El Universal

Regatean precio por complacer a niños

• Padres de familia recorren puestos en Tepito en busca de regalos a precios bajos

- PEDRO VILLA Y CAÑA —metropoli@eluniversa­l.com.mx

Cristóbal García y Angélica Servín salen de prisa de la estación Lagunilla del Metro para comprar los regalos del Día de Reyes a su hija María, de siete años y quien cuenta las horas para que al lado de su zapato llegue el juego de té, la carriola y una muñeca que les pidió.

Faltan unas horas para que Melchor, Gaspar y Baltasar lleguen a las casas de los capitalino­s y en Eje Central esquina con López Rayón, delegación Cuauhtémoc, cientos de vendedores ofrecen sus mercancías a los Reyes con los mejores precios.

“Ella pidió un juego de té, una carriola rosa y una muñeca que mueve la boca. Se portó bien en el año y en su primer año en la escuela le ha ido bien, por eso es que trataremos que los Reyes le lleven lo que pidió”, asegura Cristóbal.

Entre gritos de “A 35 pesos los aguinaldos”, “Llévese los muñecos de moda”, la pareja anhela encontrar los juguetes de su única hija. Sin embargo, su presupuest­o se limita a 300 pesos, por lo que regatean el precio.

“¿A cuánto la muñeca?”, pregunta Angélica. “A 200 pesos, madre”, contesta la vendedora.

“¿Es lo menos?”, pregunta la madre. “Deme 180 pesos, y llévesela”, responde la comerciant­e, mientras a su lado cientos transitan para conseguir de última hora los regalos para los pequeños.

Angélica voltea a ver a su esposo, quien acepta la rebaja.

Cae la noche y el frío empieza a sentirse, y entre comerciant­es de ropa, globos con helio, tenis, zapatos, y olor a carne asada, estos Reyes Magos originario­s de Iztapalapa, indican que esperaron hasta este viernes para adquirir los juguetes porque donde trabajan a los padres de familia les darían permiso de salir temprano.

“Pidió un juego de té de Hello Kitty, todo rosita, pero está muy caro, 200 pesos no podemos pagar”, comenta antes de pedir una rebaja.

“Deme 150 y es suyo”, replica. “¿Es lo menos?”, pregunta Cristóbal. “Sí”, dice el comerciant­e.

“Ni modo, no hemos visto otro como éste”, dice al pagar.

“No le llegará todo lo que pidió, pero podrá jugar con su muñeca y su juego de té. Los Reyes se esforzaron y trataron de estirar lo mayor posible el dinero. Ni modo, algo es algo”, comentan al dirigirse a la estación del Metro para que los juguetes de Mary amanezcan junto a su zapato.

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A lo largo del Eje Central cientos de vendedores ofrecen desde ropa, juguetes y globos hasta aparatos electrónic­os para celebrar el Día de Reyes.

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