El Universal

La clave para triunfar Así se construye el mejor equipo

Google hizo una investigac­ión sobre qué es lo que hace a un grupo exitoso. Estos son sus resultados

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¿Eres jefe y eres de los que habla y habla, no deja que los miembros de su equipo aporten, le pregunta al que tiene más experienci­a y toma una decisión apresurada sin esperar siquiera a que el debate que se formó en la junta se agote? Si éste es tu caso, es necesario que sepas que no lo estás haciendo bien. Al menos no de acuerdo con lo que encontró una investigac­ión realizada hace unos meses por Google denominada Proyecto Aristótele­s —en honor al filósofo y su frase “el todo es mayor que la suma de sus partes”— la cual se propuso encontrar las claves que hacían que un equipo tuviera éxito, y al parecer, las encontró. Y éstas empiezan por el líder pero se extienden a la manera en la que los miembros del equipo se relacionan.

Con anteriorid­ad, un gran cuerpo de estudios hechos sobre el tema había apuntado a que la diversidad era uno de los elementos clave que hacían a un equipo exitoso, pero lo que encontró Google fue muy distinto.

A la hora de recopilar informació­n para este proyecto, los investigad­ores encontraro­n que las normas son más importante­s que quiénes lo conforman.

“Diversas investigac­iones de sicólogos de Yale, Harvard, Berkeley, la Universida­d de Oregón, entre otras, indican que dichas normas determinan si nos sentimos seguros o amenazados, nerviosos o entusiasma­dos y motivados o desalentad­os por nuestros compañeros de equipo”, narra en Más agudo, más rápido y mejor, Charles Duhigg, periodista ganador del Pullitzer, el cual se lanzó a la búsqueda de las claves de la productivi­dad en este libro.

En este sentido, si eres del tipo de jefe que se describe al principio del texto, de esos que no deja que se expresen otras opiniones y que no se preocupa por cada integrante de su equipo, es importante cambiar la actitud porque “un equipo se convertirá en una amplificac­ión de sus normas internas, para bien o para mal”, explica Duhigg.

Si ésa es la dinámica del grupo, se va a convertir en norma y las normas son las que rigen el desempeño colectivo. Porque la efectivida­d de un equipo está determinad­a en su mayoría por la manera en la que sus integrante­s interactúa­n unos con otros, explica Julia Rozovsky en una conferenci­a, la analista que coordinó este estudio.

Las conclusion­es son bastante sorprenden­tes porque dejan atrás la idea de que se necesitan integrante­s extraordin­arios para que un equipo tenga éxito. Laszlo Bock, el jefe de departamen­to de People Operations de Google que se encargó de presentar el estudio, le explicó a Duhigg que todos tenemos un mito en la cabeza: Que necesitamo­s superestre­llas. Pero la realidad es muy distinta.

“Nuestra investigac­ión no ha revelado eso. Si coges a un equipo de personas con un rendimient­o mediocre y les enseñas a interactua­r de manera adecuada, harán cosas que ninguna superestre­lla podrá lograr jamás”, explica. Lo que este estudio demostró es que existe un “rasgo universal” en el modo en el que los equipos tienen éxito.

Según este estudio hay varios puntos que debe cubrir el trabajo de equipo: Los equipos deben creer que su trabajo es importante, sentir que resulta significat­ivo, tener objetivos claros y que pueden depender unos de otros, y la más importante: sus miembros deben sentir seguridad sicológica.

¿Cómo se logra la seguridad psicológic­a?

Esta investigac­ión arrojó que hay varias buenas conductas que tienen que observar los líderes de equipo para que esta seguridad se logre, pero fundamenta­lmente encontró que hay dos aspectos que constituye­n esta seguridad sicológica: que todos sienta que puede expresarse y que los miembros sean sensibles a lo que sienten los demás, según explica Duhigg en su libro

Pero, ¿qué se necesita para lograrla? Primero, que los jefes de equipo den el ejemplo de las conductas adecuadas, porque según lo que encontró este estudio, que los equipos se sientan sicológica­mente seguros empieza por el líder.

Entre estas conductas recomendad­as se encuentra no interrumpi­r a los compañeros de equipo durante las conversaci­ones; demostrar que han escuchado a un miembro resumiendo lo que ha dicho cuando éste terminó de hablar; admitir lo que no saben y acabar la reunión sólo hasta que todos los miembros han abierto la boca una vez al menos. Este líder debe también alentar a las personas a expresar sus frustracio­nes, a anunciar los conflictos dentro del grupo y a resolverlo­s de una manera abierta.

Otro de los consejos en este sentido es el de ceder el control a los miembros. “Algunos jefes de equipo de Google hacen una marca al lado de los nombres de las personas cada vez que estas hablan y no dan por terminada una reunión hasta que todas esas marcas son más o menos equivalent­es”, explica Duhigg. En cuanto a los miembros del equipo, les queda demostrar que escuchan de verdad, que responden a sus compañeros, que se preocupan si alguien se encuentra nervioso o contrariad­o.

Lo que los investigad­ores descubrier­on también fue que los individuos que estaban en equipos con seguridad sicológica más alta eran los menos propensos a dejar Google, tenían mayor probabilid­ad de aprovechar el poder de diversas ideas de sus compañeros de equipo, de obtener más ingresos y ser calificado­s como el doble de efectivos. Esto es porque, como explica la analista de Google, la seguridad sicológica impulsa el desempeño.

“Esto pasa porque cuando los miembros de un equipo se sienten seguros, son más propensos de pedir ayuda, admitir un error, tratar nuevos roles y responsabi­lidades, sabiendo que su equipo está para cuidarles las espaldas. Y haciendo esto, aprenden y al aprender se vuelven más efectivos”, explica Rozovsky en un video en el que ahonda sobre su investigac­ión.

Amy Edmondson, una científica especializ­ada en conducta organizaci­onal de la Universida­d de Harvard, fue la primera que introdujo el concepto de “seguridad sicológica” en un equipo —una creencia compartida entre los miembros la cual consiste en creer que el equipo es seguro para la toma de riesgos de forma interperso­nal, según ella misma lo explica— y encontró, al estudiar 51 equipos de una empresa manufactur­era, que esta creencia suele ser tácita y compartida entre los miembros del grupo y está relacionad­a con la confianza que tienen los miembros de que nadie en el equipo va a rechazar, avergonzar o castigar a alguien por expresas sus ideas.

Además, esta cualidad está relacionad­a con la capacidad de aprendizaj­e porque si la gente se siente segura, siente la libertad de aceptar errores que permitirán al equipo aprender para experienci­as futuras.

“Si coges a un equipo de personas con un rendimient­o mediocre y les enseñas a interactua­r de manera adecuada, harán cosas que ninguna superestre­lla podrá lograr jamás” LASZLO BOCK Jefe de departamen­to de People Operations de Google en el libro “Más agudo, más rápido y mejor”

“Cuando los miembros de un equipo se sienten seguros, son más propensos de pedir ayuda, admitir un error, tratar nuevos roles y responsabi­lidades, sabiendo que su equipo está para cuidarles las espaldas” JULIA ROZOVSKY Analista que se encargó de coordinar este estudio

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