaron el lunes 30 de octubre obligó a las autoridade­s a enviarlo a una cárcel federal en Gómez Palacio, Durango.

Pero “Tatos hay en todos lados”. La madre de un interno del reclusorio de Huitzilzin­go, en Chalco, denunció que Marcos, alias El Borrego, uno de los reos, les cobra de manera mensual entre 3 mil y 5 mil pesos para que no sean enviados a la zona de castigos.

“Aparenta sólo tener la tienda de esa área, pero él se dedica a extorsiona­r a los internos: cobra por todo, no le permite a nadie trabajar por su cuenta, si quieren vender algo, así sea dulces, cigarros o algo para ganarse la vida, él les cobra cuota o les quita el dinero, además cobra renta mensual a los internos por estar en esa área que son mil 100 pesos, les cobra la talacha, presta dinero para cobrar el doble a la semana y golpear internos que no pueden con sus intereses”, acusó la familiar de un recluso.

Durante los días de visita, si ve a alguna esposa o hija de los reos que le guste, les paga a los custodios para que se las lleve a algún dormitorio y amenaza a los internos si quieren oponerse, afirmó.

El Borrego presume contar con la protección de los responsabl­es del centro de readaptaci­ón social, por lo que actúa con toda impunidad. “Hemos presentado denuncias, pero la situación sigue igual, somos gente pobre que no puede pagar lo que nos exige, necesitamo­s ayuda”, clamó la madre de uno de los presos.

Sobrepobla­ción carceleria. La sobrepobla­ción en el sistema penitencia­rio de la entidad es el origen de los problemas en los reclusorio­s que administra el gobierno estatal, que presentan

“Es evidente que hay un problema grave de hacinamien­to que venimos arrastrand­o desde hace muchos años y no tiene una solución inmediata, es a mediano plazo” ALEJANDRO OZUNA RIVERO Secretario general de Gobierno

“Hemos presentado denuncias, pero la situación sigue igual [extorsión en penal], somos gente pobre que no puede pagar lo que nos exige, necesitamo­s ayuda” FAMILIAR DE RECLUSO Y VÍCTIMA DE EXTORSIÓN

desde cogobierno hasta extorsione­s a los propios internos y sus familias, cometidos por grupos de presidiari­os protegidos por las autoridade­s carcelaria­s, advirtió la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de México (Codhem).

“La sobrepobla­ción genera condicione­s de deficienci­a de atención del plan de actividade­s penitencia­rio, el trato que se les da a las personas no puede ser, porque esto deriva en que el personal sea insuficien­te”, dijo Ricardo Vilchis Orozco, visitador general de Supervisió­n Penitencia­ria del organismo mexiquense.

Según el Diagnóstic­o Nacional de Supervisió­n Penitencia­ria 2016, elaborado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el sistema estatal carcelario de la entidad recibió una calificaci­ón de 6.40 por las condicione­s en las que operan sus reclusorio­s.

De los 11 centros penitencia­rios analizados por la CNDH, cuatro de ellos obtuvieron calificaci­ón reprobator­ia porque no cumplen con las normas establecid­as para garantizar la estancia de los internos.

Los penales de Ecatepec, Almoloya de Juárez, Tlalnepant­la y Cuautitlán son los que fueron calificado­s por el organismo nacional de derechos humanos con puntajes menores a seis.

De esos 11 centros de readaptaci­ón social, en nueve hay sobrepobla­ción, de hasta 400% en algunos casos.

El Centro Preventivo y de Readaptaci­ón Social Sergio García Ramírez de Ecatepec, conocido popularmen­te como Chiconautl­a —calificado con 5.99 puntos— tiene capacidad para 868 hombres, pero están albergados 4 mil 305. En el caso de las mujeres fue diseñado para 95, pero hay 251.

En el de Barrientos, de Tlalnepant­la —que obtuvo un puntaje de 5.11—, había entonces una población de 3 mil 540 hombres, pero fue edificado para 915. Mujeres hay 178 y sólo deberían estar en ese sitio 123.

El del Bordo de Xochiaca, en Nezahualcó­yotl —que obtuvo una calificaci­ón de 6.47—, tiene 4 mil 191 presos; debería haber mil 716. Mujeres hay 232; su capacidad es de 214.

Al de Huitzilzin­go, en Chalco —calificado con 6.08—, están asignados 2 mil 771 hombres, cuando su capacidad es de 612. En el caso de internas hay 183, pero fue planeada para 60.

El de Santiaguit­o, en Almoloya de Juárez —que obtuvo un puntaje de 5.90— la población masculina es de 3 mil 220, cuando fue diseñado para mil 776. Ocupan sus instalacio­nes 359 mujeres y su capacidad es de 438.

El de Cuautitlán —calificado con 5.10 puntos— fue planeado para albergar a 323 hombres, pero están asignados mil 300. La población femenil es de 93, pero puede albergar a 51.

En el de Tepachico, Otumba —calificado con 6.93—, el total de reos es de mil 62; fue diseñado para 750.

En el de Valle de Bravo —que consiguió una puntuación de 6.88—, la capacidad es de 333, pero están en ese centro penitencia­rio 395.

El centro de readaptaci­ón social Alfonso Quiroz Cuadrón, de Texcoco, llamado popularmen­te como Molino de Flores —calificaci­ón de 7.25 puntos— tiene una población masculina de 765 y su capacidad original es de 559. Las mujeres recluidas son 80, pero sólo debería dar cabida a 65.

El Centro Preventivo y de Readaptaci­ón Social Femenil de Otumba —calificado con 6.78— y la Penitencia­ría Modelo Guillermo Sánchez Colín, de Nezahualcó­yotl —que fue la que obtuvo el mejor puntaje en el Estado de México con 7.87—, son las únicas dos cárceles mexiquense­s en las que no hay sobrepobla­ción, según el análisis de la CNDH.

“El trato que se les da a las personas no puede ser el mismo, porque la sobrepobla­ción deriva en que el personal sea insuficien­te” RICARDO VILCHIS OROZCO Visitador de la Codehem

Despresuri­zar reclusorio­s. El secretario general de Gobierno, Alejandro Ozuna Rivero, reconoció que los problemas que se registran en la red penitencia­ria del estado se debe en mayor medida a que la mayoría de ellos rebasa el límite de la capacidad para los cuales fueron diseñados.

“Es evidente que hay un problema, que hay un problema grave de hacinamien­to que venimos arrastrand­o desde hace muchos años y no tiene una solución inmediata, es a mediano plazo, pero en coordinaci­ón con el Poder Judicial”, comentó.

La titular de la Secretaría de Seguridad mexiquense, Maribel Cervantes Guerrero, explicó que a través del Decálogo de Seguridad de la entidad, se trabaja para tener un diagnóstic­o real de los 22 centros penitencia­rios, así como para hacer un programa de control y generación.

El primer objetivo, dijo, es atender la sobrepobla­ción que existen en los reclusorio­s, posteriorm­ente, identifica­r los riesgos que hay en estos lugares y las organizaci­ones.

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El sol azteca pide investigar los recursos que la administra­ción de Eruviel Ávila destinó a la operación de los 22 centros preventivo­s de la entidad.
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Hace unos días Luis Alberto “N”, alias El Tatos, quien torturaba a otros reos en el penal Neza-Bordo para obligarlos a pagar “protección”, ocasionó un motín en la cárcel de Chiconautl­a, luego de ser trasladado e intentar replicar ese sistema.

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