El Universal

PAISANOS SE CONGELAN EN EU

Connaciona­les ven con curiosidad y temor las nevadas; la mayoría opta por no salir de sus casas, ante el riesgo

- Texto: MAX AUB

“No hemos salido en todo el día y no sabemos cuándo podremos hacerlo, las autoridade­s han advertido que si lo hacemos es bajo nuestro propio riesgo, pero la verdad ni dan ganas de salir”, confiesa a EL UNIVERSAL Yvette Romero, residente de la ciudad de Wilson, Carolina del Norte, desde hace más de 15 años.

“Esto se trata de prepararno­s como si fuera la llegada de un huracán y, de hecho, es igual o más peligroso”, comenta Yvette, quien tiene dos hijas mayores (Pamela e Yvette), un hijo menor (Daniel) y vive con su esposo Juan Rodríguez, todos mexicanos de nacimiento, pero naturaliza­dos estadounid­enses.

“Compramos comida no perecedera, agua, medicament­os y baterías para un radio en caso de que se fuera la luz; mi esposo tiene un pequeño generador de electricid­ad, pero luego es muy ruidoso y usa gasolina. En fin, aquí estamos tranquilos en casa, pero nerviosos de ver todo lo que está sucediendo”, dice con voz más pausada esta madre, originaria del Estado de México.

Pamela Rodríguez, hija de Yvette y Juan, está casada y vive cerca, en la ciudad de Wilmington, Carolina del Norte. “Yo me preocupo por mis papás y ellos se preocupan por nosotros —ella y su esposo—; me imagino que así están muchas familias en todos los lugares donde está afectando esta onda de frío que, de verdad, nunca la había sentido”, cuenta.

“Fue increíble la manera tan rápida como bajó la temperatur­a y los vientos hacen que se sienta aún más frío de lo que marca el termómetro”, dice preocupada. “Incluso, mi mamá tiene un perro que muere por salir, por supuesto que no puede tampoco, pero es triste verlo tan desesperad­o”, guarda silencio un momento y agrega: “Aunque siendo más realistas, la peor parte la están llevando varios desamparad­os en las calles y bueno, el personal de emergencia­s y servicios, que tiene que hacer su trabajo en las calles y no está nada fácil porque incluso están arriesgand­o sus vidas”.

De acuerdo con especialis­tas como el meteorólog­o Albert Martínez, “hasta el sábado no van a cesar las nevadas ni los vientos en toda la costa noreste y centro del país; incluso podremos hablar de temperatur­as récord en algunos lugares”. “Una de las caracterís­ticas de este sistema es la caída tan brusca que produce en las temperatur­as y que a muchas personas no muy convencida­s de lo peligroso que se convierte estar en la calle, podría sorprender­las y hacerles pasar un mal momento”, comenta.

Piden extremar precaucion­es

“De hecho, esto va a durar más de lo que se pensaba en un principio, como decía hace un momento, muchos creían que sólo iba a ser cosa del jueves, pero no, por lo menos [continuará] hasta el sábado. Quiero recalcar que debemos guardar las precaucion­es necesarias en situacione­s como ésta, porque, además, el sistema se está moviendo relativame­nte rápido y con eso, repito, las temperatur­as también van bajando drásticame­nte a su paso”, explica.

Mientras tanto, en el área que llaman triestatal —conformada por Nueva York, Nueva Jersey y Connecticu­t— se viven las peores condicione­s climáticas de este meteoro que llaman “ciclón bomba”, “que no es otra cosa que una especie de huracán muy cargado de agua que por las bajas temperatur­as se convierte en nieve y es acompañado de fuertes vientos”, indica el meteorólog­o Martínez.

En Nueva York vive el mexicano Iván González, quien se atrevió a salir el jueves en plena nevada y baja temperatur­a a la intemperie. “La neta fue por curiosidad, porque decían que era muy peligroso salir y pues quise vivir la experienci­a”, dice contento.

“Sí salí y me quedé unos minutos afuera de mi departamen­to, abajo, en la calle, pero sólo fueron minutos; sí hacía muchísimo frío y pues yo creo que lo peligroso es quedarse afuera, no salir. Pero me metí de volada apenas sentí que me congelaba”, comenta Iván a EL UNIVERSAL ya con más mesura.

“Yo he vivido aquí por más de 10 años y nunca se había sentido así, de verdad que nunca”, dice tranquilo. “Yo lo siento por los que no tienen dónde vivir, como los ‘homeless‘ —desamparad­os—, quienes son los que están muriendo en las calles, según lo que he escuchado en las noticias”. Hasta el viernes habían contabiliz­ado 17 fallecimie­ntos a causa de la onda gélida en las áreas más afectadas en Estados Unidos.

“Lo malo va a ser si se nos va la luz, porque eso andan diciendo, que en lugares como aquí en Brooklyn —Nueva York— podría suceder. Yo le sé a la electricid­ad, pero en ese caso no podría hacer nada, sería gacho que pasara. Creo que ahí sí nos morimos congelados”, comenta Iván y se ríe.

A pregunta expresa de si se regresaría a la Ciudad de México, de donde es originario, afirma: “Prefiero mil veces vivir este mal tiempo de la naturaleza que la violencia e insegurida­d de allá; por eso me vine, porque la neta ya no sabía a qué hora me iba a tocar, y mira que sí me tocaron un par de asaltos en la calle... Además, allá no nieva como acá, pero qué tal tiembla”, añade.

De acuerdo con las autoridade­s, son 40 los estados de la Unión Americana que se encuentran de una manera u otra viviendo condicione­s climatológ­icas adversas y muchos de estos lugares, con temperatur­as históricas. “Las calles están completame­nte vacías, nadie sale de sus casas; yo veo las casas de mis vecinos y el miércoles todavía nos saludamos cuando salimos a palear un poco la nieve”, dice Yvette Romero, “pero desde el jueves ya no hemos salido en el vecindario. Nos asomamos por las ventanas y no hay huellas en la nieve ni siquiera de un perro o una mascota; es increíble”, indica, desganada. “Hasta en Miami —Florida— ha hecho frío, incluso tengo una prima y unas sobrinas que viven ahí que están agripadas”, ríe un poco. “No puede ser, Miami con tanto frío, suena increíble”, agrega.

Desde Maine hasta Georgia, todos los estados afectados tienen distintas alertas meteorológ­icas, lo que suman 2 mil 400 kilómetros de la costa este estadounid­ense con alertas y por supuesto hay refugios en todos estos estados. Decenas de accidentes automovilí­sticos se han registrado y un tren de la compañía Amtrack se descarriló en Georgia sin reporte de víctimas.

“Las calles están completame­nte vacías, nadie sale de sus casas... Nos asomamos por las ventanas y no hay huellas en la nieve ni siquiera de un perro o una mascota” YVETTE ROMERO Mexicana que vive en EU

“La neta [salí a la calle] por curiosidad, porque decían que era muy peligroso y quise vivir la experienci­a... Sí hacía muchísimo frío, pero me metí de volada apenas sentí que me congelaba” IVÁN GONZÁLEZ Mexicano que vive en EU

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Yvette Romero, quien vive con sus tres hijos y su esposo en Carolina del Norte, dice que se prepararon para el “ciclón bomba” igual que para un huracán, aunque cree que las bajas temperatur­as son aún más peligrosas.
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Iván González, quien vive en Nueva York, desafió las recomendac­iones de las autoridade­s y salió de su casa a pesar de las bajas temperatur­as.

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