Mario Maldonado
Gurría, las reformas y las elecciones
¿Cuánto respaldo internacional necesita el candidato del partido en el poder, José Antonio Meade, para ganar las elecciones presidenciales en julio próximo? Quizá este tema ha sido minimizado por sus adversarios, especialmente por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pero la realidad es que tiene mucho peso en las decisiones de los grupos de poder, como los empresarios.
Este semana se lleva a cabo en la Ciudad de México la 29 Reunión de Embajadores y Cónsules 2018, encabezada por el canciller Luis Videgaray, cuya encomienda ha sido promocionar las reformas en el exterior y, más recientemente, asegurarse de exhibir el “riesgo” internacional que representaría la llegada de AMLO al poder.
Tanto así que en Estados Unidos, su representante comercial, Robert Lighthizer, y el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, se han interesado por conocer detalles del proceso electoral mexicano. Fuentes del gobierno aseguran que en el contexto de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) han sido abordados, de manera extraoficial, los riesgos que generaría para la relación bilateral el posible triunfo del candidato de la coalición Morena-PT-PES.
Los funcionarios estadounidense tienen claro que el rompimiento del tratado comercial con México ocasionaría una mayor animadversión de la sociedad hacia el candidato del PRI –que garantiza el estatus quo–, por lo que ya se convirtió en un factor que juega en la renegociación.
En este contexto, vale la pena rescatar algunas frases del secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), José Ángel Gurría, uno de los oradores principales en la reunión de embajadores y cónsules. Fiel a su estilo, el tamaulipeco elogió las reformas estructurales impulsadas por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y aseguró que son la más importante defensa que tiene el país para enfrentar las turbulencias mundiales (léase TLCAN y reforma fiscal de Estados Unidos).
“Hay que practicar todos los días en la mañana, porque ya pusimos el huevo y es del tamaño de avestruz, entonces hay que cacarearlo, tenemos derecho; siéntanse absolutamente con derecho y orgullosos de poderlo decir, de llenarse la boca”, dijo.
Y remató con dedicatoria: “Hay que decírselo a todo el mundo, porque de repente se nos llena de ruido el entorno”.
No es nuevo que el mandamás de la OCDE elogie y defienda las reformas estructurales de México, pero durante un periodo eminentemente electoral sus palabras tienen un peso dentro de la comunidad internacional y nacional, puesto que no es cualquier personaje.
Ya el 17 diciembre pasado, en plena efervescencia preelectoral, Gurría le lanzó un crítica a López Obrador. Lo hizo durante una visita del presidente Peña Nieto a París, sede de la OCDE. “Hay muchos que quieren aprovechar la transición para retroceder”, dijo refiriéndose a las reformas y con clara dedicatoria al candidato de la coalición Morena-PT-PES.
Gurría casi siempre se aparece en México en el momento preciso. En enero de 2017, en medio del estallamiento social por el gasolinazo y los desplantes de Trump, trajo buenas noticias. Presentó un estudio de la Política Turística de México en el que expuso que el país registró ingresos récord por turismo y que la llegada de viajeros extranjeros durante la administración peñanietista creció 50%. También respaldó la liberalización del precio de las gasolinas y lamentó que no se haya hecho antes.
Asimismo, se reunió en privado con el entonces titular de Hacienda, José Antonio Meade; con el de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray; y con Ildefonso Guajardo, secretario de Economía.
¿Qué platicaron, qué se dijeron? Difícil saberlo, pero definitivamente el secretario general de la OCDE siempre tiene que algo bueno que decir del gobierno mexicano y algo malo del candidato que podría poner en riesgo las reformas estructurales.
¿Cuánta influencia tienen nuestras “figuras” internacionales en cómo ven los inversionistas y los políticos extranjeros a México y a su gobierno? Qué dicen Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales; Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional; Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe; Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la CEPAL, y otros mexicanos que despachan en organismos internacionales cuando se les pregunta por el proceso electoral y los “riesgos” que significa la llegada de un presidente como AMLO? ¿Lo mismo que Gurría?
No hay que perder de vista cómo juega el gobierno mexicano sus cartas en el exterior para impulsar a su candidato.