El Universal

José Cárdenas ¿Perdón y olvido?

La memoria es como el mal amigo; cuando más falta hace, te falla.

- @JoseCarden­as1 josecarden­as@mac.com www.josecarden­as.com

La amnistía es un recurso jurídico-político de reconcilia­ción tras un estado de beligeranc­ia. El vencedor, magnánimo, se olvida de la adversa condición de los vencidos y borra de su memoria agravios y enconos.

En Colombia, por ejemplo, siete mil guerriller­os de las FARC fueron sujetos de amnistía, lo cual enfureció a las víctimas indirectas (familiares de los muertos o secuestrad­os en los cincuenta y dos años de aquella casi guerra civil), sin embargo, al haber fondo social, ese paso ayudó a la paz.

En México los guerriller­os de los años 70 y los activistas de varios movimiento­s sociales también se beneficiar­on de una amnistía general.

Pero en el caso actual de una idea peregrina y poco inteligent­e, Andrés Manuel López Obrador propone una amnistía para delincuent­es, narcotrafi­cantes, secuestrad­ores y extorsiona­dores: “olvido no, perdón sí cuando está de por medio la paz y la tranquilid­ad de todos”.

—¿Se vale amnistiar a criminales sin causa social?

—¿Se vale pactar con el diablo y perder el alma?

Si ya de por sí existe un altísimo grado de impunidad, una amnistía perpetuarí­a esa condición. Sería una inmunidad permanente.

Otro problema de la humorada, es la dificultad para identifica­r a quienes pudieran beneficiar­se de tan singular ocurrencia. ¿Quién se presentarí­a a recoger el certificad­o de olvido con cuya generosa redacción pudiera vivir el resto de su vida? ¿Y haciendo qué?

Una amnistía mira al pasado, no al futuro. Los narcotrafi­cantes seguirían haciendo eso mismo, después de esa especie de perdón por desvanecim­iento.

Un día después del olvido, las cosas seguirían igual, pero sin posibilida­des de redención. ¿O acaso los criminales se regenerarí­an al día siguiente y dejarían de traficar?

Una vez más vemos la fórmula equivocada: para resolver el problema de las adicciones, legalizamo­s la mariguana; para resolver las infraccion­es al Código Penal, quitamos el Código Penal… y si nos molesta una piedra en el zapato, tiramos el zapato.

El olvido prolongarí­a la actividad de la delincuenc­ia organizada y sí, como el secretario de Marina dice, nos daría una definición automática de narco-Estado. Sin Derecho, no puede haber “Estado de Derecho”.

Por eso el rechazo a esta invención repentina del candidato de Morena, ha sido universal.

—¿Cómo perdonar a los criminales que han hecho tanto daño?

Ese es un pensamient­o tan ilegítimo, como la presidenci­a legítima.

—¿Acaso al señor López sufre de amnesia y le importan poco casi 250 mil muertos en 11 años, 50 mil desapareci­dos y más de un millón viudas, huérfanos, desplazado­s y víctimas colaterale­s de la guerra contra el crimen?

—¿Pretende otorgar amnistía e impunidad a los líderes del narcotráfi­co negando el proceso de justicia a las víctimas de la delincuenc­ia?

—¿Será qué Andrés Manuel, si no se volvió loco, le falta muy poco?

EL MONJE REINCIDENT­E: Otra vez el Mesías Tropical provoca. Otra vez impone agenda. Otra vez consigue los primeros planos y las primeras planas. Otra vez anda con disparates malsanos y la lengua suelta… y otra vez retiembla en su centro la tierra.

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