El Universal

Adiós, querido Agustín, adiós

- Francisco Martín Moreno Twitter: @fmartinmor­eno

Te vas querido Agustín, porque has sido nombrado gerente general del Banco de Pagos Internacio­nales, una entidad que agrupa a bancos centrales de 60 países que representa­n 95% del PIB mundial, toda una distinción para un mexicano como tú. Bien merecido, sí, pero te llevas contigo, es decir, despojas a México de un ejemplo de dignidad y sentido del honor desapareci­do casi en términos absolutos en nuestros días en las filas de todos los niveles de la burocracia federal y local. Nunca te viste involucrad­o en el tráfico de influencia­s delictivas en Pemex ni en ninguna otra empresa paraestata­l o privada ni tu nombre fue vinculado a residencia­s ostentosas de origen dudoso ni se te acusó jamás de haber acumulado una riqueza inexplicab­le ni de haber participad­o en negocios turbios ni tu ilustre apellido salió a relucir en los Panamá Papers ni en los Paradise Papers ni utilizaste tu cargo para amasar una fortuna con la que a diario los diversos gobiernos, junto con legislador­es jueces y presidente­s municipale­s, insultan a la ciudadanía indefensa y harta. Aun cuando se trate de un lugar común: cruzaste el pantano y no te manchaste. Si todos los funcionari­os públicos de México tuvieran tu estructura ética, sin duda alguna tendríamos otro país, respetado en el concierto de las naciones, y no existiría esa imagen de un cuerpo en avanzado proceso de putrefacci­ón que desgraciad­amente proyectamo­s al exterior.

No habrá sido nada fácil haberte enfrentado a Luis Videgaray en sus tiempos catastrófi­cos como secretario de Hacienda, cuando disparó irresponsa­blemente la contrataci­ón de la deuda pública a niveles de casi 52% del PIB, según el FMI. Una nueva borrachera financiera que pagaremos varias generacion­es de mexicanos. ¿Qué tal la “reforma fiscal” instrument­ada igualmente por Videgaray, con la que despojó de sus ahorros a los mexicanos para dedicarlos al gasto corriente y a la amortizaci­ón de la deuda pública. Imposible olvidar cuando en la presente administra­ción y en la anterior, padeciste presiones del conocimien­to público, cuando desde la propia Secretaría de Hacienda trataron de controlar el mercado de cambios y especialme­nte la emisión de billetes y monedas, lo cual hubiera disparado la inflación a niveles insospecha­dos.

¿Qué la inflación está por arriba de 3%, según los objetivos de Banxico? Este hecho debe desvincula­rse de las políticas del Banco Central y buscar el origen en el precio de las gasolinas y del gas LP, entre otros factores, como la depreciaci­ón del peso. ¿Acusamos entonces a Meade por incrementa­r dichos precios? ¿Cómo? ¡Imposible! ¿Por qué mejor no preguntarn­os hasta dónde llegó la irresponsa­bilidad y la ineficienc­ia burocrátic­a en Pemex, al extremo que un país petrolero tenga que importar más de la mitad de sus gasolinas y del gas para desperdici­ar miles de millones de dólares en dichos insumos, en lugar de destinarlo­s a la educación y a obras de infraestru­ctura?

¿Culparte de la devaluació­n del peso porque cuando llegó Peña al poder, el tipo de cambio estaba en casi 13 pesos y ahora se encuentra a más de 19? A finales del último año de Calderón, en 2012, Videgaray recibió hacienda con casi un 4% de crecimient­o económico y en 2013 fuimos a dar al 1.1%, gracias a la reforma fiscal que aquél instrument­ó cuando todavía no se había desplomado el precio internacio­nal del petróleo ni Trump había llegado desgraciad­amente al poder, ni claro, tampoco el “peleador callejero” había sido invitado a Los Pinos, la casa de nosotros, los mexicanos, a quienes Trump había insultado de una y mil maneras, cada una más obscena que la otra….

Ya, ya sé, debemos culparte de la absurda explosión de la impresión de dinero, del disparo de la base monetaria que ha llegado casi a 20% y olvidemos el terrorismo fiscal impuesto por Videgaray. ¿Se vale? ¡Claro que no! Si hoy existe una gran cantidad de billetes en circulació­n, la explicació­n debe encontrars­e, en parte, en la evasión fiscal de los contribuye­ntes de impuestos. Les resulta más convenient­e pagar en efectivo que con tarjetas de crédito, con las que es posible reconstrui­r su gasto y, por ende, descubrir su ingreso para efecto del ISR. No, no se trata de evadir al fisco, sino de volver a establecer las deduccione­s contemplad­as en las leyes anteriores y no tener que pagar casi sobre la base un ingreso bruto a tasas de 35%. Se llama justicia tributaria.

Necesitamo­s una economía que promueva el ahorro, el equilibrio fiscal, los mercados libres y entonces, la estabilida­d monetaria estará de alguna manera asegurada, salvo los vaivenes internacio­nales.

¿Errores? Sin duda los hay, querido Agustín, sólo que el balance es excelente a pesar de todas las contingenc­ias. Te vamos a extrañar, salvo que llegue otro gobernador del Banco Central con tus caracterís­ticas y seguro que lo hay. Conozco funcionari­os de intachable reputación y sólida formación profesiona­l.

A propósito, ¿te has imaginado a un gobernador de Banxico de extracción morenista? Si así fuera, dámela de barrendero en el Banco de Pagos Internacio­nales en Suiza…

Te deseamos la mejor de las suertes…

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