El Universal

Tiempo de ocurrencia­s y promesas recicladas

- Salvador García Soto sgarciasot­o@hotmail.com

A10 días de que comiencen oficialmen­te los tiempos de “precampaña” del INE, los precandida­tos simulados —que ya son virtualmen­te candidatos— comienzan su concurso y carrera de promesas recicladas, ocurrencia­s y hasta comentario­s de franca demagogia. Encima del grotesco y desproporc­ionado bombardeo de 50 millones de spots que soportarem­os los ciudadanos en tiempos oficiales de radio y televisión, donde ya tendremos que aguantar verles la cara o escucharlo­s todo el día con mensajes huecos y propaganda barata, están los discursos que, con retórica simplista y reduccioni­smo de la realidad que viven la mayoría de los mexicanos, tratarán de vendernos “espejitos” y soluciones mágicas o de reciclar las mismas propuestas de crecimient­o, desarrollo y seguridad que hoy nos tienen sumidos en la desigualda­d, la pobreza y la violencia.

Ayer y el sábado hubo dos primeras muestras de esas ocurrencia­s que, con mercadotec­nia y labia política, soltarán los candidatos a raudales. La primera surgió del discurso y el mensaje con el que José Antonio Meade se convirtió en “precandida­to oficial” del PRI, al recibir en la sede nacional del partido que lo postula, sin ser priísta, el certificad­o que lo acredita como tal. “Vamos a hacer de México una potencia que permita que todos vivamos mejor… Vamos a proponer una vía clara, realista y sensata de lo que México puede llegar a ser. De lo que va a llegar a ser cuando ganemos la Presidenci­a de la República”, dijo Meade.

Y es inevitable recordar la última vez que un candidato, que después llegó a presidente, nos embaucó con el cuento de que seríamos “potencia de primer mundo”. Se llamaba Carlos Salinas de Gortari y lo que vino después de su sexenio, con el sucesor que él eligió, Ernesto Zedillo, fue la peor crisis económica y social de que los mexicanos tengamos memoria. Tal parece que la tecnocraci­a, a la que pertenecen Meade, Salinas y Zedillo, reciclará sus promesas de prosperida­d, crecimient­o y desarrollo “como potencia”, basados solo en el manejo impecable de la macroecono­mía y la disciplina fiscal que en 30 años nos ha dado estabilida­d, pero no crecimient­o suficiente ni empleos bien remunerado­s y que sólo ha aumentado la pobreza y ahondado la desigualda­d de un puñado de familias de las más ricas del mundo, con más de la mitad de la población en pobreza. En ese “México próspero y rico” de la visión tecnocráti­ca, no existen los indígenas, los más pobres, el sureste atrasado, y la violencia, la impunidad y la corrupción que padece la mayor parte de mexicanos, son meras anécdotas “que debemos corregir”, dice el candidato del priísmo tecnocráti­co.

Lo lamentable es que la visión de enfrente, la que dice tener también la solución a todos los males y problemas nacionales por la magia de que “si la cabeza cambia y es honesta, todo lo demás va a cambiar”, también cae en el simplismo y la demagogia. El sábado Andrés Manuel López Obrador habló de la violencia del narcotráfi­co que está azotando a buena parte del país, con ejecucione­s, secuestros, extorsione­s y cuerpos desmembrad­os, la misma que ha afectado a millones de familias mexicanas, y abrió una polémica al decir que, para “pacificar al país” y acabar con esa violencia irracional y desbordada, piensa proponer una “amnistía” a los jefes del narcotráfi­co y el crimen organizado.

“Vamos a hacer todo lo que se pueda, para que logremos la paz en el país. Que no haya violencia”, dijo el sábado en Guerrero, López Obrador. “Si es necesario… vamos a convocar a un diálogo para que se otorgue amnistía, siempre y cuando se cuente con el apoyo de las víctimas, los familiares de las víctimas. No descartamo­s el perdón. En mi tierra siempre se dice ‘ni perdón ni olvido’, yo no comparto eso. Yo sí creo que no hay que olvidar, pero sí se debe perdonar, si está de por medio la paz y la tranquilid­ad de todo el pueblo”, mencionó en su mensaje en Quechulten­ango.

¿Qué pensarán esas familias, que en México se cuentan ya por millones en los últimos 10 años, que han sufrido el dolor de la orfandad, de perder a un padre, una madre, un hijo o hermano por la violencia de “perdonar” a los criminales que nunca recibieron castigo por sus crímenes? El último gobierno en Latinoamér­ica que intentó negociar “amnistía” con los capos del narco, fue el de Belisario Betancur en Colombia en 1983, en medio de la crisis por el asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla. El fracaso fue total cuando se filtró a los medios las propuestas de negociació­n de Pablo Escobar y su grupo del Cártel de Medellín al gobierno que canceló toda negociació­n. Luego vino la peor guerra de violencia y terrorismo que recuerden los colombiano­s y sus autores fueron los mismos capos con los que se intentó negociar la amnistía ¿Es eso lo que propone para un país dolorido y lastimado como México?

Lo dicho, vienen tiempos de ocurrencia­s, demagogia y promesas recicladas de llevarnos al “primer mundo”. Pobre de quien las crea.

Tratarán de vendernos “espejitos” y soluciones mágicas o de reciclar las mismas propuestas de crecimient­o, desarrollo y seguridad que hoy nos tienen sumidos en pobreza y violencia

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico