Los desafíos del vino chileno
Presentan en México la línea 9 Lives de la Bodega vinícola chilena Gato Negro
La historia del vino en Chile se remonta a tiempos de la colonia española cuando, como en México, los gobernadores querían vino sin depender de las embarcaciones que llegaban de la Madre Patria. A mediados del siglo XIX la actividad minera en ese país disminuyó y dio paso al creciente interés de hacer mejores vinos.
Los viñedos en Chile más reconocidos se concentran en la zona centro del país: Valle de Limarí, Maipo, Maule, Curicó, Rapel, Aconcagua, Colchagua y Casablanca para vinos blancos. Se cultivan principalmente varietales francesas.
En la década de 1980 productores mundiales reconocieron la calidad de las cepas chilenas y decidieron invertir en ellas. Empresas como Miguel Torres y Domecq de España, y Margaux y Lafite Rotschild, de Francia, se hicieron presentes iniciando la recuperación del decaído mercado exportador chileno. Modernas tecnologías reemplazaron a las anticuadas, sumadas a una regulación y legislación en la producción de vino, hicieron que Chile, para finales de la década, ocupara un lugar destacado en el mundo. Entonces aparecieron bodegas importantes como Concha y Toro o San Pedro.
Viviana Magnere Grosse es enóloga en jefe de Gato Negro, parte de Viña San Pedro, quien visitó México para presentar la línea 9 Lives: un Cabernet Sauvignon creado en homenaje al enigmático gato que deambulaba por los viñedos de la bodega. Sobre los desafíos que vive el vino chileno, Viviana explica que “no es fácil mantener homogéneo el producto año con año, pues el clima es distinto cada temporada, por lo que tenemos el desafío de homogeneizar el vino y que cada viñedo se distinga entre los demás.” Además, también entra el tema de la percepción de los caldos elaborados en este país: “los vinos de Chile son percibidos como baratos; por eso nos hemos puesto como misión dar a conocer el proceso de nuestros vinos, desde adoptar la uva a cada terruño hasta estar al día en la tecnología, para ofrecer vinos de calidad y ser eficientes en la producción.”
Ante la pregunta de cuál vino chileno puede acompañar mejor la comida mexicana, Viviana Magnere se decanta por los vinos monovarietales con la Cabernet Sauvignon. “Acompañan tremendo con una cochinita o un buen corte de carne,” recomendó.