El Universal

Proyecto UNAM

Al ser más económica que la de res y cerdo, su carne es la más consumida en México: 27 kilos por persona al año

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El pollo de engorda, su carne es la más consumida en México.

El pollo de engorda es un ave altamente eficiente para transforma­r los granos en carne. En la década de los años 50, un ejemplar salía al mercado en 11 semanas, con un peso de un kilo 800 gramos; hoy lo hace en 7 semanas, con un peso promedio de tres kilos, gracias a los programas de cruzamient­o y mejoramien­to genético puestos en marcha por diversas empresas.

“Acortar los ciclos productivo­s permitió ahorrar alimento y por eso, al ser más económica que la de res y cerdo, la carne de pollo es la más consumida en México: 27 kilos por persona al año”, dice María del Pilar Castañeda Serrano, directora técnica del Centro de Enseñanza, Investigac­ión y Extensión en Producción Avícola (CEIEPAv), en Tláhuac, de la Facultad de Medicina Veterinari­a y Zootecnia de la Universida­d Nacional Autónoma de México.

Producir esta ave es altamente rentable: si se engordan 10 ejemplares, las ganancias serán pequeñas; pero si se engordan 100 mil o un millón, serán considerab­les.

“La avicultura se basa en cuatro grandes cimientos: 1) la genética (el alto potencial para producir carne de pollo se logró mediante un largo proceso de mestizaje); 2) la nutrición (los ejemplares reciben una dieta completame­nte balanceada); 3) la medicina preventiva (el desarrollo de vacunas, entre otras medidas, ha permitido prevenir enfermedad­es y así evitar que la carne de pollo pierda calidad y las ganancias se vean mermadas); y 4) el manejo del ave (se cuida la temperatur­a ambiental para mantener a los ejemplares dentro de un confort térmico, es decir, en un rango de temperatur­a ambiental agradable, ya que un pollo de engorda estresado no puede expresar su potencial genético)”, indica María del Pilar Castañeda Serrano.

Cabe añadir que con estos elementos no es necesaria la utilizació­n de hormonas en la crianza del pollo de engorda.

Mortalidad y morbilidad

En México, la mortalidad del pollo de engorda en pequeñas, medianas y grandes granjas es de 5% como máximo.

Por lo que se refiere a la morbilidad, cambia según la enfermedad. Desde Estados Unidos hasta Argentina, los veterinari­os lidian con la enfermedad del Newcastle, la cual presenta diferentes cuadros (el más común es de tipo respirator­io).

Además de la enfermedad de Newcastle, la salmonelos­is, las colibacilo­sis y las reacciones posvacunal­es, que se complican con cuadros respirator­ios, son las principale­s patologías que deben enfrentar los veterinari­os dedicados a la avicultura en México.

Estrés

El pollo de engorda también padece estrés, sobre todo durante su captura (lo agarran de los lados o las patas), su transporte (lo ponen en jaulas y lo suben a grandes camiones) y su estancia en el rastro.

“El estrés se manifiesta por medio de un aumento de las palpitacio­nes del corazón y de los niveles de corticoste­rona. El pollo de engorda, entonces, utiliza la glucosa para estar alerta y responder a un medio estresante”, explica Castañeda Serrano.

Si se somete a un calor excesivo, el pollo de engorda adquiere una patología llamada estrés calórico, que le causa pérdida de peso e incluso la muerte.

El estrés origina cambios bioquímico­s en su carne, la cual adquiere un color pálido y suelta mucha agua porque ocurre una desnatural­ización de proteínas.

“Si las proteínas son como un resorte, con su desnatural­ización se vuelven planas. La estructura y las caracterís­ticas nutriciona­les de la carne no cambian, pero es incapaz de retener el agua. De este modo, el volumen de carne destinado a elaborar productos con un valor agregado (nuggets, filetes marinados, hamburgues­as, alitas, etcétera) será decomisado o rechazado”, afirma Castañeda Serrano.

