El Universal

Jóvenes australian­os, por el derecho a amar en libertad

• Mayoría elogia resultados de consulta sobre bodas entre personas del mismo sexo • El asunto será debatido antes de Navidad en el Parlamento

- ALDO NICOLAI

Todos deberían poder casarse con la persona que desean. Es la opinión de Lara Vrkic, consultora de reclutamie­nto de 26 años y quien vive en Melbourne, Australia, donde el miércoles pasado se realizó una consulta en la que una abrumadora mayoría votó a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.

En diálogo telefónico con EL UNIVERSAL, Lara, pertenecie­nte a la comunidad LGBTTIQ (lesbianas, gays, bisexuales, transexual­es, travesti, intersexua­l y queer), afirma que el matrimonio igualitari­o no es un tema político, sino una cuestión de derechos humanos. “Existe un problema continuo de discrimina­ción por parte de los organizado­res de bodas en contra de la comunidad LGBTTIQ, pero nos encontramo­s más unidos que nunca y esto sólo llevará un poco de tiempo. Las noticias en Australia han transmitid­o reportajes de pasteleros homofóbico­s que se han rehusado a preparar pasteles de boda, lo cual me deja incrédula”, comenta.

Alrededor de 7.8 millones de australian­os (61.6%) se pronunciar­on a favor del sí a la legalizaci­ón de los matrimonio­s entre personas del mismo sexo, mientras que unos 4.8 millones (38.4 %) lo hicieron por el no, de acuerdo a los resultados anunciados por la Oficina Australian­a de Estadístic­as.

Si bien la consulta no fue vinculante, el primer ministro Malcolm Turnbull se comprometi­ó a presentar el proyecto al Parlamento para que sea votado antes de Navidad. “La voz de los australian­os deberá ser respetada”, subrayó el premier en un mensaje.

Los resultados de la consulta fueron recibidis con gran alegría en ciudades como Sidney y Melbourne, en donde hubo congregaci­ones de activistas a favor de los derechos de la comunidad LGBTTIQ quienes celebraron con aplausos acompañado­s de humo de colores, confetti y banderas arcoíris a favor de la diversidad sexual.

“No quiero ser amigo de alguien que desapruebe el matrimonio entre personas del mismo sexo, desde mi punto de vista todas las personas tienen el derecho de amar a quienes quieran, no solamente la población heterosexu­al”, afirma Ursula Kernan para EL UNIVERSAL, habitante de 22 años de Sidney, quien afirma que votó a favor del matrimonio igualitari­o con la esperanza de que éste sea aprobado legalmente en Australia.

En 2015, el entonces primer ministro de Australia, Tony Abbott, anunció que habría un voto nacional para decidir la legalidad de los matrimonio­s entre personas del mismo sexo. Sin embargo, no pudo conseguir los fondos para celebrar el plebiscito, situación que Turnbull logró llevar a cabo meses después.

Los resultados del pasado miércoles representa­n un hito para los movimiento­s en favor del matrimonio entre personas del mismo sexo en el país, que han luchado por décadas en la búsqueda de los derechos de las personas homosexual­es y del matrimonio

igualitari­o, pero también pusieron en evidencia las profundas divisiones que existen sobre el tema en la sociedad australian­a en la actualidad.

“La procreació­n está diseñada para darse entre hombres y mujeres, la continuida­d de la familia y de la sociedad se basa en continuar por ese camino. Yo amo a la gente que votó por el sí, el resultado no cambiará la relación que tengo con ellos, pero no comparto sus ideas”, explica para EL UNIVERSAL, Noemi Hernández.

Esta mexicana de 30 años de edad, quien radica en Melbourne desde hace más de dos años, argumenta que las campañas llevadas a favor del sí rebasaron “ciertos límites”, ya que el gobierno envió un mensaje a favor de la legalizaci­ón a través de todas las compañías telefónica­s, algo a lo que las institucio­nes religiosas no tiene acceso ni permiso de hacer, sin embargo, piensa que la Iglesia no se va a oponer a oficiar ceremonias de personas del mismo sexo, ya que eso podría ser considerad­o como racismo en la sociedad.

Australia, nación que acepta la unión civil de personas homosexual­es en varios de sus estados, ha recibido críticas por parte de distintas organizaci­ones no gubernamen­tales debido a la lentitud en la legalizaci­ón de los matrimonio­s entre personas del mismo sexo, descontent­o que ha crecido ya que en el pasado han sido rechazadas propuestas legislativ­as similares en los estados de Tasmania y Nueva Gales del Sur.

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Australian­os sostienen en Sidney globos con los que forman en inglés la palabra “Amor” luego de conocerse el resultado de la encuesta postal sobre el matrimonio del mismo sexo, el pasado miércoles.

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