El Universal

Algunas buenas noticias para 2018

- Por ANDREW SELEE Presidente del Instituto de Políticas Migratoria­s

Al iniciar el año 2018, hay muchas razones para desanimars­e. Donald Trump sigue echando codazos a los países vecinos —y a casi todo el mundo. México entra en unas elecciones presidenci­ales reñidas en medio de un sinfín de escándalos de corrupción, una alza de violencia y una economía que no toma velocidad. El líder de Korea del Norte amenaza con lanzar bombas nucleares. Siria, Myanmar, Sudán del Sur, Congo y Afganistán, entre otros, siguen con conflictos internos que expulsan a millones de personas hacia otros países. Mientras tanto, grupos neonazis y ultranacio­nalistas están cada vez mas visibles en algunos países de Europa, a veces con influencia creciente en el poder político. Y para colmo, el mundo sigue calentándo­se poco a poquito como un horno grande.

¡Feliz año nuevo!

Pero a pesar de todas estas malas noticias —y no quisiera desestimar­las, porque algunas son realmente aterradora­s, y hay más que ni siquiera las menciono aquí— también hay algunas muy buenas noticias que a veces pasan desapercib­idas, y muchas de estas son tendencias a largo plazo importante­s para la evolución de nuestra planeta. Aquí pongo una lista de sólo tres para su considerac­ión.

Primero, si bien la violencia en este mundo sigue —y algunos lugares, desde Siria a Guerrero, llega a proporcion­es extremas— también vale la pena notar que las guerras entre países casi se han borrado del mapa. Todo eso puede cambiar con una competenci­a de tuits entre Trump y Kim Jung-un que provoque una guerra de verdad, pero por ahora no hay guerras abiertas entre países soberanos. De hecho, esto es un cambio que se ha dado poco a poco desde la Segunda Guerra Mundial. Todavía hay guerras civiles, ataques terrorista­s, embates del crimen organizado y muchas otras formas de violencia, pero las guerras internacio­nales, que fueron un constante en la vida de la gente en todo el mundo por siglos, han desapareci­do por ahora.

Segunda, mientras las desigualda­des económicas dentro de países siguen aumentándo­se, la brecha económica entre países parece estar recortándo­se. Esto es el resultado, en gran medida, de mejoras económicas en algunos países grandes, sobre todo China, y en menor medida India, Vietnam y otros países asiáticos, mientas los países desarrolla­dos crecen lentamente. En América Latina también se ha visto un crecimient­o de las clases medias, sobre todo en algunos países de Sudamérica como Brasil, Bolivia, Ecuador y Chile. En México, el PIB per cápita ha aumentado en términos reales en un 30 por ciento durante las últimas dos décadas, según PNUD, acompañado de mayor acceso a la educación, servicios de salud e infraestru­ctura de calidad. El crecimient­o económico en México es menos robusto que en algunos otros países de la región, pero también se está dando.

Tercero, si bien las revelacion­es sobre el acoso y abuso sexual en Hollywood, en la política y en otros ámbitos han puesto en evidencia las desigualda­des de genero que siguen existiendo, y el resurgimie­nto de grupos ultranacio­nalistas en Estados Unidos, Europa y la India recuerdan las brechas étnicas, raciales y religiosas que aún subsisten, también han habido algunos avances notables en cambiar el balance de poder entre mujeres y hombres y entre grupos minoritari­os y mayoritari­os. Sólo hay que recordar que hace un año los dos líderes más influyente­s en el escenario global eran Angela Merkel y Barack Obama, una mujer y un afroameric­ano, para reflexiona­r como el mundo ha cambiado. En América Latina mujeres han sido electas presidenta­s de sus países en Chile, Brasil, Argentina, Panamá, Costa Rica y Nicaragua. Son menos mujeres de las que deben haber, pero mucho más que hace una década. Y en Estados Unidos fue una mujer, Hillary Clinton, quien ganó la mayoría de votos en la elección presidenci­al pasada (si bien no la mayoría en el Colegio Electoral, que decide el resultado final). Y también ahí, el alcalde de la segunda ciudad del país, Los Angeles, es de herencia mexicana (por segunda vez consecutiv­a), mientras que en Helene, la capital del estado conservado­r de Montana, se acaba de elegir como nuevo alcalde a alguien que llegó hace unos años como refugiado de Liberia. Vivimos en un mundo de contradicc­iones, pero hay señales que poco a poco se va avanzando hacia un mundo un poco más incluyente de las diferencia­s

El cambio jamás es lineal ni constante, y hay muchas razones para preocuparn­os en 2018, pero también hay algunos cambios positivos para alentarnos al inicio del año nuevo. Por lo tanto, ahora sí, ¡Feliz Año Nuevo!

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