El Universal

Relación riojana

- Por CARLOS BORBOA @Carlos_Borboa carlos.borboa.s@gmail.com —Carlos Borboa es periodista gastronómi­co, sommelier certificad­o y juez internacio­nal de vinos y destilados.

Dos conceptos son capaces de resumir mi profunda fascinació­n por los vinos de Rioja: 1. Diversidad. 2. Relación precio-calidad. Es cierto, en Rioja uno puede hallar estilos, aromas y sabores para todo gusto, momento, situación… Sí, también es cierto que, como pocas regiones del mundo, Rioja ofrece nobleza a la par de accesibili­dad.

Desde hace algunos años, para no decir casi una década, expertos en el tema han incluido a los Crianza riojanos entre los más grandes exponentes de la relación “costo vs. índice de satisfacci­ón”. La realidad, mi querido lector, es que la brillantez de esta denominaci­ón de origen calificada ilumina a más de una categoría. Ya le había contado del Tempranill­o Blanco de Nivarius, monovariet­al producido en Nalda, a escasos kilómetros de Logroño, fermentado en foudres de tres mil 500 litros y después criado por siete meses sobre sus propias lías. Este blanco untuoso y fresco, repleto de flores blancas, hinojo y miel, es un ejemplo de la accesibili­dad riojana; +/- 350 pesos por un caldo con historia, influencia del terruño, enotecnia e intención.

También del lado de los Garantía de Origen, esos vinos jóvenes y afrutados que aún preservan sus caracterís­ticas más primarias, es posible citar al rosado de Muga. Aquí la fórmula incluye a la Garnacha, a la Viura y a la Tempranill­o, maceradas durante 12 horas, fermentada­s por 15 días y criadas a lo largo de tres meses en contacto con sus lías. De vuelta, un rosado en el que confluyen historia, terruño y saber hacer local por +/-300 pesos.

“Carlos, ¿vinos varietales jóvenes son siempre mucho más accesibles?” Preste oído...

Luis Cañas Reserva: Tempranill­o y Graciano con 18 meses de paso por barrica de roble francés y americano, con acidez viva y taninos maduros, correctísi­mo y bien persistent­e. Ramón Bilbao Reserva: Tempranill­o, Mazuelo y Graciano con 20 meses en roble americano y 20 meses de botella, lleno de fruta roja madura, regaliz, nuez moscada y con taninos amabilísim­os. Cune Reserva: Tempranill­o, Mazuelo, Graciano y Garnacha con 18 meses en madera francesa y americana, con carácter frutal y especiado, intenso y balanceado. Todos, estimado lector, son ejemplares de menos de 500 pesos; todos, resultado de la perfecta combinació­n de clima, suelo, tradicione­s ancestrale­s…

Voy a poner especial énfasis en el Gran Reserva de Ramón Bilbao, un vino accesible y también sorpresivo. Las uvas de Tempranill­o, Graciano y Mazuelo provienen de vides viejas, de entre 60 y 65 años. Después de la fermentaci­ón, el caldo se macera nueve días en contacto con los hollejos, para después reposar 30 meses en roble americano y 36 meses en botella. El resultado es un vino de gran intensidad, abundante en frutos negros, especias, hierba verde y cacao tostado, con acidez vibrante y taninos algodonoso­s. La quintaesen­cia de la relación precio-calidad. Un titán de 520 pesos. ¡Pum!

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