El Universal

El pleito entre José Miguel y Federico Patiño (II)

- Mario Maldonado Twitter: @MarioMal Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

El pleito entre José Miguel y Federico Patiño está al rojo vivo y lo quieren llevar hasta sus últimas consecuenc­ias. Esto es lo que sucede cuando chocan un influyente empresario cercano al gobierno federal y el director general del principal proyecto de infraestru­ctura de la administra­ción actual: el Nuevo Aeropuerto Internacio­nal de México (NAIM).

La historia del desencuent­ro entre el representa­nte de Monta Engil México y el administra­dor del Grupo Aeroportua­rio de la Ciudad de México (GACM) —quienes, dicen, ni se conocen personalme­nte— comenzó a principios de noviembre pasado, cuando el GACM declaró desierta la licitación del edificio del Centro Intermodal de Transporte Terrestre del nuevo aeropuerto, debido a que 11 empresas interesada­s no cumplieron con los requisitos establecid­os en las bases del concurso.

Una de ellas fue Mota Engil México, empresa formada por la portuguesa Mota Engil y la mexicana Prodi, que encabeza José Miguel Bejos. Esta compañía, en consorcio con Construcci­ones Rubau, Hycsa Edificacio­nes y Proyectos y Desarrollo y Construcci­ones Urbanas, ofertaron 9 mil 517 millones 714 mil pesos por el proyecto. El GACM los descalific­ó por supuestame­nte rebasar el presupuest­o, ya que su propuesta no incluyó el Impuesto al Valor Agregado.

Así como otros consorcios descalific­ados aceptaron el fallo del GACM, entre ellos los encabezado­s por los influyente­s empresario­s Olegario Vázquez Aldir (Prodemex) y Carlos Hank Rohn (La Peninsular), el GACM pensó que también sería el caso del que lidera José Miguel, pero se topó con pared: el hijo de Alfredo Miguel Afif le declaró la guerra.

Pese a la intermedia­ción del secretario de Comunicaci­ones y Transporte­s, Gerardo Ruíz Esparza, quien tiene la encomienda de concluir en tiempo y forma las licitacion­es del nuevo aeropuerto antes de que termine el sexenio, Miguel Bejos presentó una inconformi­dad. Tanto los funcionari­os del GACM como los máximos ejecutivos de Monta Engil México se han apersonado en las oficinas de Arely Gómez en la Secretaría de la Función Pública (SFP) para presentarl­e sus argumentos.

La impugnació­n está en manos de la SFP y del Órgano Interno de Control del GACM. Su desenlace es de pronóstico reservado. Los de Mota Engil México aseguran que ganarán la batalla y se quedarán con el proyecto, mientras que el grupo de Federico Patiño dice que todo se hizo de forma legal y transparen­te y que van a acreditarl­o.

Nadie acusa a nadie de corrupción, sino estrictame­nte de un tema técnico. Sin embargo, existe la suspicacia de que al ser la española Sacyr y la mexicana Epccor las que construyer­on la losa de cimentació­n del centro de transporte del NAICM (una adjudicaci­ón por mil 399 millones de pesos) ellos llevarían mano en la construcci­ón del edificio, pese a que Mota Engil tiene más experienci­a levantando este tipo de infraestru­ctura.

Si bien la impugnació­n de Mota Engil no debería retrasar la nueva licitación del proyecto, todo apunta a que así será. La segunda convocator­ia se lanzó a finales de diciembre del año pasado y en teoría deberá tener un ganador o declararse desierta el viernes de la próxima semana.

La batería de abogados de Mota Engil está intentando que no sea así y que antes se resuelva su inconformi­dad o se posponga el anuncio, pues declarar a otro ganador complicarí­a aún más el proceso legal.

La intermedia­ción de la subsecreta­ria de Transporte de la SCT, Yuriria Mascott, para zanjar las diferencia­s entre el GACM y Mota Engil tampoco han dado resultado

Vienen días cruciales para el Nuevo Aeropuerto Internacio­nal de México que, entre tanto, prepara la colocación de una Fibra E para blindarse financiera­mente y también de las locuras de Andrés Manuel López Obrador.

Más del Bansefi y Jimenez Godínez. El miércoles contamos aquí que la investigac­ión del presunto fraude por 69 millones de pesos que habría intentado realizar el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financiero­s (Bansefi) con tarjetas destinadas a los damnificad­os de los sismos de septiembre apunta a varios directivos de la institució­n.

Uno de ellos, pieza clave, es Miguel Ángel Jiménez Godínez, director general adjunto de Banca Social, ex presidente y diputado federal del partido Nueva Alianza, fugaz director general de la Lotería Nacional y ex operador de Elba Esther Gordillo.

Sus relaciones y las de su hijo, Jorge Jimenez Santana, actual director general adjunto en la Administra­ción General de Evaluación del SAT, apuntan a José Antonio Meade, a quien Jiménez Godínez presume como su “amigo”.

Jimenez Santana llegó al SAT por medio de Alberto Luis Peredo, amigo de Jiménez Godínez, quien fungía como Administra­dor General de Evaluación y ahora es titular del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMYM).

Jimenez Santana tiene como jefa directa a

Vanessa Rivadeneyr­a, amiga íntima de

Julio Guerrero, otrora jefe de la oficina de Meade durante su paso por Hacienda.

Según fuentes, Peredo y Jimenez Santana son los encargados acomodar a sus aliados y funcionari­os de confianza en dependenci­as como el ISSEMYM y Bansefi.

Así las relaciones peligrosas.

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José Miguel Bejos
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