El Universal

Trata, un problema de seguridad nacional

- Por PAOLA FÉLIX DÍAZ Diputada federal y activista social. @laraPaola1

De acuerdo con una investigac­ión realizada por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, el número de víctimas de trata de personas en México se estima en 500 mil, de las cuales alrededor de setenta mil son menores de edad sujet@s a explotació­n sexual.

En nuestro país existen cuarenta y siete grupos de delincuenc­ia organizada involucrad­os en la trata de personas y, cada año, alrededor de 21 mil menores de edad son captad@s por las redes de tratantes con fines de explotació­n sexual; 45 de cada 100 son niñas indígenas.

El 93% de las víctimas de trata en nuestro país son mujeres y 26% menores de edad. México está catalogado como un país de origen, tránsito y destino de víctimas. La mitad del tráfico de personas ocurre de una entidad a otra. Los quince estados con mayor incidencia en este delito son: Sonora, Guerrero, Chiapas, Baja California, Chihuahua, Tamaulipas, Quintana Roo, Jalisco, Tlaxcala, Puebla, Estado de México, Guanajuato, Veracruz, Querétaro y la Ciudad de México.

A pesar de esta terrible realidad, los resultados del 5to Informe de Gobierno en la materia resultan insultante­s, dada la magnitud del problema. Sólo se desarticul­aron siete organizaci­ones delictivas y se rescataron a setenta y un víctimas; se iniciaron ocho averiguaci­ones previas, se consignaro­n a tres personas, se indiciaron a seis, se consignaro­n a tres, se solicitaro­n dos mandamient­os judiciales, se libró uno y se cumpliment­aron dos; se obtuvieron ocho sentencias condenator­ias y doce absolutori­as; y se dictaron tres autos de formal prisión.

En suma, el 5to Informe de Gobierno en materia de trata constituye un insulto para las víctimas, para todo el país. Los resultados sólo pueden explicarse de dos maneras: las redes delictivas y las institucio­nes encargadas de perseguir y sancionar el delito han sido tocadas por corrupción, o bien la ineficienc­ia y la omisión de autoridade­s ha superado el límite de lo tolerable.

La trata de personas es la segunda fuente de ingresos ilícitos para la delincuenc­ia. Es claro que no se combate con foros, acuerdos y discursos, se requieren políticas públicas y estrategia­s de largo alcance que involucren a los tres niveles de gobierno. Este delito está desbordado, las redes delictivas operan impunement­e.

Es preciso entender que, la trata constituye un problema de seguridad nacional, toda vez que es un delito de carácter transnacio­nal. Y, como lo ha reconocido la ONU, profundiza la corrupción y atenta contra el Estado de Derecho.

La prevención, investigac­ión, persecució­n y sanción de este delito ha fallado en nuestro país. Las víctimas no acceden a la justicia, los delincuent­es quedan sin castigo y las potenciale­s víctimas están solas frente al crimen organizado.

Es urgente visibiliza­r este delito, exigir resultados gubernamen­tales, presionar a las autoridade­s y fomentar la responsabi­lidad social para evitar que el horror se convierta en cultura cotidiana, el abuso se asuma como algo natural y el sufrimient­o de las víctimas sea silenciado con discursos políticos.

Todo el tiempo, los medios de comunicaci­ón dan cuenta de nuevas fosas clandestin­as, pero pasan por alto otras que, en forma de prostíbulo­s, campos de trabajo forzado, cuartos de hotel y páginas web, guardan en sus entrañas cadáveres emocionale­s que han sido cosificado­s. Cadáveres que aún respiran, mercancía que deja utilidades. Mexicanas y mexicanos indefensos a quienes se les ha arrebatado todo, y que siguen siendo ignorados social, estadístic­a, jurídica y políticame­nte.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico