El Universal

EL ROBOT QUE LIMPIA CISTERNAS

Con un proyecto innovador, tres estudiante­s de la UNAM han evitado que hasta 45 mil litros de líquido se desperdici­en durante el lavado de cisternas

- Texto: CYNTHIA VILLALÓN Foto: ALEJANDRA LEYVA

Estudiante­s desarrolla­ron un prototipo que ahorra 95% de agua y beneficia a la industria hotelera.

En la industria hotelera se desperdici­an hasta 50 mil litros de agua durante la limpieza de cisternas. Para evitarlo, Arístides García, Noé Hernández y Luis Valverde desarrolla­ron un robot sumergible que ahorra 95% del agua que se utiliza en este proceso. El prototipo es sustentabl­e y beneficia tanto a la industria hotelera como a los usuarios finales de agua potable.

Para hacer realidad su proyecto, tuvieron que pedir préstamos a sus familiares y ocupar los ahorros de varios meses de trabajo. “Sacamos dinero abajo de las piedras, yo incluso he trabajado en Uber, pero siempre con el fin de meter dinero a esto”, menciona Noé, quien actualment­e trabaja como mensajero e instala cámaras de seguridad.

“Al inicio intentamos vender gelatinas, quisimos hacer una rifa, porque eran recursos sólo de nosotros y pensamos que con eso la librábamos, pero conforme avanzamos fueron apareciend­o personas. Después nos empezaron a decir: ‘Yo te presto tanto’”, dice Noé, y además aclara que durante las vacaciones apoyaba en el negocio familiar.

Arístides, quien es originario de Tabasco, trabaja como repartidor de comida para sumar ingresos adicionale­s a Batial.

“Hasta ahora no había tecnología mexicana capaz de realizar tareas de este tipo, nuestro aporte es brindar un servicio con nuestro innovador vehículo”, explica Arístides, fundador de la empresa.

Originalme­nte pensaron en competir en la feria de ciencias y proyectos de la universida­d, pero esa idea se transformó en la empresa Batial, que ganó el concurso de Innovación Sustentabl­e de la cadena de Hoteles City Express, el cual comenzará a dar servicio a 10 hoteles de la Ciudad de México y que podría extenderse a 114 sucursales del país.

A mediados de enero comenzarán a brindar servicio a su primer cliente, la empresa de hoteles City Express. Entrará en operación la primera fase de escaneo, en febrero comenzarán a hacer la limpieza en el sector industrial.

En 2017 fueron reconocido­s en el Cleantech Challenge, un concurso para empresas amigables con el ambiente.

La demanda de agua en el sector turístico aumenta de 5% a 20% en temporadas altas, según datos de la UNESCO, por lo que este recurso debe aprovechar­se del mejor modo posible. El sistema que los jóvenes desarrolla­ron ahorra hasta 43 mil litros de agua en cada limpieza.

Las formas tradiciona­les para limpiar una cisterna son dos; en la primera, una persona entra a la cisterna y realiza el lavado con escobas y cepillos. Esto lleva una semana, primero se debe cerrar completame­nte la llave de agua y después se vacía. En este proceso se desperdici­an alrededor de 50 mil litros de agua, según los cálculos de Batial.

En el segundo procedimie­nto se hace una limpieza con propulsión, lo que requiere que un buzo entre mientras una bomba expulsa el agua. Esto representa un gasto de agua equivalent­e a 200 litros por minuto, la cantidad total depende del tiempo que tarde el buzo.

La técnica que utiliza Batial consiste en introducir el vehículo sumergible que quita la basura, sin dañar el fondo de la cisterna, luego separa los sedimentos y finalmente filtra el agua potable sin necesidad de desperdici­arla ni vaciar el contenido del depósito.

“Primero hicimos una prueba, inspeccion­amos un hotel de la cadena, presentamo­s un informe y mostramos cuáles serán los beneficios de nuestro sistema, ahora la empresa podrá ver cuántos litros de agua se ahorran y cómo funciona nuestro proyecto”, aclara Noé Hernández, miembro del equipo.

Con el sistema de Batial, los jóvenes también evitarán los riesgos que los buzos industrial­es corren al realizar esta tarea, ya que el dispositiv­o funciona a control remoto, por lo que no es necesario que un ser humano entre a la cisterna. En julio de 2017, un buzo se ahogó mientras limpiaba el depósito de un hotel cercano a Plaza Garibaldi en la Ciudad de México.

“Ya hemos platicado con buzos industrial­es y trabajan en condicione­s muy duras, la temperatur­a del agua está entre 4 y 10 grados, si a través de este nuevo proceso podemos hacer que las personas que se dedican a esto se sientan más cómodas y tengan mejores condicione­s de trabajo, entonces nuestros empleados obtienen beneficios y nosotros también”, comenta Arístides.

Sin embargo, antes de que Batial fuera una empresa completa, la actividad principal de los tres miembros era estudiar, a la par del desarrollo del negocio, los tres jóvenes están en proceso de terminar sus respectiva­s carreras y obtener ingresos de cualquier forma.

“Haces de todo”

Arístides añade que un paso decisivo para que un proyecto escolar se convirtier­a en una empresa se dio gracias a la incubadora de negocios de la UNAM, pues a partir de que se acercaron a ella hace dos años recibieron apoyo para planear su modelo de negocios.

“En una ocasión un profesor nos dijo: ‘¿Cuánto necesitan?, ¿con cuánto los puedo apoyar realmente?’. Entonces tuvimos que convencerl­o de que Batial es un negocio y eventualme­nte habrá rendimient­o, ganarnos la confianza no es tan fácil. Fueron como tres meses para explicarle cómo íbamos a usar los recursos, cómo lo vamos a gastar, convencerl­o y decirle cuáles van a ser los beneficios”, comenta Arístides.

Tecnología mexicana

“Definir modelos de negocio no ha sido un problema, el obstáculo principal fue desarrolla­r tecnología con lo que tenemos a la mano”, comenta Luis.

Al inicio, el proyecto no contaba con los recursos necesarios para cubrir todos los gastos que supone una empresa antes de que genere ganancias, pero todo comienza a cambiar.

“Cuando el prototipo no salía decíamos: ‘Bueno, ¿y ahora qué?, ¿lo dejamos así?’, después de que le invertimos dinero y tiempo, después de que reprobamos materias. ‘¿Le seguimos o lo dejamos ya botado?’”, recuerda Arístitide­s.

Sin embargo, la mayor limitante en este proceso fue el no poseer suficiente­s conocimien­tos de programaci­ón.

“Desde el inicio no tuvimos el recurso económico para contratar a un experto en mecatrónic­a. Nosotros mismos aprendimos a programar el prototipo. Fue prueba y error, con los conocimien­tos que teníamos lo armamos una y otra vez”, comenta Arístides.

En mayo solicitaro­n un apoyo del Instituto Nacional del Emprendedo­r para perfeccion­ar sus prototipos. Los jóvenes pensaron que les habían negado el apoyo; sin embargo, hace tan sólo tres semanas se enteraron de que sí lo habían recibido.

“El mayor obstáculo que tenemos es el tiempo que tarda cualquier institució­n para brindar un apoyo. Ya nos habíamos olvidado de él, pensamos que no lo habían autorizado”, comenta Noé. “Si ese dinero lo recibiéram­os a corto plazo, podríamos avanzar más rápido, pero sin dinero y pidiendo prestado el proceso es más lento”, señala.

Los jóvenes planean tener listo en 2019 un prototipo eficiente para dar servicio a las casas habitación, que son las que menos se limpian, puesto que el usuario no tiene cómo hacerlo y la calidad de agua es la menos beneficiad­a.

“La cadena hotelera confió en nosotros y confió en nuestra idea, es un paso muy importante y afianza la empresa. Si no hubiera sido así, estaríamos desanimado­s, pero esto nos ayuda”, reconoce Arístides.

Con ayuda de la incubadora presentaro­n la solicitud de registro de la empresa y aunque ahora comienzan a ver los resultados de su esfuerzo, en varias ocasiones dudaron estar en el camino correcto. “Cuando salíamos de los concursos y no ganábamos el primer lugar nos preguntába­mos si estaba bien lo que estábamos haciendo”, recuerda Arístides, pues hasta después de varios intentos lo consiguier­on.

Su motivación ahora es impulsar a otros estudiante­s a presentar proyectos de este tipo, “al ver que ganamos, nuestros compañeros se inspiran, se siente bien que otras personas quieran seguir tus pasos”, comenta Noé.

“Al ser una empresa sustentabl­e, queremos ser coherentes con todos nuestros procesos. Tratamos de reutilizar todos los recursos posibles” LUIS HERNÁNDEZ Batial

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 ??  ?? La industria de limpieza de cisternas es muy precaria, emplear maquinaria puede dar buenas condicione­s de empleo y un salario bien remunerado, comenta Luis Hernández, miembro de Batial.
La industria de limpieza de cisternas es muy precaria, emplear maquinaria puede dar buenas condicione­s de empleo y un salario bien remunerado, comenta Luis Hernández, miembro de Batial.

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