Evolución de la familia
mientras que el 10.5% están divorciados, separados o, bien, son viudos.
“La principal razón de este cambio fue la incorporación de la mujer al mercado laboral y el interés por seguir preparándose profesionalmente. También fue una cuestión económica, ya que se requería un mayor ingreso en casa.
“Asimismo, empezaron nuevas relaciones sociales, centros urbanos, condiciones y adquisición de derechos para las mujeres, quienes ya no veían al matrimonio y a tener hijos como su máxima expectativa de felicidad en la vida”, señala el politólogo Sergio Alberto Salgado Román. Anteriormente, el núcleo social tradicional estaba integrado por un papá, quien era el proveedor económico, y una mamá, que cuidaba a los hijos y al hogar. Posteriormente, se dio paso a nuevos roles, entre los cuales destacó el monoparental, es decir, el encabezado por un padre o una madre. También están los abuelos o tíos que se hacen cargo de los hijos, o aquellas personas que reconstruyeron sus vidas e integraron hijos de sus parejas actuales.
“Hoy tenemos sociedades en convivencia, matrimonios homosexuales, concubinatos y personas que deciden vivir solas, sin ninguna pareja ni hijos, o hay quien vive únicamente con su primogénito.
“Los matrimonios han disminuido considerablemente si lo vemos desde una crisis de los discursos religiosos. En un censo de 2000, el 90% de la población mexicana era católica, en 2010 cayó a 80%. Sin embargo, perder ese 10% habla de un problema en el modelo de familia”, asegura Salgado Román, quien es egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Lo cierto es que, durante años recientes, la mayoría de hombres y mujeres ya no proyecta la culminación de su felicidad y desarrollo en el hecho de casarse y tener descendientes, sino en el crecimiento profesional, económico y personal.
A partir de esta línea, el índice de natalidad ha disminuido y, por lo tanto, dentro de 30 años habrá en México una población superior a los 50 años mezclada con muy pocos jóvenes. Es decir, la pirámide se invertirá. No solo eso: podría haber una sociedad pobre -porque no generó un patrimonio en su etapa productiva- y enferma, pues hipertensión, diabetes y cáncer están al alza.