#Oprah2020 y la crisis política estadounidense
En Estados Unidos, el mundo de la política y el entretenimiento están entrelazados desde mucho tiempo atrás, Hollywood puede ser un portavoz ejemplar o el principal fuego amigo, dependiendo de las fobias o las filias con la administración en curso. La última ceremonia de los Globos de Oro se preveía cargada de mensajes en torno al movimiento #MeToo, y de pronto Seth Mayers dirigió el reflector hacia un nuevo objetivo: Oprah Winfrey presidente.
Probablemente en ningún otro momento esta idea podría considerarse seriamente. Cierto es que en la historia de la política estadounidense han existido actores que van de la pantalla grande a cargos públicos, desde el gobernador Arnold Schwarzenegger hasta Ronald Reagan, no obstante el camino político de cada uno responde a una coyuntura muy distinta.
Sin lugar a dudas podemos decir que Oprah es una de las personalidades más influyentes de la cultura pop norteamericana, pero pensarla como mandataria del vecino del norte pareciera más el sueño dorado de un guión de Shonda Rhymes que una verdadera apuesta.
¿Cómo es que a una semana la bola de nieve repleta de mensajes de apoyo ha crecido tanto que pareciera una opción viable? No es fortuito, es el reflejo de la crisis de la clase política estadounidense, el mismo impulso que llevó a Donald Trump al poder, pero en la versión de los “círculos liberales”, que a tan sólo a un año de la toma de protesta ya están pensando en la siguiente opción, aquella que pueda impedir un segundo periodo de este gobierno, y no logra encontrarla entre los políticos experimentados.
La actual presidencia abrió espacio para la duda de ¿qué tan indispensable es la experiencia previa para ocupar el cargo? y si redujéramos la siguiente elección a un concurso de popularidad más que de habilidades para gobernar, es preferible una figura con el carisma, la fama, el poder económico y las dotes de Storytelling de Oprah, que los comentarios incendiarios de Trump.
La realidad dista de esa percepción parcial, la falta de experiencia del presidente le está costando caro a Estados Unidos en el plano internacional, sin ir más lejos con la cancelación del viaje de Trump a Reino Unido esta semana ha quedado claro que esa “relación especial” ya no lo es más. Al interior se continúa comprometiendo la relación cordial con gobernadores, legisladores y jueces.
Los demócratas han sido los principales críticos de esta carencia fundamental; sin embargo, llevan una semana coqueteando con la idea de considerar a una personalidad con características muy similares a las del propio Trump, aunque con un carácter evidentemente más cordial, y eso es lo que amerita atención, pues habla del vacío que como partido han sido incapaces de llenar.
Ese reto es el verdadero elefante blanco detrás del viral #Oprah2020 y el tiempo para resolverlo se acorta cada vez más, ante las elecciones intermedias y la necesidad de construir un candidato demócrata que pueda conectar con una sociedad dispuesta a votar más por una persona, y la fantasía de las promesas en un discurso, que por un partido.