Susana Alexander no pierde ni la educación ni el buen humor.
Susana Alexander no pierde el buen humor, la educación ni la energía. A la conferencia para hablar de su obra Debería haber obispas, la actriz de 74 años llegó manejando y saludando desde su ventana a quienes la esperaban; sin borrar la sonrisa, respondió y hasta bromeó al no escuchar bien una de las preguntas, aludiendo a que la edad hacía de las suyas y estaba “un poco sorda”, por lo que ofreció disculpas y hasta pidió ayuda su colega para que le “tradujera” una pregunta que parecía estar en alemán, lo que provocó las risas de los asistentes.