Máquina, entre azul y malas noches
Caixinha sigue sin mostrar algo diferente y no gana en casa; tiene una pobre cosecha en una semana de tres juegos
Puebla lo volvió a hacer. Volvió a amargarle la tarde a Cruz Azul en su casa, una casa que sigue estando maldita.
Con Pedro Caixinha, los cementeros no ganan en su estadio, no convencen y se alejan de situaciones de clasificación tras ganar dos de nueve puntos esta semana.
Empate a un gol que sabe a derrota, porque el tanto cayó en los minutos finales, como siempre le ocurre a los cementeros, llenos de desconfianza en defensa, poco manejo en medio campo y poca efectividad al frente.
Enrique Meza y Juan Reynoso, ex símbolos celestes, van de dos, dos... En Copa triunfo, en Liga empate. Saben cómo jugarle a su ex. Tiene 13 puntos y mira hacia arriba, ya no hacia el descenso.
El que aún no entiende que está en Cruz Azul es Caixinha, que sigue sin mostrar algo diferente, algo que haga valer su experiencia europea. Es un equipo llega poco, y cuando lo hace tiene mala suerte. Felipe Mora tuvo dos que él mismo se fabricó, pero antes ambas el poste y el portero Muñoz le impidieron celebrar. Tuvo que llegar Julio César Domínguez a dar esperanzas con ese cabezazo que por 86 minutos le dio el triunfo a los azules, hasta que llegó la distracción de siempre, una pelota que no debió botar cerca del área, un poblano que fue hasta lo último, lo que los azules no hicieron para que Francisco Acuña empatara.
La misma historia. El mismo verbo a utilizar.
La salida de Baca, por lesión,se entendió, no el ingreso de Walter Montoya que de diez pelotas que toca pierde once. Y lo peor, ceder la iniciativa tan temprano en el partido. El más grande pecado del portugués.
La Máquina no juega bien y tiene mala suerte y Puebla poco ahí va sumando, olvidando sus problemas en el infierno y acercándose al paraíso. Los cementeros suman de a uno y se aleja más de sus verdaderas aspiración. Caixinha dice estar preparado para todo, hasta para que le den las gracias.
La crisis en Cruz Azul se agrava, tanto que hasta el técnico ya lo reconoció, ahora falta que lo reconozca la directiva. Ocho puntos en ocho jornadas, muy poco para lo que queda de prosapia al equipo cementero... La gente ya grita Fuera Caixinha, y vuelve a recordar al Chaco Giménez.
•