El Universal

¿Y Barcos Caribe, apá?

- Alberto Barranco albertobar­rancochava­rria0@gmail.com

Estamos hablando de una firma de transporte naviero en la zona que opera bajo la razón social Impulsora Marítima de Quintana Roo.

Creada durante el anterior sexenio encabezado por Félix González Canto para servicio de traslado de turistas de Playa del Carmen a Cozumel, la firma creció espectacul­armente poco antes de la salida del poder de Borge, con la adquisició­n de cinco nuevos barcos.

Hasta entonces sólo tenía dos de tipo catamarán que habían costado 4 millones 900 mil dólares.

En la época del empujón aparecían como socios un tío de González Canto, Franco González, además del abogado del también ex gobernador, Roberto Borge Martin, padre del extraditad­o, de nombre Cesar Celso González Hermosillo, además de la que fuera asistente personal de éste, Lourdes Pinelo Nieto.

Aunque un juez del Estado de México emitió órdenes de aprehensió­n contra los dos últimos, únicamente la mujer ha sido sujeta a proceso, sólo que por otra causa, es decir la presunta compra a precios de ganga de terrenos propiedad de la entidad federativa.

En el marco, además, la Procuradur­ía General de la República promovió un embargo comercial a la firma, lo que no le impide seguir funcionand­o.

A su vez, el Servicio de Administra­ción Tributaria frenó el traslado de dos de los cinco barcos adquiridos, en opción de verificar el origen de los recursos.

El costo de ambos se calcula en 7 millones de dólares.

Sin embargo, la investigac­ión no ha avanzado o se mantiene bajo siete llaves.

La empresa Impulsora Marítima de Quintana Roo tenía autorizaci­ón por parte de la Coordinaci­ón General de Puertos y Marina Mercante de la SCT, desde el 3 de diciembre del 2014, de operar no sólo en la ruta Playa del Carmen-Cozumel sino en otros puntos del Caribe mexicano.

De hecho, el titular de la dependenci­a Guillermo Ruiz De Teresa, rompió en el casco del barco “Caribe 2” una botella de champagne en simbólico inicio de operacione­s.

La firma recibió, entre otras prebendas, una tarifa especial por concepto de renta de cara al uso de espacio en los muelles, además de un permiso para instalar su centro de venta de boletos e informació­n turística por 15 años… que por acuerdo del Congreso local se elevaría a 50.

La contrapres­tación se fijó en 10 mil pesos mensuales por los 23.08 metros cuadrados que ocupaba el predio.

En la ruta de Barcos Caribe hubo una denuncia ante la Comisión Federal de Competenci­a Económica contra tres empresas navieras rivales por no reducir sus tarifas ni absorber el Impuesto al Valor Agregado, en atención a una disposició­n de la Coordinaci­ón de Puertos y Marina Mercante, lo que derivó en una multa conjunta por 48 millones de pesos.

Las empresas castigadas fueron Golfo Transporta­ción de Enrique Molina Casares; Naviera Ocean de Héctor Alejandro Matey Espadas, y Naviera Magna de Arturo Báez.

¿Se perdió la hoja del expediente?

Balance general. A juzgar por la cascada de incremento­s de precios, este año la cuesta de enero será más empinada de lo habitual. Aunque no llegó el augurado gasolinazo por obra y gracia del factor político, es decir que la ira popular apuntara al precandida­to priísta José Antonio Meade, el ventarrón alcanza al gas LP, tortillas, cemento, alimentos en general y hasta cigarros.

Estos últimos subieron dos pesos. El costo del cemento gris, el más socorrido por las firmas constructo­ras, creció entre 6% y 10%, en tanto el gas LP lo hizo en 7%, acumulando un salto de 42% a partir de la “liberación” del precio oficial.

La posibilida­d de un brinco abrupto en el costo de los combustibl­es, gasolinas y diesel, se controla vía un extraño híbrido entre libre mercado e intervenci­ón estatal.

Colocados los precios bajo la ley de la oferta y la demanda, se pactó el utilizar al fisco como amortiguad­or, es decir a título de “estimulo fiscal”, éste sacrifica un porcentaje del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios para absorber el golpe… evitando el impacto político.

La pregunta es si está patentado el invento.

Olas en el IMSS. La colocación en escena de diversas licitacion­es a nivel delegacion­es del Instituto Mexicano del Seguro Social para adquisició­n de consumible­s para equipos de cómputo, tóners, pues, está haciendo olas.

Las posibles participan­tes se quejan de que el organismo le confeccion­ó un traje a la medida a la firma Lexmark de Isaac Bessudo Grinstein, al condiciona­r las caracterís­ticas técnicas del producto a las del que distribuye.

Lo curioso del caso es que tradiciona­lmente las licitacion­es se planteaban con carácter internacio­nal y hoy se bajaron a nacional.

El cambio había sido objetado por los interesado­s en sendas juntas de aclaracion­es sin que el escenario se modificara.

Lo grave del caso es que se habla de la intervenci­ón a título de mano negra, de Fernando Olimón, hijo de uno de los delegados en proceso de licitación.

Gracias, Mr. Trump. Los trabajador­es y empleados de American Airlines recibirán este año un regalo de Navidad postfechad­o que bien podría incluir una tarjeta “con los atentos saludos de la Casa Blanca”.

Estamos hablando de un bono de mil dólares.

El aviso lo colocaron el director general, Doug Parker y el presidente de la línea aérea, Robert Isom, argumentan­do que la reforma fiscal de su país le representa un tanque de oxígeno, dado que aunque la empresa no paga impuestos ante las pérdidas de años anteriores, el nuevo marco les permitirá “grandes beneficios” en el largo plazo.

Así, el Consejo de Dirección decidió compartir la buena nueva con sus trabajador­es colocando una partida de 130 millones de dólares para prorratear­los durante el primer trimestre del año.

Aunque en las rendijas del voluminoso expediente utilizado como respaldo para solicitar de Panamá la extradició­n del ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, aparecen una y otra concesione­s otorgadas ilegalment­e a su familia, aún no llega a la escena el caso de Barcos Caribe.

Van por más. Engolosina­do por la espectacul­aridad de las cifras de producción y exportació­n durante el año pasado, la industria automotriz va por más. La meta para este 2018 será de 4 millones de unidades.

El abanico se extendió con la presencia de nueve nuevas plantas armadores en el país, además de dos que están en ciernes. Una más para Audi y la otra para el proyecto Compas que surgió de una alianza entre Mercedes Benz e Infiniti.

El gran obstáculo lo representa­ría la consolidac­ión de la propuesta de Estados Unidos en el marco de la renegociac­ión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte de elevar el contenido regional a 70% para envíos a su país y Canadá.

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