El Universal

Nouhad Mahmoud

Tensión en Líbano

- El autor fue embajador de Líbano en México entre 1999 y 2011 nouhad47@yahoo.com

E4 de noviembre, Saad Hariri anunció su renuncia como primer ministro de Líbano en un discurso televisado desde la capital saudita, Al-Riad, utilizando un canal saudita para su sorprenden­te discurso. Fue una sorpresa desagradab­le para los libaneses, que celebraban un año de tener un presidente, el general Michel Aoun y un gobierno de coalición liderado por Hariri.

Después de unos 30 meses de vacantes y parálisis política, se llegó a un acuerdo entre las partes en conflicto y las institucio­nes nacionales estaban recobrando fuerza con miras a las nuevas elecciones legislativ­as de mayo de 2018. Hariri justificó su decisión al culpar a Irán por interferir en los asuntos nacionales de los países vecinos y de utilizar a Hezbolá como una herramient­a para imponer su voluntad política al Estado libanés. Criticó a Hezbolá e Irán acusándolo­s de sembrar contiendas contra el mundo árabe. La renuncia de Hariri, que ha lanzado al Líbano a una nueva crisis, se produjo en un contexto de creciente tensión entre la Arabia Saudita sunita y el Irán chiíta. Coincidió con el lanzamient­o, por parte de los hutíes en Yemen, de un misil balístico fabricado por Irán contra el aeropuerto internacio­nal en Riad.

El misil fue intercepta­do por las defensas sauditas, pero se consideró una escalada peligrosa de los proxies de Irán contra el reino. El periódico semioficia­l Kihan alentó a los aliados yemeníes a amenazar a Dubai como el siguiente objetivo en futuros ataques. Los libaneses estaban aprehensiv­os después de las amenazas del presidente estadounid­ense Donald Trump contra Irán y las nuevas medidas del Congreso contra Hezbolá. Saben que cualquier tensión regional se reflejaría en ellos, y que su país sufriría por la inminente tormenta.

Lo que preocupaba al pueblo libanés y a muchas capitales regionales y mundiales eran las condicione­s de la estadía de Hariri en Arabia Saudita... y surgieron muchas preguntas: ¿Era libre al decidir su renuncia?... ¿Se vio obligado a quedarse en Riad?... ¿Está incluido en la campaña contra los príncipes y ministros acusados de corrupción?...

La confusión fue abordada por el presidente libanés Michel Aoun y la clase política: considerar­on nula la renuncia hasta que Hariri regrese a Beirut y la presente de acuerdo con las normas constituci­onales.

Al mismo tiempo, la presidenci­a intensific­ó sus contactos con gobiernos mundiales y regionales para aclarar el destino del primer ministro de Líbano. El presidente francés Emmanuel Macron, de visita a Emiratos Árabes Unidos, voló inesperada­mente a Riad para plantear preguntas sobre el tema. El secretario estadounid­ense de Estado Rex Tillerson dijo que considera a Hariri un socio confiable. Los gobiernos europeos y la Unión Europea pidieron el fin de la interferen­cia externa en el Líbano. El canciller francés Jean-Yves Le Drian dijo que Francia estaba “preocupada por la situación en Líbano”y que “quería ver que el gobierno se estabiliza­ra lo antes posible”. Le Drian está listo para visitar Arabia Saudita este jueves. El presidente Abdelfatah al-Sisi de Egipto envió a su canciller para calmar la situación en una visita a diferentes capitales árabes.

Hariri apareció en su propio cadena Future TV el domingo por la noche para calmar las preocupaci­ones de sus seguidores y de los libaneses en general, que mostraron una solidarida­d sin precedente­s con el joven líder. Repitió su postura en contra de involucrar a Líbano en los conflictos de la región, especialme­nte el uso de Hezbolá contra los países árabes. Fue más conciliato­rio y prometió regresar al Líbano en los próximos días. Según fuentes extranjera­s, una de las razones de Hariri para permanecer en Arabia Saudita era que su vida estaba amenazada.

El gobierno libanés fue el resultado de un compromiso muy delicado. Sus partidos tienen diferentes alianzas con los poderes externos. La esencia del terreno común era preservar la neutralida­d del Líbano y la distancia respecto de los ejes en conflicto. Cualquier desviación de este entendimie­nto, o cualquier intento de vincular a Líbano con cualquier bloque regional sería perjudicia­l para la superviven­cia de dicho gobierno y una amenaza para la seguridad, la paz, la economía y el bienestar del pueblo libanés. El futuro cercano revelará el resultado de la crisis reciente.

l sábado

La renuncia de Hariri, que ha lanzado al Líbano a una nueva crisis, se produjo en un contexto de creciente tensión entre la Arabia Saudita sunita y el Irán chiíta

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