Obsequiar es todo un arte
Si regalamos un obsequio solo para caerle bien a una persona, estamos perdidos
Rasgar el papel de colores y descubrir qué esconde es uno de los momentos más esperados no solo para los niños: también para los adultos. Saber que el presente ha hecho feliz a quien lo recibe supone una gran satisfacción para el que regala.
Pero dar en el clavo no es sencillo. Es necesario reflexionar antes de adquirir los obsequios para familiares y amigos.
Amalia Ortega García, psicóloga, logopeda y pedagoga, subraya que hay que ser responsables: “debemos ajustar la elección del regalo al presupuesto personal o familiar. Pensar ‘cuanto más caro, mejor’ o creer que ‘cuanto más valga el regalo, más me va a querer el receptor’ esconde un deseo de aprobación y, quizá, una baja autoestima”, advierte.
La directora del Centro Óptima, ubicado en Málaga, hace hincapié en la empatía: “con toda la información que tenemos de esa persona y de sus aficiones, hemos de ponernos en su lugar, detectar sus necesidades o indagar a través de otro familiar”. Para ella, los mejores presentes “son aquellos que se eligen pensando en las características del receptor, sus gustos, aficiones e ilusiones”.
Ortega explica que hacer un obsequio es una de las cinco maneras de expresar el amor que sentimos. Por este motivo, recomienda “que el proceso de adquirir un regalo sea un acontecimiento sincero, lleno de deseos de felicidad”.
Cuando se trata de regalar a los niños, además de seguir los criterios anteriores, la psicóloga aconseja fijar un máximo de tres regalos: “recomiendo que el primero sea incondicional y de uso individual. El segundo debe ser un regalo para compartir, que facilite la socialización. El tercero, en caso de que quiera hacerse, será un reconocimiento al esfuerzo por haber conseguido alguna meta personal”, dice.
Demasiados regalos hacen que los pequeños los valoren menos: “les crean la convicción de que se lo merecen y, si no los reciben, no se sienten amados”.
“Si nos hemos decantado por los juguetes, es preferible que sean educativos, adaptados a la edad del niño. No deben ser sexistas y deben fomentar el desarrollo de la inteligencia cognitiva, emocional, artística y estar en consonancia con los valores que queremos inculcarles”, señala.
Regalar dinero, ¿sí o no?
Ortega comenta que esto depende de las características del receptor. El dinero puede ser un regalo acertado si esa persona está en un momento vital, con verdaderas carencias o si tiene ilusión por un proyecto, viaje o curso muy costoso.
También es apropiado si tenemos mucha confianza a quien vamos a regalar el efectivo y si es muy exigente. Debemos ser empáticos