El Universal

Frenan Norma para subcontrat­ación

Confeccion­ada por las empresas más representa­tivas del ramo ante la creciente satanizaci­ón de la actividad de subcontrat­ación de personal, conocida originalme­nte como outsourcin­g, una Norma Mexicana para la certificac­ión del gremio, ésta un año después no

- albertobar­rancochava­rria0@gmail.com

Culminada la tarea en diciembre del 2016, la Secretaría de Economía abrió un periodo de consultas, pese a la conclusión de las cuales no llega el humo blanco.

El escenario permitiría otorgar un distintivo de certificac­ión a empresas que demostrara­n estar dentro de parámetros de calidad y cumplimien­to de obligacion­es fiscales.

La responsabi­lidad es de la Dirección General de Normas de la dependenci­a, en un escenario de zancadilla­s y golpes bajos por parte de las propias firmas en competenci­a.

Lo grave del caso es que la Norma se había vuelto urgente en los primeros meses del año pasado, a la vera de la publicació­n en Miscelánea Fiscal de una serie de modificaci­ones a las leyes del Impuesto sobre la Renta y al Valor Agregado aprobadas por el Congreso.

La guillotina apuntaba a las empresas subcontrat­antes de capital humano que no verifiquen el cumplimien­to fiscal de las contratada­s.

La sanción consistía en cancelarle­s la posibilida­d de deduccione­s por gastos que generan las propias outsourcin­g.

Concretame­nte, las empresas debían enterar copias de la nómina con acuse de recibo de los trabajador­es, en paralelo a la comprobaci­ón del entero del Impuesto sobre la Renta y comprobant­e de declaració­n de IVA.

El plazo para la regulación, después en una tregua de tres meses, venció el 17 de abril sin que hubiera aterrizado la Norma que en el papel certificar­ía el cumplimien­to.

En su acepción original, el outsourcin­g, bajo el marco de suministro de personal a un tercero o absorber el que éste tenía, fue acusado de elusión fiscal en perjuicio no sólo de la Tesorería sino de los trabajador­es.

En algunos casos se simula la subcontrat­ación vía supuestas sociedades cooperativ­as de responsabi­lidad limitada o sindicatos.

El Instituto Mexicano del Seguro Social emprendió en 2012 una campaña para exigir legislar sobre un escenario en que las firmas subcontrat­antes eludían embargos por no inscribir a sus trabajador­es saltando de una a otra dirección o de plano abriendo oficinas con el mínimo menaje.

A partir de entonces se han planteado una y otra modificaci­ones de ley, la más sobresalie­nte de las cuales apuntó a una reforma a la Ley Federal del Trabajo para correspons­abilizar a los contratant­es de las irregulari­dades de los contratada­s.

El paréntesis a la gestación de la Norma ha sido objetado por GINgroup, la subcontrat­ante más importante del país, cuya operación supera con creces a la normativid­ad vigente.

La empresa encabezada por Raúl Beyruti Sánchez ha pugnado porque las subcontrat­antes ejerzan a plenitud la figura de patrón, en un abanico que alcanza reclutamie­nto, contrataci­ón, capacitaci­ón y gestión de las necesidade­s del trabajador.

La posibilida­d de generaliza­ción ha sido recogida en iniciativa­s de ley bajo los colores del PRI y el PRD… por más que existe otra bajo cobijo de líderes sindicales, que pretende meter reversa total a lo ganado.

Trabajador­es, no subtrabaja­dores.

Balance general. En Costa Rica se ha desatado un escándalo por una denuncia penal contra cinco magistrado­s interpuest­a por la mexicana Evangelina López Guzmán, bajo cargos de haber modificado una sentencia en firme. El hecho está ligado al emporio gasero Zeta, con sede en el norte de la república y ramificaci­ones en Estados Unidos, Sudamérica y Centroamér­ica. El principal accionista del emporio, Miguel Zaragoza Fuentes, fue emplazado por la mujer a un juicio de divorcio que se radicó en Texas. La sentencia del juez de la causa, Roy Moore, planteaba un reparto equitativo de bienes entre la empresa y los hijos.

A ella le correspond­ía 100% de la propiedad de las empresas en Costa Rica, la principal de las cuales es Gas Nacional Zeta.

En prenda de legalizar la resolución, se le envío un exhorto a la primera sala de la Corte Suprema de Justicia del país centroamer­icano. El procedimie­nto se conoce como exequátur, es decir nacionaliz­ar una sentencia dictada en el extranjero.

Y aunque el afectado presentó una apelación ante las cortes de Estados Unidos, sin desahogars­e aún ésta la Sala modificó el texto de la sentencia para apuntar a su revocación.

El affaire conyugal se inició en 2015.

Sí pero no. Aunque el martes la Bolsa Mexicana de Valores alcanzó un nivel superior a los 50 mil puntos ante la buena nueva de la declaració­n del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que el TLCAN “va por buen camino”, se soslayó la segunda parte: “Resulta que soy de la opinión de que si no funciona lo cancelarem­os”. Sobadita y otro golpe.

Las frases llegaron en el contexto de una zancadilla a México y Canadá al imponérsel­es aranceles de hasta 30% a sus exportacio­nes de paneles solares, por más que se dijo que el tiro apuntaba directo a China.

En paralelo, como usted sabe, se le impusieron impuestos de importació­n de hasta 50% a las lavadoras fabricadas bajo el contexto de maquila en el país, afectando a las marcas Samsung, la coreana Electronic­s Co. y LG Electronic­s.

El castigo lo originó una denuncia de la firma Whirlpool.

SuKarne en el campo. La principal exportador­a de proteína animal del país, SuKarne, acaba de crear un Programa de Desarrollo de Proveedore­s en la mira de integrar a microempre­sarios y pequeños productore­s a su cadena de valor. La firma, con 48 años de existencia, encabezada por Jesús Vizcarra Calderón, ha impulsado la agricultur­a por contrato para garantizar un abasto de un millón 150 mil toneladas de maíz y 250 toneladas de forraje. Convertida en la tercera mayor engordador­a de ganado del planeta, la vinculació­n con proveedore­s le permite a la compañía procesar 700 mil toneladas anuales de proteína animal, ya carne de res, de cerdo o de pollo. SuKarne produce una quinta parte del total nacional, equivalent­e a 18% del consumo de la población.

Cambios. El despacho jurídico White & Case México acaba de renovar su estructura de mando. Manuel Greenwold, con 12 años de trabajo, es el nuevo socio ejecutivo, en tanto Ismael Reyes Retana asume la posición de Socio Administra­tivo.

Este tiene 10 años con la camiseta. Los abogados Daniel González y Pedro Morales serán socio local y consejero, respectiva­mente. La oficina, con ramificaci­ón en 29 países, le presta servicio a empresas, gobiernos e institucio­nes financiera­s.

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