África, te amo (Parte I)
High On Fashion
Seguramente tienen en mente un lugar al que mueren por ir: no importa cuántos viajes hayan hecho, ese sitio los pone a suspirar. Yo tengo varios lugares que están en mi wishlist. Dentro de esta lista estaba el continente africano. Hace poco más de 10 años había tenido la oportunidad de ir a Marruecos (por cierto, quiero regresar porque fue un gran viaje), pero en mi cabeza seguía rondando adentrarme mucho más en el continente e ir a Kenia y Tanzania... ¡Mi sueño se cumplió y cerré el 2017 por allá! Les cuento porque me parece una experiencia que todos debemos vivir. Viajar a África desde México no es cosa leve. Nosotros hicimos más de 30 horas para llegar nada más a Nairobi. ¡Es para valientes! Tomamos cuatro vuelos en total, solo de ida, bastante pesados. Claro, nada que mil películas y varias siestas no compensen. ¡Todavía falta sumarle las horas que nos aventamos en carretera recorriendo Kenia y Tanzania! Pero no quiero desalentarlos: la experiencia vale la pena.
Tuvimos que prepararnos con tiempo por el tema de salud: vacunas contra la fiebre amarilla y la hepatitis, “por cualquier cosa”, dijo el doctor. Una semana antes del viaje tomamos unas pastillas para protegernos de la Malaria, mismas que ingerimos durante la estancia en el continente y una semana después de regresar. Para reforzar, también tomamos vitamina B12 y nos funcionó muy bien. Nos colocamos repelente tres veces al día porque hay muchos bichitos. A mí me tocó ver unas moscas gigantes que “muerden”. ¡Y me mordieron!
Nosotros decidimos realizar el viaje en coche, para adentrarnos a los pequeños pueblos, acercarnos a las tribus, encontrar animales salvajes a pie de “carretera” (el 60 por ciento de los caminos son terracerías y caminos infestados de piedras y baches. “El masaje africano” le llaman los choferes). El viaje entre destinos también se puede hacer en avioneta pero es mucho más costoso.
El atractivo principal son los safaris, pero es difícil describirles con palabras el sentimiento que genera ver en su hábitat natural a leones, elefantes, jirafas, cebras y leopardos. Uno puede pasar el día completo en el jeep buscando animales; es de las cosas más emocionantes que he hecho. Terminas entendiendo todo sobre El rey león, ja ja ja. Nosotros le dedicamos 10 días a brincar de reserva en reserva para fotografiar la vida salvaje. Los ojos se me llenaron de lágrimas varias veces. Es una revelación dormir en las reservas, en medio de la nada y cobijados por las estrellas. No hay internet ni teléfono. Esto que les he contado es un abreboca para el próximo sábado, cuando les contaré lo mágico y espectacular de la vestimenta de su gente y la cultura que la respalda. ¡Les encantará! Con cariño, Gina.