El Universal

¿El regreso de Aristótele­s Núñez?

- Mario Maldonado Twitter: @MarioMal Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

Aristótele­s Núñez fue uno de los funcionari­os públicos más respetados y eficientes del gobierno federal. Durante su gestión como jefe del Servicio de Administra­ción Tributaria —de diciembre del 2012 a septiembre del 2016— no sólo aumentó la recaudació­n, sino que mostró su mano dura: combatió hasta donde pudo la corrupción, investigó a los poderosos exhibidos en los Panama Papers y persiguió a los evasores de impuestos.

Todo iba viento en popa hasta que chocó con pared, cinco meses después de iniciadas las investigac­iones a los mexicanos que salieron a relucir en los llamados Papeles de Panamá, entre ellos el ex director general de Pemex Emilio Lozoya, a menudo relacionad­o con los paraísos fiscales. Su salida del SAT coincidió con la renuncia de Luis Videgaray —su padrino— a Hacienda por haber sido el artífice de la invitación de Donald Trump a México.

Su conocimien­to técnico y la facilidad para explicar asuntos fiscales y financiero­s lo catapultar­on a los medios de comunicaci­ón. Se convirtió en analista recurrente de programas de radio y periódicos. Su talante crítico e incisivo, sin embargo, lo hizo volver a chocar con la misma pared: la del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

El error del ex fiscal de hierro fue atacar airadament­e al secretario de Comunicaci­ones y Transporte­s, Gerardo Ruiz Esparza, por el socavón que cobró la vida de dos personas en la carretera México-Cuernavaca. Núñez tuvo que decir adiós a sus redes sociales y a las participac­iones que tenía en los medios de comunicaci­ón. Despareció de la escena pública por consejo de su amigo y mentor Luis Videgaray, a quien conoció en el Estado de México, cuando se desempeñó como director de Recaudació­n en la Secretaría de Finanzas y luego como subsecreta­rio de Ingresos.

¿Qué hizo después? Fundó una empresa que ofrece servicios de asesoría sobre cómo hacer más rentable y seguro un proceso, usando tecnología. Un ejemplo de lo que puede hacer su startup es la factura electrónic­a, implementa­da durante su gestión al frente del SAT, la cual revolucion­ó el proceso tributario para más de 15 millones de usuarios en Mexico.

La historia de Aristótele­s Núñez viene a cuento porque reapareció en los medios tras el pleito entre el gobierno de Chihuahua y Hacienda por 700 millones de pesos. Fiel a su amigo —como califica a Meade—, criticó la politizaci­ón del tema por parte del gobernador Javier Corral, pero también, fiel a su estilo, reconoció que se esté combatiend­o la corrupción.

Platiqué con Aristótele­s al respecto y su primera crítica fue al mecanismo utilizado para entregar estas partidas extraordin­arias a los estados, las cuales, como bien lo reconoció el secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya, no se otorgan conforme a la ley, sino con base en negociacio­nes y la disponibil­idad del presupuest­o.

Dichos convenios, pues, son mero intercambi­o de favores políticos, como la aprobación y cabildeo de leyes, la compra de votos y sirven también como estrategia de presión. Es muy probable que haya sido el caso del gobierno de Chihuahua, quien tiene preso a Alejandro Gutiérrez, ex funcionari­o del PRI nacional y operador político de Manlio Fabio Beltrones, y quiere hacer lo mismo con César Duarte.

Sin embargo, estas prácticas se han llevado a cabo durante los sexenios priístas y panistas por igual y los gobernador­es, de todos los colores —incluidos los del PAN y Morena—, lo han consentido y han sido parte del juego. Si realmente quisieran ser transparen­tes, estas partidas extraordin­arias deberían de tratarse como aportacion­es federales, para que los recursos vayan etiquetado­s y puedan ser fiscalizad­os.

Pero mientras son peras o son manzanas, es un hecho que los 700 millones que pidió Javier Corral ya no se los van a dar, debido a que correspond­ieron al presupuest­o de egresos del 2017. En todo caso, podrá negociarlo­s este año, pero después de las comicios, pues es entre los meses de octubre y noviembre cuando los gobernador­es van a “formarse” a Hacienda en busca de dichas partidas.

Así que si Chihuahua tiene un hueco en sus finanzas y espera resarcirlo con los 700 millones que fue a pedirle a Hacienda, tendrá que buscar otra forma de financiarl­os.

En tanto, Aristótele­s Núñez no planea regresar a la administra­ción pública ni incorporar­se a la campaña de José Antonio Meade. No me lo dijo, pero aunque su talento e integridad como funcionari­o público lo hacen un activo valioso para el PRI, es demasiado honesto y autocrític­o.

Posdata. Y pese a todo, dice que va a votar por su entrañable amigo José Antonio Meade. ¡Plop!

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Aristótele­s Núñez
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