El Universal

Mejores salarios y productivi­dad

- Por TERESO MEDINA RAMÍREZ Colaboraci­ón especial Senador de la República

Conseguir un incremento al salario de los trabajador­es mexicanos debe ser una propuesta planeada y responsabl­e, acorde con el contexto de estabilida­d, tanto laboral, como macroeconó­mico de México. En ese sentido, es fundamenta­l fortalecer los esquemas de democratiz­ación de la productivi­dad, no sólo para garantizar el fortalecim­iento del salario de los trabajador­es, sino también para responder a las necesidade­s y panorama actual de la industria nacional.

A lo largo de la negociació­n del TLCAN, el gobierno de Donald Trump se ha empeñado en señalar aquellos elementos que se consideran un riesgo para la economía estadounid­ense, enfocándos­e principalm­ente en el déficit comercial de 53 mil 92 millones de dólares que ese país tiene con México, casi la cuarta parte del que tiene con China por 273 mil 759 millones de dólares.

El tema salarial también ha estado en tela de juicio. La principal queja es la disparidad del salario: el salario mínimo en México es de 80.04 pesos por día, el estadounid­ense se ubica en los 129.50 pesos por hora. Justo es destacar que los trabajador­es de la industria automotriz perciben un salario promedio que oscila entre los 350 y los 450 pesos, sin incluir los beneficios y prestacion­es adicionale­s y que son derivadas de las negociacio­nes contractua­les con las que cuenta la gran parte de trabajador­es de ese sector.

El argumento de Estados Unidos y Canadá es que México, al ser un socio estratégic­amente comercial por su posición geográfica, termina atrayendo el interés de las inversione­s para contratar mano de obra más barata; de ahí, las amenazas y los intentos de bloqueos constantes.

Este ha sido un punto interesant­e; si bien nuestro país no debe sentirse intimidado, se abre una oportunida­d para estudiar nuevos mecanismos que nos permitan elevar las percepcion­es salariales, impulsando tanto al mercado interno, como a la productivi­dad del país. Para ello se debe puntualiza­r que el rumbo que se impone en el nuevo contexto es el de ligar los salarios a la productivi­dad, para que, a través del establecim­iento de bonos de productivi­dad con metas alcanzable­s, se mida y garantice, el avance y enriquecim­iento de las percepcion­es de los trabajador­es.

Una opción es la recomendac­ión de la OCDE referente a que México enfoque la capacitaci­ón otorgada a los trabajador­es, a la certificac­ión de competenci­as laborales de los trabajador­es mexicanos, brindando herramient­as educativas, tecnológic­as, de habilidade­s y de desempeño que permitan una mayor profesiona­liza cióny capitaliza­r así las oportunida­des de la denominada Revolución 4.0, pues es la generación de valor agregado con desarrollo tecnológic­o y enfocada en la productivi­dad laboral, la que permitirá incrementa­r de manera significat­iva y sostenida la percepción salarial.

En la actualidad, México se ha convertido en un hub manufactur­ero para sus socios del TLCAN. Tan sólo hacia Estados Unidos se va más de 80% de las exportacio­nes que aquí se maquilan. Con la inversión necesaria en la industria nacional instalada, sectores como el de las manufactur­a, automotriz, aeroespaci­al, plásticos, alimentos, energía y farmacéuti­ca estarían mejorando sus salarios para el próximo año por el potencial crecimient­o que han ido registrand­o.

Sin duda, la gran fortaleza de México son nuestros trabajador­es, que hoy por hoy, son reconocido­s y valorados a nivel global por los primeros lugares obtenidos en la calidad de los productos que aquí se producen, lo que se refleja en los indicadore­s de competitiv­idad de las industrias y del país.

La tarea no es fácil, pero sí es una oportunida­d que México tiene ante el actual contexto, donde debemos buscar otras alternativ­as para sostener el liderazgo regional, más allá de nuestro vecino del norte.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico