Haz que el coche sea más tuyo que nunca
Nos imaginamos la existencia de coches voladores, el futuro de la industria nos prepara algo más trascendente
Es del dominio general el gusto que tenemos los mexicanos por personalizar nuestros coches. “Customizarlos”, dijeran los que tienen el afán de entrar en franco enfrentamiento con la RAE, porque no es lo mismo personalizar que customizar o tunear un auto. Personalizar es añadir ciertos artículos y accesorios para conseguir una versión propia del coche, en tanto que customizar o tunear implica intervenir de modo más tajante en la estética original del auto aún a costa de su desempeño.
Existe una extensa lista de accesorios que las marcas y los fabricantes independientes ponen a disposición de las mentes más febriles del mundo automotriz, pero para efectos de esta nota, los categorizamos en dos: interiores y exteriores.
Tu propio lugar puertas adentro.
En lo tocante a los interiores, la oferta arranca con cubreasientos de tela y de piel que si bien no son los más requeridos, se encuentran en el gusto de la gente; cubre volantes de piel o plástico así como la reposición total de éste: deportivos de ma- dera, clásicos forrados en piel y con costuras en contraste; cabezas para palanca, las hay deportivas, con forma de calavera y hasta las que sirven para inmortalizar un escorpión dentro de una cápsula de acrílico transparente. Hay algunos modelos de cubrepedales, para hacerlos más deportivos o con más agarre –así los expresan quienes los comercializan- aunque la realidad es que son estorbosos, incómodos y hasta cierto punto peligrosos.
Existe una gama enorme de aromatizantes para el auto e incluso algunas marcas como BMW o Peugeot han instalado este tipo de ambientes en el coche diseñados por perfumistas para que la gente a bordo pueda sentir que se encuentra en un bosque o al lado de un río. Recientemente se han popularizado los sobreasientos ventilados para quienes pasan muchas horas al volante cada día. Incluso, hay quien ha llegado al extremo de diseñar un gancho que se acopla a las cabeceras, para poder colgar el saco. Opciones sobran.
Para gritar que no hay otro igual.
Los exteriores son aún más atrevidos: alerones de diferentes medidas y faldones para todo el borde inferior del auto, sin poner atención a los efectos aerodinámicos que éstos pudieran acarrear; Calaveras entintadas o ahumadas para diferentes modelos, aunque ya prácticamente no se equipan juegos ópticos traseros con luces anaranjadas; rines de todo tipo, de aluminio, de acero, pulidos y satinados, con insertos de color e incluso hay marcas que venden este tipo de accesorios con insertos sublimados de alta resistencia, para poder tener la imagen de nuestra preferencia estampada en los rines.
Intervenir un coche con el fin de personalizarlo, tiene y debe reconocer un límite, no se trata de customizar o tunear, se trata más bien de personalizar el auto hasta un grado en el que no se afecte su desempeño y seguridad, tomemos en cuenta que si el fabricante conceptualiza y desarrolla el automóvil de esa forma, es muy poco probable que con este tipo de alteraciones consigamos un mejor resultado en términos de desempeño, pues tiene un motivo y razón para haber sido construido así. Equipar solo por personalizar es invertir las prioridades: siempre es el desempeño sobre la estética, de otra manera y pidiendo perdón a los más exquisitos y puristas del lenguaje“es sólo la cola moviendo al perro”.