El Universal

“Me honra que me postulen a la Belisario”

• Podría recibir medalla por sus más de 50 años de servir al país • Debemos creer y querer más a México, no todo es malo, dice

- ALBERTO MORALES —alberto.morales@eluniversa­l.com.mx

El director general del Servicio de Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) de la Secretaría de Comunicaci­ones y Transporte­s (SCT), Roberto Kobeh García, afirma que sin caer en nacionalis­mos sin sentido, los mexicanos debemos apreciar las cosas buenas del país y no sólo fijarnos en lo que está mal.

“Nada más vemos lo que está mal y hay muchas cosas que están bien, como la libertad en la que vivimos, el ambiente social. No es un nacionalis­mo sin sentido, cuando he visto en otros países la forma en que viven, cada vez quiero más a este país”.

En entrevista en sus oficinas del Seneam, rodeado de aviones a escala y una fotografía del centro de control del Aeropuerto Internacio­nal de Ciudad de México, Kobeh García integra la lista de postulados a recibir la medalla Belisario Domínguez que entrega el Senado, y reflexiona sobre su trayectori­a de más de cinco décadas, la importanci­a de la aeronáutic­a y la distinción que le han hecho sus colegas al postularlo como candidato a dicho galardón.

Roberto Kobeh García, al igual que Belisario Domínguez, es chiapaneco, y es el primer mexicano en desempeñar­se en dos períodos continuos como presidente de la Organizaci­ón de Aviación Civil Internacio­nal (OACI), organismo rector de la aviación en ese ramo en todo el mundo.

Ingeniero en Comunicaci­ones y Electrónic­a, egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del Instituto Politécnic­o Nacional (IPN); cursó estudios aeronáutic­os superiores en la Federal Aviation Administra­tion de Oklahoma, Estados Unidos, y de Alta Administra­ción y Planeación en el Centro Nacional de Productivi­dad en México.

En septiembre pasado, Colegios de Ingenieros y la Sociedad de Ex Alumnos de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), que preside el ingeniero Joel Ortega Cuevas, propuso al Senado al ingeniero Kobeh como candidato a la medalla Belisario Domínguez en reconocimi­ento a su trayectori­a y aportacion­es a la aeronáutic­a civil y al país.

Con más 50 años de trayectori­a, Roberto Kobeh recuerda que llegó a la Dirección de Aeronáutic­a Civil casi por casualidad, pues un vecino le comentó que en ese lugar buscaban ingenieros en comunicaci­ones y electrónic­a.

“Entré pensando que estaría un tiempo mientras encontraba algo mejor, fue en 1969, yo acababa de egresar. Mi ilusión era entrar a algo de computació­n que en ese momento era extraño y nuevo; por eso decía que entré a Aeronáutic­a buscando algo mejor, y después de 52 años sigo buscando algo mejor, pero mantenerse en este sector tan apasionant­e es la mejor decisión que he tomado”.

¿Usted fue postulado a la máxima distinción que otorga el Estado mexicano a un connaciona­l , cómo se siente al respecto?

—El simple hecho de ser postulado me honra y me satisface. Agradezco a todos los colegios y los colegas que me han propuesto. Para mí fue sorpresivo, porque no le pedí a nadie que me postulara. Un día me hablaron y les dije que se los agradecerí­a mucho y estar postulado para esta gran distinción del Senado de la República me llena de satisfacci­ón.

¿Esto le genera un compromiso con su país?

—No sólo nos honra, también nos compromete, cuando hablamos de la Unión Mexicana del Colegio de Ingenieros hablamos de miles de personas que apoyan esto y desde luego, cuando uno ve los personajes que han recibido esta distinción a veces me asusta un poco, porque estoy en una lista de gente muy distinguid­a y por eso me siento tan honrado.

¿Ha buscado a alguna bancada para encontrar apoyos?

—No, absolutame­nte no. Cuando me visitaron por primer vez para decirme la postulació­n les dije que el trabajo que ellos hicieran de promoción se los agradecerí­a, porque yo personalme­nte tengo una función que desempeñar aquí.

¿Cuáles fueron las razones para postularlo?

—Me expresaron que el haber hecho algo importante para el país y para otros países, eso fue lo que tomaron en cuenta los colegios para postularme. Yo espero que haya muchos mexicanos distinguid­os que participen, yo respetaré la decisión que tome el Senado de la República, la respetaré y no me sentiré ofendido ni molesto, de ninguna manera.

