Creativo déjà vu
Es un estilo que llegó para quedarse y ahora se integra a una decoración actual para crear espacios eclécticos
Parecía que era una moda que pasaría con el tiempo, pero lo cierto es que el mueble vintage y retro llegó para quedarse. Ahora la pieza es bien recibida en espacios que no son exclusivos de una decoración clásica, sino se integra a interiores eclécticos, en los que se mezcla lo de antaño con la decoración actual.
Así lo manifiesta la directora de la feria Antique & New Decó, Carmen Sánchez, especialista en mobiliario vintage, un estilo que cada vez es más constante en sitios y tiendas de decoración en línea.
Como paréntesis, ella recomienda que “antes de comprar, hay que ver y tocar, y no realizar pedidos a golpe de “clic”.
Chaise longes, vajillas, aparadores, espejos, butacas, lámparas o complementos decorativos son las piezas más vistas en este tipo de mobiliario, con el que siempre es fácil incluir una nota de color y despertar una sonrisa, cuando la mente nos devuelve a un “déjà vu” con los recuerdos de casa de la abuela.
Pablo Peñalver es el creador de Le Lamp, una firma que apuesta por “lámparas artesanales”, tanto en diseño como en fabricación. “La intención es que proporcionen esa luz tan necesaria para la lectura,” comenta, mientras demuestra lo sencillo que es montar una de ellas con base de hormigón, madera de haya y divertidas tulipas de plástico.
Además de estilo, proporcionan una atmósfera cálida a las habitaciones.
Los cables eléctricos de colores también aportan un toque divertido y actual a un diseño innovador dentro de una estética retro. Son lámparas elaboradas con solidez y minuciosidad, aptas para cualquier espacio.
Clásicos renovados
FriggAntik es la empresa creada por Alberto Muñoz y Martina Akesson, hija de anticuarios, que importa muebles escandinavos y mezcla diseños de los siglos XIX y XX. Ellos explican que en su “showroom” exhiben una infinidad de muebles de estilo ecléctico, interpretaciones de los clásicos que rescatan de todo tipo de situaciones y lugares.
Estos empresarios demuestran que la firma sueca Ikea ya es un icono de la decoración. “Tenemos dos sillas del catálogo de la firma de 1964,” dice Muñoz, mientras que, al mismo tiempo, señala sobre un aparador la publicación de aquel año. Lo que no deja de sorprender es la habilidad que se necesita para montar estos muebles escandinavos, por los que parece que no pasa el tiempo.
Asegura que la intención de su empresa es “la fusión y la mezcla de los muebles, porque creemos que funciona, una filosofía que no nos permite encasillarnos,” comenta mientras muestra un salón con un pequeño escritorio, sobre el que aparecen detalles decorativos y una enorme bola del mundo, junto a las butacas de Ikea y dos sillas con dos elementos decorativos de piel de borrego.