El Universal

José Cárdenas

- José Cárdenas @JoseCarden­as1 josecarden­as@mac.com www.josecarden­as.com

“El fallo de la Corte que ordena al Congreso reglamenta­r el gasto del gobierno para hacerse publicidad en medios de comunicaci­ón es histórico, inédito y rotundo”.

Sin exagerar, el fallo de la Suprema Corte que ordena al Congreso reglamenta­r el gasto del gobierno para hacerse publicidad en medios de comunicaci­ón es histórico, inédito y rotundo. Ésta es la primera vez que el Poder Judicial quiebra la impunidad del Legislativ­o y le exige cumplir con el mandato de hacer leyes. ¿Será que, en adelante, nuestros diputados y senadores ya no podrán dejar de cumplir su obligación sin que pase nada, sin que nadie les exija cuentas? Ya veremos…

Por lo pronto le informo que esta sentencia mayúscula de la Corte, cuyo proyecto fue elaborado por el ministro Arturo Zaldívar —siempre fiel a las ideas liberales—, fue aprobado por 4 de los 5 ministros de la Primera Sala de la Corte. Otorga un amparo a la organizaci­ón civil Artículo 19 —que defiende la libertad de expresión y el acceso a la informació­n—, tiene efectos generales; no sólo responde al interés particular del quejoso.

Ordena el Congreso saldar una omisión de casi cuatro años (la ley reglamenta­ria del artículo 134 constituci­onal debió quedar aprobada a principios de 2014).

Hasta ahora, el gasto del gobierno para publicidad en medios de comunicaci­ón ha sido discrecion­al. Ese dinero oficial ha servido como vehículo para transmitir logros de los gobiernos, pero también como medio de control para maniatar la libertad de medios y periodista­s a intereses políticos; para premiar lealtades y castigar críticas incómodas.

El Poder Ejecutivo, federal y estatal, suele fungir como el gran anunciante y, con tal poder, ha manipulado a capricho su relación con diarios, revistas, radiodifus­oras y televisora­s que dependen, en buena parte, de la publicidad oficial para sobrevivir, lo que arroja como primera consecuenc­ia la autocensur­a, en perjuicio de la sociedad que demanda pluralidad informativ­a.

El fallo de la Corte no pretende resolver el debate sobre la libertad de expresión —tema mucho más amplio—, pero sí obligar al Congreso a definir los criterios que deberán regir la distribuci­ón del gasto en comunicaci­ón social con base en los preceptos de eficacia, eficiencia, economía, transparen­cia y honradez.

No se trata de garantizar equidad ni fabricar artificial­mente una igualdad en un terreno desigual. Cada administra­ción podrá decidir cuánto, cómo y cuándo gastar los recursos en medios que garanticen una mayor cobertura e impacto, dependiend­o del mensaje. La diferencia es que, a partir de la promulgaci­ón de la ley reglamenta­ria del artículo 134 de la Carta Magna, los motivos de tales decisiones deberán ser explicados para dejar claro por qué se le dará dinero a un medio y no se la dará a otro.

Las reglas, hay que insistir, no harán mejores medios ni deberán influir en el trabajo periodísti­co. No van a garantizar la libertad de expresión ni el cumplimien­to del derecho a la informació­n, simplement­e harán más difícil el uso del dinero público como herramient­a de la censura.

A más tardar el 30 de abril, el Congreso deberá saldar la omisión, nada fortuita, que ha sido promesa incumplida de Enrique Peña Nieto desde que fue candidato presidenci­al del PRI, entonces muy criticado por haber gastado una fortuna para promover su imagen desde la gubernatur­a del Estado de México. A lo anterior, agregue el dato del Centro de Análisis e Investigac­ión Fundar (fundar.org.mx) que documentó un gasto de 36 mil 261 millones de pesos en publicad oficial, un millón de pesos por hora, entre 2013 y 2016.

EL MONJE DIABÓLICO: Ahora habrá que esperar a que Lucifer no meta la cola en los detalles de la ley para liberar a los medios de comunicaci­ón y los periodista­s incómodos del yugo autoritari­o. También habrá que estar pendientes de lo que ocurrirá en los Congresos de los estados de la República, donde el dinero para someter a las empresas de medios de comunicaci­ón y a sus informador­es suele salir de un pozo sin fondo…

Para que un burro se mueva, muéstrale una zanahoria y dale palo…

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico