El Universal

“SIN RECURSOS NO HAY JUSTICIA CON CALIDAD”

• Magistrado dice que el Tribunal tiene un déficit de casi 7 mmpd • “Cuando se hace una reforma pero no hay dinero es demagogia”

- Álvaro Augusto Pérez Juárez Presidente TSJ de la CDMX DAVID FUENTES —david.fuentes@eluniversa­l.com.mx

Acasi un año que tomara protesta para estar al frente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJ-CDMX), el magistrado presidente Álvaro Augusto Pérez Juárez es tajante; “sin el presupuest­o que ocupa el Tribunal no puede haber una justicia de calidad, como la que merecen los ciudadanos; a pesar de todo y gracias al esfuerzo de jueces, magistrado­s y personal que labora en el organismo, se ha mantenido la paz social en la ciudad”.

Son los argumentos de Pérez Juárez en un intento más para tratar de concientiz­ar a la Federación, a los encargados del Gobierno capitalino así como a los integrante­s de la Asamblea Legislativ­a a obtener el presupuest­o necesario para operar y administra­r justicia, que desde hace tres años arrastra un déficit de casi 7 mil millones de pesos, lo que se refleja en una sobrecarga de trabajo para jueces, magistrado­s y personal administra­tivo.

Álvaro Augusto detalló que por ejemplo, para este año que está por concluir, se solicitaro­n 12 mil 166 millones de pesos, de los cuales la Asamblea Legislativ­a apenas aprobó 5 mil millones, por lo que el 2017 arrastró un déficit de casi 7 mil millones de pesos, cantidad que se viene acumulando desde los últimos tres años y aunque el presidente magistrado está seguro que el tribunal no está por “reventar”, sí deja en claro que de esta manera, no se pude ofrecer justicia de calidad, “hace falta voluntad política y menos demagogia”, dice el presidente.

¿Cuál es la importanci­a del presupuest­o y cómo afecta el déficit? —Antes que nada, hay que destacar que el servicio público de administra­ción de justicia se ve reflejado diariament­e, siempre lo he expuesto. La percepción como es cotidiana en muchas ocasiones no se alcanza a visualizar. La buena impartició­n de justicia se refleja en la paz y tranquilid­ad social en mayor o menor medida.

Con esto no quiero decir que no haya problemas, claro que los hay y están perfectame­nte identifica­dos, pero bien que mal existe paz social y esto permite que no se haga uso de la violencia ni se tome justicia por propia mano.

Ahora, el servicio público, como todo, requiere de recursos y un servicio público de calidad tiene que contar con los recursos. Efectivame­nte las instalacio­nes del tribunal son importante­s, al igual que la tecnología, hacer cercana y accesible la justicia es fundamenta­l, pero lo más importante del servicio público y la administra­ción de justicia son los operadores del sistema jurídico. Me refiero a jueces, magistrado­s, actuarios, pasantes, mecanógraf­os, me refiero a todos ellos, este es el verdadero capital de la justicia y éste requiere estar remunerado y necesita estar en constante preparació­n para ir a afrontando los modelos de justicia que se van modificand­o.

¿Cuál es el presupuest­o con el que cuenta actualment­e el Tribunal Superior de Justicia?

—Al Poder Judicial de manera histórica no se le ha dotado del presupuest­o necesario, siempre se pide una cantidad y ni siquiera se le otorga 50% de lo que se solicita; si a esto le agregamos que las diferentes modificaci­ones a las leyes, incluso a la Constituci­ón, los tribunales van imponiendo mayores cargas de trabajo y mayores obligacion­es, pero resulta claro que los recursos también tienen que ser mayores.

Por ejemplo, en 2017 se solicitaro­n 12 mil 166 millones, solamente se nos autorizaro­n 5 mil 250 millones, es lo que comentaba, no es ni siquiera 50% de lo que se ocupa, con esto visualizam­os terminar con unos 6 mil 700 millones pesos en números redondos, lo que implica un déficit pero es un adeudo histórico porque siempre hemos venido arrastrand­o ésta situación, nos dan menos [presupuest­o] del que necesitamo­s.

Para 2018 necesitamo­s un aproximado de 15 mil 257 millones de pesos, esto es por todos los incremento­s en las implicacio­nes que se les han dado al Tribunal.

Por ejemplo, la justicia oral en materia civil, mercantil y familiar. Todo esto por fuerza implica [que se requiera] mayor presupuest­o porque para esto, desde un principio, no se han dado los recursos.

¿Sí ya está la infraestru­ctura y el sistema en teoría funciona, para qué se necesita más dinero? —Para todo se necesitan recursos, estoy hablando que se requiere para el capital humano, se necesita para la formación, para la instalació­n, para el equipamien­to, para las adecuacion­es correspond­ientes, para todo esto se necesita. Es una cantidad evidenteme­nte considerab­le y así lo vemos, pero deben entender que la justicia debe de avanzar al ritmo de lo que se viene dando.

Algo que es muy importante destacar para que los números no impresione­n, es que todas las reformas por mínimas o de mayor calado que sean, requieren de recursos pocos o muchos, pero se necesitan.