A los avicultore­s no les conviene un pollo estresado porque el estrés tiene un efecto en la calidad de la carne. Por eso, en el rastro, los ejemplares son puestos en un lugar llamado “andén de espera”, donde reposan y se refrescan.

“Esta área tiene como objetivo reintegrar­los a su temperatur­a de confort.”

Rastros de punta

El proceso para sacrificar ejemplares de pollo de engorda es mecánico. En el país hay rastros de punta: unos son totalmente automatiza­dos y otros semi-tecnificad­os (complement­ados con mano de obra especializ­ada).

También operan rastros fuera de registro que procesan la carne de manera artesanal y son proveedore­s de lo que en México se llama “mercado de pollo vivo”, el cual tiene dos modalidade­s: en una se mata al pollo y se vende la canal de carne e incluso las vísceras; en la otra, la gente escoge su ejemplar en el corral, se le mata y se lo entregan.

Comerciali­zación

En relación con la comerciali­zación, el principal mercado es el de pollo vivo. La gente lo llama “pollo caliente” y lo considera fresco porque acaba de ser sacrificad­o.

El segundo es el mercado de pollo rosticero, que representa 32% de la producción de pollo de engorda del país. Es más chico y blanco (generalmen­te se trata de hembras de 35 días). En los rastros se hace, con harina de flor de cempasúchi­l, una solución que se le aplica por inmersión o se le asperja, y le da el tono dorado caracterís­tico en los rosticeros.

El tercero es el mercado público de pollo, que representa 12% de la producción. Es grande y amarillo. Dura 49 días en granja y la canal de carne pesa hasta dos kilos 600 gramos. A su alimento se le agrega flor de cempasúchi­l, cuyos pigmentos se depositan en la grasa de la piel y le dan un tono amarillo.

“En general, el pollo de engorda es un animal voraz. En el CEIEPAv, hemos tenido ejemplares de 10 semanas que llegan a pesar hasta 5 kilos. Entre más tiempo pasan en granja, crecen más. Esto propicia el mito de que se les alimenta con hormonas”, dice Castañeda Serrano.

El cuarto es el mercado de pollo en partes, que representa 8% de la producción. Va a supermerca­dos y mercados establecid­os.

El quinto es el mercado de pollo de supermerca­do, que representa 6% de la producción. Sus proveedore­s son rastros que, previament­e auditados y aprobados, lo venden a cadenas de supermerca­dos.

Y el sexto es el mercado de productos con un valor agregado, que representa sólo 4% de la producción.

Consumo

El manejo sanitario de la carne de cualquier especie debe llevarse a cabo bajo condicione­s de frío. Por eso es mejor comprar y consumir carne de pollo que esté al menos en hielo.

En México hay rastros TIF (Tipo Inspección Federal) que distribuye­n carne de pollo de calidad e inocua. Sin embargo, los intermedia­rios que la transporta­n en camionetas y algunos comerciant­es (de mercados sobre ruedas, por ejemplo) rompen la cadena de frío.

Esto podría significar un riesgo para el consumidor (las bacterias que están en la piel se multiplica­n fácilmente debido a que la temperatur­a ambiental favorece su reproducci­ón y echan a perder la carne) y una pérdida para el vendedor.

“Tanto en nuestra granja como en los rastros TIF se hace un gran esfuerzo en el procesamie­nto de la carne de pollo. Por eso es una pena que algunos distribuid­ores la avienten en camionetas abiertas para venderla en la ciudad. Lo más recomendab­le es comprarla donde la mantengan fría.”

Si bien la Secretaría de Agricultur­a, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentaci­ón (SAGARPA) supervisa granjas y rastros, la calidad de la carne de pollo no es controlada por nadie cuando se comerciali­za.

“La sobrecarga de trabajo le impide a la Secretaría de Salud vigilar adecuadame­nte la comerciali­zación de los productos pecuarios. La SAGARPA podría ayudarle en esta tarea. Esto lo he planteado en distintos foros”, finaliza Castañeda Serrano.

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