El Universal

Inflación golpea más a 9 millones de hogares

• Impacto, mayor de lo previsto para quien gana menos: experto • Cierra 2017 con 6.77%, el nivel más alto registrado en 17 años

- RUBÉN MIGUELES —ruben.migueles@eluniversa­l.com.mx

La inflación encareció la vida de todos los mexicanos en 2017, pero afectó con mayor magnitud a casi 9 millones de familias de menores ingresos del país, aquellas con hasta tres salarios mínimos.

El Inegi dio a conocer ayer que el indicador cerró en 6.77% el año pasado, la cifra más elevada en lo que va del siglo, sólo por debajo del dato de 8.96% en 2000.

El mayor efecto de la inflación se registró en los estratos de menores ingresos, es decir, uno de cada cuatro hogares resintió los aumentos de precios en bienes y servicios como gasolina, gas LP, transporte y algunos productos agropecuar­ios.

En estos hogares, que en el mejor de los casos llegaron a reportar ingresos de 7 mil 201 pesos mensuales, la canasta básica tuvo una inflación de 7.42% en 2017, tasa por encima del promedio general de México.

El costo de un grupo de 19 productos de consumo regular de una familia de cuatro integrante­s en una semana se encareció hasta 24.62% en diciembre de 2017 respecto al mismo mes del año pasado.

Comprar carne, leche, huevo, refresco, fruta, pan, tortillas y transporte, entre otros productos, implicó un desembolso de mil 872 pesos en el mes anterior, cuando a finales de 2016 sólo se requiriero­n mil 503 pesos para su adquisició­n.

“El impacto de este repunte de los precios sobre la economía de las familias de bajos recursos ha sido sorprenden­te, mayor de lo previsto, por lo que el poder adquisitiv­o de sus ingresos ha sufrido un significat­ivo deterioro”, consideró Alfonso Bouzas, profesor del Instituto de Investigac­iones Económicas de la UNAM.

El fuerte repunte de la inflación en 2017 encareció la vida de todos, pero afectó más a los de menos ingresos.

De acuerdo con el Inegi, los bienes y servicios cuyos precios reportaron mayores alzas en el año, como gas LP, gasolina, transporte y algunos productos agropecuar­ios, tuvieron mayor incidencia en el gasto de este segmento de la población.

El impacto de estos incremento­s afectó a casi 9 millones de familias, es decir, uno de cada cuatro hogares del país (27%) que registran ingresos de hasta tres salarios mínimos.

Se trata de hogares que en el mejor de los casos llegan a tener ingresos de 7 mil 201 pesos al mes, y en donde la canasta de bienes y servicios que consumen subió 7.42%, cifra superior a la inflación general, que en 2017 llegó a 6.77%, la más alta registrada en lo que va del presente siglo para un cierre de año.

Por ejemplo, el costo de un grupo de 19 productos que consume regularmen­te una familia de cuatro miembros en una semana, la cual incluye carne, leche, huevo, refresco, fruta, pan, tortillas, transporte entre otros bienes y servicios, reportó en términos generales un incremento de 24.62% en el año, al pasar de mil 502.5 pesos en diciembre de 2016 a mil 872.41 pesos al cierre de 2017.

A las personas que más les afecta el incremento a nivel general de precios son a las de menores recursos porque impacta en los bienes que más consumen, como alimentos y energético­s, dijo Héctor Magaña, investigad­or del Tecnológic­o de Monterrey, campus Estado de México.

Entre los productos selecciona­dos, destaca el cilindro de gas LP de 20 kilogramos, que a finales de 2016 costaba 261 pesos y al cierre de 2017 se vendía en 376 pesos, un alza de 43.81%, de acuerdo con datos de la Comisión Reguladora de Energía.

Lo relevante no es sólo el aumento, sino también el impacto que tiene este insumo en la economía de quienes más lo consumen, que son sobre todo las familias de bajos ingresos.

Otro energético con incidencia en el bolsillo de la población fue el alza de las gasolinas. Por ejemplo, el costo de llenar el tanque de 40 litros de un auto con gasolina Magna (la de mayor consumo en el país), pasó de 559.2 pesos en diciembre de 2016 a 661.6 pesos al cierre del año pasado, un alza anual de 18.31%.

El incremento de precios de las gasolinas en el país incidió de manera indirecta en 60% de la población que hace uso del transporte colectivo, cuyo costo se incrementó entre uno y tres pesos, o en transporte foráneo, que aumentó 8.4% en promedio nacional, de acuerdo con el Inegi.

Efectos del gasolinazo y dólar. El encarecimi­ento de las gasolinas también impactó en el precio de muchas mercancías alimentici­as cuyo costo final depende en parte del transporte, agregó Magaña. Por ejemplo, 12 refrescos de cola de 600 mililitros que hace un año costaban 120 pesos, ahora se venden a 144 pesos, es decir, 20% más cara.

Otros bienes subieron de precio por la depreciaci­ón del tipo de cambio debido a que su producción depende de insumos del exterior. Por ejemplo, el precio del kilo de carne de res pasó de 72 a 81 pesos en 12 meses; un kilo de muslo de pollo subió de 34 a 40 pesos en el mismo lapso.

Entre los productos indispensa­bles de la dieta familiar que subieron de precio en 2017 están la tortilla de maíz, leche, huevo, azúcar, pan de caja, aceite, arroz, además de una serie de frutas y hortalizas, cuyas cotizacion­es han sido más volátiles.

A consecuenc­ia de estos incremento­s, el índice de precios de la canasta básica, que comprende una serie de bienes y servicios mínimos necesarios y que consumen familias de bajos recursos, reportó un alza anual de 9.61% en 2017, la tasa más alta en más de 17 años, desde abril de 2000 cuando se ubicó en 9.74%.

“El impacto de los precios sobre la economía de las familias de bajos recursos ha sido mayor de lo previsto, por lo que el poder adquisitiv­o de sus ingresos ha sufrido un significat­ivo deterioro”, dijo Alfonso Bouzas, profesor del Instituto de Investigac­iones Económicas de la UNAM. “Si esto sigue así, el riesgo es que viviremos con mayor pobreza”, concluyó.

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