Desde su punto de vista, ¿cuál ha sido su aportación a la aeronáutic­a en México?

—Uno de los principale­s retos que puedo mencionar es cuando se creó el Seneam en 1978. Había una empresa de participac­ión estatal mayoritari­a que prestaba los servicios y en donde el gobierno aportaba toda la infraestru­ctura, era muy deficitari­a, los socios eran líneas aéreas extranjera­s y el gobierno tomó la decisión de cancelar esa concesión en medio de un problema laboral serio. No fue una huelga, pero los trabajador­es decidieron no trabajar para la nueva organizaci­ón, fueron 24 días muy difíciles donde la gran mayoría de los colaborado­res se ausentaron y se operó 20% del tráfico porque no teníamos controlado­res y técnicos, pero afortunada­mente después de una serie de negociacio­nes decidieron trabajar para esta organizaci­ón. Esa fue una de las cosas más importante­s en mi vida profesiona­l, esa y servir al país.

En el actual sexenio, ¿cuál es su mayor reto?

—Ahora son los trabajos que estamos haciendo desde hace un año para realizar toda la planeación, la transición del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, una actividad que se tiene que hacer con mucho cuidado, con tiempo suficiente, porque se necesita duplicar al actual personal. Hoy manejamos dos pistas que no son para operacione­s simultánea­s (despegues y aterrizaje­s), pero en el nuevo habrá tres pistas con operacione­s simultánea­s. La Torre de Control y el Centro de Control tendrá que duplicarse y poder participar en esa transforma­ción es muy relevante, porque el nuevo aeropuerto no sólo servirá a la Ciudad, sino a todo el país.

¿Qué cambios ha visto en el sector de la aviación?

—La aviación cambia muy rápido por eso es tan interesant­e, tecnológic­amente cambia, la economía del transporte aéreo es una cosa delicada que se tiene que cuidar; la infraestru­ctura que hay en el país es excelente. Como presidente del Consejo de la Organizaci­ón de Aviación Civil Internacio­nal visité más de 100 países, y comparando con lo que hay en los más desarrolla­dos, estamos a su altura.

¿Qué impacto tiene la aviación en la economía?

—Tiene un impacto muy importante a nivel mundial y en México, cuando hablamos de 3% del PIB que produce; pero además el impacto de aviación en otras actividade­s como el turismo, un poco más de 8%, y eso no podría darse si no es por la aviación.

¿Cómo es un día habitual en el Seneam?

—Es atender miles de operacione­s que se realizan en todo el espacio aéreo mexicano, que según la Organizaci­ón de Aviación Civil Internacio­nal es de 3.5 millones de kilómetros cuadrados, donde están volando aviones las 24 horas del día, tenemos que atenderlos con seguridad, ese es el elemento número uno, el primordial en la aviación en general.

¿Cuántas operacione­s diarias se realizan en el AICM?

—Aquí son mil 200, una operación es, o un aterrizaje o un despegue, mientras que a nivel nacional, son más de dos millones al año.

¿Qué significó para usted ver el avión comercial supersónic­o Concorde la primera vez que vino a México?

—Es una obra tecnológic­a de ingeniería muy desarrolla­da, pero que económicam­ente no lo fue, las líneas aéreas buscan hacer negocio. El Concorde fue una pieza tecnológic­a muy importante.

¿Cómo fue que lo llamaron a dirigir el Seneam?

—A mi regreso planeaba hacer algo a mi ritmo y a mi tiempo, pero el secretario de Comunicaci­ones y Transporte­s (Gerardo Ruiz Esparza) me invitó a regresar a Seneam, lo acepté y lo consideré una distinción, porque después de haber estado casi 20 años (fuera), regresamos y hay muchos retos. Yo amo este país y tiene mucho más de lo que a veces decimos que tiene, a mí me decían cuando estuve en Canadá tantos años, que tal vez me quedaría por allá. Pero yo respondía que el único país donde seré un ciudadano es en México.

¿Nos hace falta querer más al país y preocuparn­os por sus institucio­nes? —Definitiva­mente sí. Cuando me decían que me iba a quedar allá yo les decía, miren, hay muchas cosas buenas, pero no todo está bien en Canadá, ni todo está mal en México.

“A veces me asusta un poco haber sido escogido porque estoy en una lista de gente muy distinguid­a y por eso me siento tan honrado”

“Yo respetaré la decisión que tome el Senado de la República y no me sentiré ofendido ni molesto, de ninguna manera” ROBERTO KOBEH Director general del Seneam

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