Sólo procesan a 7% de menores delincuentes
Los beneficios que otorga la nueva reforma penal con los llamados “primodelincuentes” y a los menores de edad, ha provocado un incremento del uso de niños o jóvenes de hasta los 17 años de edad para delinquir. Ahora, los encargados de la distribución de drogas, quienes roban a mano armada a transeúntes, en el transporte público son menores de edad.
Cifras de la Secretaría de Seguridad Pública, detallaron que el año pasado se consignaron a las autoridades más de 5 mil menores de edad, de los cuales sólo 7% recibió un castigo de parte de un juez, quien los envió a un centro tutelar para menores, el resto recibió una “sanción” alternativa.
Los demás casos ni siquiera llegaron a juicio debido a que los delitos por los que fueron detenidos no son considerados graves o el asunto se resolvió con la reparación del daño. Sin embargo, debido a este beneficio, los mismos menores de edad son quienes reinciden principalmente en el delito de robo, detonando el incremento de la incidencia delictiva en la capital del país.
Criminólogos y especialistas en el tema de seguridad, urgen a las asambleístas legislar en castigos más severos para estos menores de edad delincuentes y reincidentes, de lo contrario, advierten, las estadísticas de 2017 serán superada durante este año, pues los jóvenes y los adultos que los utilizan, están conscientes que no hay castigo para ellos en caso de que lleguen a ser detenidos.
“Las modificaciones deben ser estructurales donde se contemplen castigos también para los adultos, ya sea a los padres omisos y para todos aquellas que abusan de los menores, que los engañan o los inducen a la delincuencia porque ya quedó claro que actúan con dolo, alevosía y ventaja en contra de los menores, por eso los mandan”.
“Las historias están ahí en la calle donde lamentablemente todos vuelven y el problema crece, porque tampoco hay una verdadera reinserción, ni un cuidado de los padres o sus familias después, entonces se vuelve un círculo vicioso del que ya no salen, caen una vez al tutelar y al no tener donde más refugiarse, creen que ahí están bien y no es así”, comenta Rosana Raygadas criminología y socióloga de la UAM quien ha trabajado con estos jóvenes en conflicto con la autoridad.