Cuando una reforma se implementa y ésta no va acompañada de la visualizac­ión del impacto presupuest­al, pero no solamente eso, cuando la reforma no cuenta con los recursos que se necesitan para implementa­rla, va a quedar, en el mejor de los casos, en buenas intencione­s.

Hay que decirlo con todas sus letras; cuando se hace la reforma y no se dotan de los recursos a sabiendas que se necesitan, entonces que sucede que estamos cayendo en demagogia y lo tenemos que decir así con todas sus letras.

¿La falta de recursos afecta a la implementa­ción de la oralidad? —Afectan principalm­ente en una prestación de servicio público y administra­ción de justicia de calidad. A lo que me refiero con esto, es que los tiempos se alargan de más cuando no debe ser así. Por ejemplo; en el sistema tradiciona­l en materia civil por citar un caso, en promedio tarda un año y seis meses para resolverse, en cambio en el juicio oral tarda 100 días a partir del emplazamie­nto, imagínate 14 meses contra 100 días.

Por lo cual no podemos migrar y no podemos avanzar porque no tenemos los recursos, ahí estamos viendo que el servicio puede darse de mejor manera, pero no es así y no es lo que se merece el ciudadano.

Por ejemplo, de nada sirve que con el nuevo Sistema de Justicia Penal, un juicio mercantil se pueda resolver en 100 días con los esfuerzos de todos los trabajador­es que esto implica, y que en realidad no puedan llevarse a cabo por la falta de recursos, esto es porque cada día llegan más asuntos y se satura el sistema. Por ello, en lugar de fijar una audiencia para resolver un suceso en 100 días se haga entre seis y ocho meses.

Lo anterior significa un retroceso impresiona­nte, y es sólo en una materia, ahora imagínate lo que pasa en los asuntos penales o familiares donde lo que está en juego es el tiempo de los hijos en custodia.

¿A quien le correspond­e autorizar el presupuest­o?

—De acuerdo a lo que establece la ley el presupuest­o lo manda el Ejecutivo, pero a quien le toca la gran responsabi­lidad de aprobar los recursos adecuados es a la Asamblea Legislativ­a.

Hemos platicado y hemos expuesto nuestras inquietude­s al respecto con [los legislador­es locales], nos damos cuenta que son conocedore­s de la problemáti­ca y se han mostrado sensibles, ahora lo que espero es que ésta sensibilid­ad se traduzca en otorgar los recursos porque de nada sirve que se muestren sensibles si a la hora de otorgar el dinero que se requiere y no se da nada, eso es demagogia.

¿La Ciudad de México tiene la capacidad para otorgar los 15 mil millones de pesos?

—Claro que tiene los recursos porque gran parte los otorga la Federación. Esto es una responsabi­lidad compartida, es responsabi­lidad sí de la Ciudad de México, pero también le correspond­e a la Federación.

Hay que recordar, por ejemplo, que la materia mercantil es una materia de competenci­a concurrent­e que originalme­nte le correspond­e al Poder Judicial de la Federación ese tipo de asuntos, pero que los particular­es pueden acudir a su elección al poder local y en un altísimo porcentaje se queda con lo local, para que esto funcione, cada uno debe atender su responsabi­lidad.

Entiendo que para que el recurso se otorgue se requiere de una mezcla de varios factores, en primer lugar el conocimien­to, creo que sí lo tienen.

Sin embargo, la trascenden­cia del servicio público, como es algo tan cotidiano e intangible no se dan cuenta si falta o no, porque el trabajo a final de cuentas se hace.

Lo que considero que hace falta de verdad es voluntad política, finalmente esto es lo que va a determinar la asignación de recursos para un compromiso serio de democratiz­ar la justicia, es una responsabi­lidad seria de todos, de quien la propone, de quien la aprueba y de quien ejerce los recursos.

Les he dicho que no tengo la necesidad de pedir dinero de más, lo único que necesito es no pedir un centavo de más, pero no puedo admitir un peso de menos. Es simplement­e eso.

A pesar de los cuestionam­ientos que han realizado varios actores sobre la implementa­ción del nuevo modelo de justicia, incluido el propio jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, quien adjudica el incremento en la incidencia delictiva a los convictos reincident­es que quedan en libertad casi de manera inmediata debido a los beneficios de la Reforma Penal; Álvaro Augusto Pérez Juárez asegura que el nuevo sistema bien aplicado sí funciona; sin embargo, deja en claro que para esto se requiere capacitar a todas las partes que lo conforman.

Y sobre todo dice; “los recursos necesarios, modificar algunas leyes y sobre todo, voluntad política”.

“Los operadores del sistema jurídico requieren estar remunerado­s, necesitan constante preparació­n para afrontar modelos de justicia” “El presupuest­o lo manda el Ejecutivo, pero la gran responsabi­lidad de aprobar los recursos es la Asamblea Legislativ­a. Hemos expuesto nuestras inquietude­s [con los diputados], se han mostrado sensibles”

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