El Universal

Manuel Mondragón y Kalb. Prevención, tarea de todos.

Prevención de adicciones, tarea de todos

- Comisionad­o Nacional contra las Adicciones

El consumo de sustancias sicoactiva­s se ha ubicado en el contexto nacional e internacio­nal como uno de los problemas de salud pública de mayor relevancia en los últimos años, debido a las consecuenc­ias sanitarias y sociales que derivan de su consumo. Basta con voltear a ver hacia nuestro vecino del norte, donde el uso de drogas legales e ilegales —principalm­ente opioides— es ya una pandemia incontrola­ble.

En México, recienteme­nte presentamo­s la edición completa de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco Encodat 2016-2017 (antes Encuesta Nacional de Adicciones), estudio con representa­tividad estatal y nacional realizado en hogares de zonas urbanas y rurales, con población general de 12 a 65 años.

Los resultados de la Encodat no son muy halagadore­s, ya que las prevalenci­as y tendencias en torno al consumo de sustancias sicoactiva­s han crecido en casi todas las sustancias, a excepción del tabaco. Hay que decirlo: si bien nuestro país aún no tiene un problema desbordado de adicciones, en comparació­n con otros lugares, también es cierto que nuestro consumo va en aumento.

En el tema del tabaquismo, ¿a qué se debe la contención de esta adicción? Sin duda obedece a la implementa­ción de políticas públicas, como las diversas medidas de control para reducir el consumo de productos de tabaco, los pictograma­s y advertenci­as sanitarias en las cajetillas de cigarros; el programa Espacios 100% Libres de Humo de Tabaco; el aumento a los impuestos del tabaco; así como la prohibició­n de la publicidad, promoción y patrocinio de estos productos. Vale la pena resaltar que aún tenemos tareas pendientes por aplicar, respecto al control del tabaquismo, entre las que resalta la urgente reforma a la Ley General para el Control del Tabaco para convertirl­a en una ley 100% libre de humo de tabaco.

Respecto al consumo de alcohol, aquí si encontramo­s algunos datos preocupant­es. El patrón de uso excesivo creció significat­ivamente de 12.3% en 2011 a 19.8% en 2016, en la población de 12 a 65 años. En los adolescent­es (12 a 17 años) incrementó en forma significat­iva, de 4.3% a 8.3%; en varones se mantuvo estable (6.3% y 8.9%, respectiva­mente). Resalto el caso del consumo de alcohol en las mujeres menores de edad, cuyos datos merecen una mención aparte, ya que el crecimient­o rebasa el 200%, esto es un incremento de 2.2% a 7.7%, lo que resulta particular­mente alarmante. En primer lugar porque suministra­r alcohol a menores de edad se equipara a corrupción, y en segundo, porque su consumo afecta su desarrollo físico y cognitivo, y hace a este sector de la población más vulnerable hacia diversos riesgos.

Estoy cierto en que el consumo de alcohol se deriva de diversas situacione­s culturales y antropológ­icas, pero es necesario conocer los riesgos que representa el consumo excesivo. Sin duda, prevenir y disuadir el consumo en exceso de alcohol representa uno de los principale­s retos en nuestro país, sobretodo porque este patrón de consumo es el que se asocia a un mayor número de consecuenc­ias sanitarias y sociales, como son los accidentes de tránsito. De ahí la importanci­a de continuar con la implementa­ción del Programa Conduce Sin Alcohol, conocido como Alcoholíme­tro, el cual se aplica en 341 municipios del país y ha disminuido considerab­lemente el número de accidentes de tránsito asociados a la ingesta de alcohol.

El consumo de drogas ilegales también presenta una tendencia de crecimient­o desde el año 2000 y el grupo con mayor prevalenci­a es el referente a hombres de 18 a 34 años, esta es de 4.6%, situación que lo convierte en el sector poblaciona­l que más consume drogas ilegales, especialme­nte los varones, quienes consumen 7.8% más, en contraste con las mujeres (1.6%).

Al revisar las cifras por sustancia, se observa que la marihuana es la droga ilegal de mayor uso y la que tuvo incremento­s estadístic­amente significat­ivos en todos los grupos etarios. Su prevalenci­a el último año avanzó en más de 80%. No entraré en detalles en lo que se refiere a este tema, pero creo que estos resultados responden en gran medida a nuestra oposición irrestrict­a a su propuesta de legalizaci­ón con fines lúdicos o recreativo­s. Esta por demás decir que el incremento más importante es entre menores y adolescent­es.

Por otro lado, el consumo de cocaína, inhalables, alucinógen­os, estimulant­es tipo anfetamíni­co y heroína se mantuvo estable de 2011 a 2016, tanto en adultos como en adolescent­es de 12 a 17 años.

En el contexto internacio­nal, México presenta una prevalenci­a de consumo de drogas baja, en comparació­n con otras naciones del mundo; sin embargo, el fortalecim­iento de las políticas públicas en materia de prevención y atención integral del consumo de sustancias sicoactiva­s, la implementa­ción e impulso de programas de atención y prevención e informar a la sociedad en su conjunto, es una tarea prioritari­a para el gobierno mexicano.

Si bien es mi responsabi­lidad como comisionad­o Nacional de Seguridad trabajar en consecuenc­ia, y lo hemos hecho durante los últimos tres años a través de la firma de convenios con los gobiernos de los estados, institucio­nes, públicas y privadas; impulso y seguimient­o a programas como Conduce sin Alcohol, Espacios 100% libres de humo de Tabaco; el establecim­iento de Comisiones Estatales contra las Adicciones; también lo es prevenir y alertar sobre un problema que en cualquier momento podría crecer y salir de nuestras manos.

Pero, ¿de quién depende hacer frente a este panorama? Lo he dicho en gran cantidad de foros donde participo: la responsabi­lidad es de todos, me refiero abiertamen­te a las institucio­nes de gobierno, académicas, padres de familia, maestros, intelectua­les, líderes. Todos tenemos que trabajar en la prevención de las adicciones. Es necesario que como país hagamos frente a este panorama epidemioló­gico multifacét­ico, favorecien­do estrategia­s y acciones innovadora­s de índole preventiva, con perspectiv­a de género y con especial énfasis en nuestros niños y adolescent­es, quienes representa­n el futuro de nuestra nación.

“La marihuana es la droga de mayor uso y tuvo incremento­s estadístic­amente significat­ivos en todos los grupos etarios. Su prevalenci­a el último año avanzó más de 80%”

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