¡Adiós maestro!
Recordamos la vida y obra del recientemente fallecido Azzedine Alaïa
Azzedine Alaïa vivió gran parte de su carrera cambiando el rumbo de la moda y de algunas de las personalidades más importantes de la industria. Sin embargo, trató de mantenerse lo más alejado posible de los reflectores y, al mismo tiempo, alimentar
—de manera literal y figurativa— a una comunidad de personajes muy destacados de la industria.
El tunecino, quien falleció la semana pasada, tuvo como misión crear prendas que realzaran el cuerpo de sus clientas. Y no solo lo logró, sino que en el proceso llegó a usar técnicas impecables y muy innovadoras que lo han convertido en una referencia constante para cualquiera que esté interesado en la moda. Algunas de sus piezas icónicas, como los vestidos de coctel en lana negra, parecían simples a primera vista, pero una vez puestos era evidente que tenían la rigidez y, al mismo tiempo, la elasticidad suficiente como para moldear la figura y disimular sus imperfecciones.
“Para ser honesto, trabajo más que los otros diseñadores. No realizo ocho colecciones como ellos pero me involucro en todo, de principio a fin, incluyendo los envíos a tiendas”, explicó a WWD hace unos meses. Y esta afirmación tenía mucho de verdad, pues era de los pocos diseñadores en perpetuar los procesos de las casas antiguas de alta costura. En principio, no realizaba grandes pasarelas y casi siempre estaban fuera de tiempo con las semanas de la moda. No ofrecía licencias, tenía una presencia discreta dentro y fuera de su estudio y solo hasta hace unos años lanzó su línea de accesorios y perfumes. Con la ayuda de dos asistentes, prefería ejecutar los diseños directamente en el cuerpo y realizaba los ajustes de sus clientas en persona —al igual que Coco Chanel—.
Abundaron las celebridades que usaban sus piezas, pero solo Sofia Coppola, Kylie Minogue, Grace Jones y Tina Turner fueron parte de un grupo muy selecto de amistades del diseñador. Con el resto mantuvo una distancia muy clara: no prestaba ropa y solo en sus últimos años se fotografió con algunos personajes célebres. Irónicamente, una de sus primeras clientas fue Greta Garbo, quien para ese entonces llevaba varias décadas de retiro.
Pero en lugar de dejarse seducir por las luminarias decidió buscar la excelencia y formar nuevos talentos: la más célebre de ellos es Naomi Campbell, quien trabajó con él desde los 16 años, cerró su última pasarela, lo llamaba “papá” y se mostró muy afectada en el funeral del couturier. Con él se va uno de los pocos diseñadores que se mantuvieron a flote en medio de un sistema de la industria cada vez más caótico.
Las peleas del más grande
Alaïa nunca se mostró sorprendido o intimidado por otros titanes de la moda y más de una vez tuvo conflictos con ellos. El más sonado fue con Anna Wintour, quien, de acuerdo con el propio diseñador, lo vetó de Vogue: “las mujeres estadounidenses me aman y no necesito el apoyo de Anna. Ella solo hace relaciones públicas y negocios. Asusta a todos; pero, cuando me ve, la asustada es ella. ¿Quién se va a acordar de Wintour en el futuro? Nadie”, sentenció a la revista Virgine en 2011. En 2009, la exposición anual del MET (The Model as Muse) prescindió de sus creaciones y el diseñador no tuvo reparo en mostrar su indignación con el apoyo de Naomi Campbell y Stephanie Seymour, quienes se negaron a asistir a la gala en apoyo a su mentor.
En la misma publicación mostró un abierto desprecio hacia Karl Lagerfeld y sus métodos de diseño: “no me gustan sus diseños ni su actitud, es demasiado caricaturesca. Él es parte de otro sistema, y yo preferiría morir antes de ver mi cara impresa en un comercial de autos”. Cualquier otro lo habría perdido todo con esas declaraciones, pero no Alaïa.
“Prefiero involucrarme en todos los aspectos de diseño. De lo contrario, no sería un couturier sino un stylist. Y hay una diferencia entre ambos.” AZZEDINE ALAÏA DISEÑADOR DE MODA