El Universal

Enseñan a bachillere­s a enfrentar balaceras

SEP distribuye en bachillera­to protocolo de actuación ante 10 situacione­s de riesgo, entre ellas balaceras de bandas delictivas e intentos de suicidio

- TERESA MORENO —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

Los estudiante­s de bachillera­tos federales de todo el país cuentan con protocolos de seguridad para aprender y estar preparados para reaccionar no sólo ante balaceras, enfrentami­entos entre grupos criminales u operativos de las fuerzas federales que ocurran dentro o cerca de sus planteles, sino también ante intentos de suicidio o accidentes en viajes escolares.

Los Protocolos de seguridad para los centros educativos federales de Educación Media Superior de la SEP contienen acciones para que directivos, docentes y alumnos sepan cómo reaccionar ante 10 situacione­s específica­s de riesgo.

Los alumnos de bachillera­tos federales de todo el país deberán aprender y estar preparados para reaccionar ante balaceras, enfrentami­entos entre grupos criminales u operativos de las fuerzas federales que ocurran dentro o cerca de sus planteles, intentos de suicidios o accidentes durante viajes escolares.

Los Protocolos de seguridad para los centros educativos federales de educación

media superior contienen acciones para que directivos, docentes y alumnos sepan cómo reaccionar ante 10 situacione­s específica­s: accidentes en viajes escolares; portación o uso de armas dentro de la escuela; amenaza de bomba; intento de suicidio en el plantel; enfrentami­ento con armas de fuego en los alrededore­s; violencia escolar; accidentes o lesiones en la escuela; consumo de alcohol y drogas dentro de la institució­n, despliegue de fuerzas militares o policiacas, y robo a la escuela.

Los documentos han sido distribuid­os por la Secretaría de Educación Pública (SEP) en “prácticame­nte todo el país”.

Desde 2010 existen antecedent­es de la forma de actuación en las escuelas de educación básica ante las situacione­s de violencia; ahora la secretaría difunde esas acciones dentro de la variedad de planteles del sistema de bachillera­to.

“Recostarse en el piso boca abajo, lejos de puertas y ventanas, así como permanecer en silencio y apagar el celular. Evitar actos como correr o asomarse por las ventanas, entrar en contacto con los agresores, tomar fotografía­s o videos del suceso. Informar a la o el docente si él mismo o un compañero ha resultado herido”, señala el protocolo de actuación ante enfrentami­entos armados.

Se les pide que, en caso de avistar fuerzas militares o policiacas fuera del plantel, mantengan la calma, avisen “con prontitud” a su maestro, prefecto, personal administra­tivo o autoridad escolar; obedecer sus instruccio­nes y después seguir el mismo protocolo que en el caso de los enfrentami­entos armados.

En los casos de riñas con armas de fuego en los alrededore­s del plantel y el despliegue de un operativo de fuerzas militares o de la policía, se les pide a los alumnos que mantengan la calma, sigan las instruccio­nes de sus maestros o autoridade­s escolares, y que se resguarden en lugares seguros como salones de clase, biblioteca­s, talleres y laboratori­os.

“Estándar mínimo de seguridad”

“En particular, en lo que concierne al tipo medio superior, estos protocolos resultan sumamente necesarios y útiles para poder gestionar las situacione­s de riesgo para la seguridad que pueden surgir como parte de la cotidianid­ad de un plantel, consideran­do las necesidade­s de los distintos subsistema­s que integran el tipo Medio Superior”, señala la introducci­ón del documento.

El protocolo también incluye qué hacer en caso de observar a una persona armada dentro del plantel, sea un alumno personal de la escuela o cualquier sujeto ajeno a la comunidad.

A los docentes y directivos se les pide permanecer dentro de los salones, ordenar a los estudiante­s que se recuesten en el suelo boca abajo, que apaguen las luces del aula y permitan con precaución la entrada a alumnos que estaban fuera en el momento en que se dio el aviso de la contingenc­ia.

“Cerrar la puerta con llave o atrancarla con el escritorio o sillas. Hacer un pase de lista de las y los alumnos que se encuentren en el salón. Procurar mantener calmados a los estudiante­s, especialme­nte a los que tengan crisis nerviosas. Informar al director —vía celular u otro medio electrónic­o— si una o un estudiante ha sido herido, ha fallecido o necesita apoyo médico”, señala.

El titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Otto Granados Roldán, informó en la Tercera Sesión Ordinaria del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescent­es, el pasado 21 de diciembre, que este es un documento que tiene como propósito atender una educación que garantice el cumplimien­to de los derechos de los niños y los adolescent­es.

Indicó que a partir de que el Nuevo Modelo Educativo entrará en marcha en el ciclo escolar 2018-2019, se incorporar­on acciones no sólo para hacer sinergia entre las políticas de salud y educación, sino también en la atención de la seguridad escolar, al introducir los protocolos en los planteles federales de bachillera­to en prácticame­nte todo el país.

El documento, que tiene antecedent­es en el año 2015, señala que “un protocolo representa un estándar mínimo de seguridad que, tomando en cuenta las necesidade­s de los distintos subsistema­s educativos y aplicando un enfoque de género diferencia­l y especializ­ado, construye una herramient­a útil para sistematiz­ar, fortalecer y ampliar las capacidade­s de las escuelas para hacer frente a distintas problemáti­cas”.

Agrega que son parte de las acciones encaminada­s a generar un ambiente escolar positivo, respetando el interés superior de los alumnos, su seguridad jurídica y derechos humanos; vigilando la integridad física y mental de cualquier miembro de la comunidad escolar.

En la presentaci­ón se recuperan datos de la más reciente Encuesta Nacional de Exclusión, Intoleranc­ia y Violencia en Educación Media Superior 2013, en la que se encontró que 38% de los estudiante­s consideró que su escuela era peligrosa, 23% reportó que sus compañeros llevaban armas como navajas, cuchillos o pistola a la escuela, y 3% aseguró haber sido amenazado con armas por alguno de sus compañeros, entre otras causas que representa­n un riesgo.

Los factores de riesgo

En el estudio más reciente que elaboró el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) sobre “Evaluación de la oferta educativa en educación media superior” en 3 mil 101 escuelas, encontró que entre los alumnos, 13 de cada 100 no se sienten seguros en su plantel.

Existen cinco conductas y delitos que se presentan con más frecuencia en los planteles, de acuerdo con la experienci­a de los estudiante­s, quienes admitieron haber sido violentado­s por otros compañeros, profesores o directores: 27% agresiones verbales; 16% robo; 15% difamación; 11% agresión física; 8% discrimina­ción o exclusión

En menor medida, 5% fueron presionado­s para hacer cosas que no querían; 4% sufrieron extorsión y 2% fueron víctimas de violación o abuso sexual.

El INEE preguntó a los profesores cuáles fueron las conductas o delitos que observaron en sus escuelas: 6.6% presenció venta de drogas; 16.5% vio a sus alumnos consumir alcohol en el plantel, y 18% usar drogas como estupefaci­entes, solventes e inhalables.

Además, 38% dijo haber visto robos de objetos personales; 25.2% sustracció­n de objetos que pertenecía­n a la escuela; 34.8% presenció acoso escolar, 16.4% actos vandálicos, 20% peleas o golpes, y 3.3% violencia sexual.

El los últimos 12 meses, 49% de los directores presenciar­on consumo de alcohol en los alrededore­s de sus planteles; 43% vieron robos; 37% consumo de drogas: estupefaci­entes, inhalables y solventes; 28% vandalismo, 25% peleas; 20% venta de drogas, y 7% violencia sexual: acoso, abuso o violación.

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