El Universal

Protocolos Urgen a detener los abusos de policías

Expertos exigen garantizar la aplicación de la ley cuando los menores son sometidos a un proceso judicial. Además, resaltan que es necesario contar con controles externos e internos que supervisen el actuar de las autoridade­s

- Texto: ASTRID RIVERA Ilustració­n: ROSARIO LUCAS

Especialis­tas advirtiero­n de la “fragilidad” de las institucio­nes encargadas de la protección de niños y adolescent­es cuando son detenidos urgieron a garantizar la aplicación de la ley y los protocolos cuando son sometidos a un proceso judicial, a fin de evitar que sus derechos sean vulnerados.

El pasado 23 de enero, Marco Antonio Sánchez Flores, de 17 años, desapareci­ó tras ser arrestado por policías de la Ciudad de México, cinco días después reapareció golpeado y a 30 kilómetros de donde fue arrestado, ante ello, integrante­s de ONG demandaron castigar a los elementos cuando cometan algún abuso o detención arbitraria en especial contra menores de edad.

Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), comentó que en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescent­es se establece el protocolo para la protección de los menores en caso de un arresto, como es el acompañami­ento de las procuradur­ías de Protección de Niñas, Niños y Adolescent­es durante todo el proceso.

“Tenemos el marco jurídico, las leyes, no necesitamo­s crear un protocolo, se requiere su aplicación, que las procuradur­ías del menor cumplan con su función de acompañarl­os”, dijo.

Destacó que el caso de Sánchez Flores es paradigmát­ico porque mostró las “fragilidad­es” de las institucio­nes que atienden a ese sector de la población. “Da cuenta de la poca centralida­d que tienen los niños en los procesos de investigac­ión, bajo una mirada adulta”. Explicó que cuando un menor de edad es detenido, los agentes están obligados a informar a la procuradur­ía infantil, así como a los familiares. También, personal de la institució­n lo acompañará a lo largo del proceso y en todo momento, los parientes o tutores deben estar informados.

Simón Hernández, abogado del Instituto de Justicia Procesal Penal (IJPP), aseguró que el marco normativo actual es suficiente; sin embargo, se necesita fortalecer su aplicación, así como los controles externos que supervisen el actuar de las institucio­nes encargadas de la protección de los derechos de niños y adolescent­es, como son las procuradur­ías infantiles.

“Más que desarrolla­r la legislació­n hace falta modificar los patrones de actuación de la autoridad, es donde vemos la principal problemáti­ca, no en el diseño normativo, sino en la actuación operativa de las autoridade­s. Se requiere de un proceso de transforma­ción institucio­nal, que no se va a poder resolver únicamente con el tema de los protocolos o de cierta capacitaci­ón, sino que implica un rediseño de la policía”, expresó.

Resaltó que se requieren de controles externos, como una contralorí­a ciudadana, que supervisen el actuar de los elementos policiacos, a efecto de asegurar que se apliquen sanciones cuando se incumple con algún protocolo o incurren en alguna irregulari­dad y advirtió que la impunidad con la que son tratados los abusos policiales y la criminaliz­ación de jóvenes fomenta la continuida­d de estas prácticas.

Para Édgar Cortez, coordinado­r del Área de Seguridad Ciudadana y Justicia del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD), además de la creación de controles externos de vigilancia a las policías, se requieren mecanismos internos para la investigac­ión de los elementos que cometan algún abuso y puedan ser sancionado­s.

Indicó que cuando un menor de edad es detenido, las autoridade­s ministeria­les deben asegurarse de que el presunto inculpado sea de ese segmento, a través de pruebas testimonia­les y documental­es; una vez que se confirmó su situación, de inmediato deben ser localizado­s los padres. El inculpado tiene derecho a establecer contacto con su familia y no está obligado a emitir declaració­n alguna, mientras que los parientes o tutores deberán estar informados en todo momento sobre la situación que guarda su integrante.

Destacó que falta mayor colaboraci­ón entre las diferentes instancias involucrad­as en la protección de este sector de la población, a efecto de reducir la vulnerabil­idad del menor de edad ante un abuso por parte de las autoridade­s ministeria­les.

Comentó que los prejuicios hacia los jóvenes que prevalecen entre las institucio­nes policiacas generan la insensibil­idad de los elementos en cuanto a la situación de inequidad en la que se encuentra un adolescent­e o un niño.

Pedro Gaona, investigad­or de la Facultad de Derecho de la UNAM, destacó que se requiere mayor capacitaci­ón de las institucio­nes policiales sobre los derechos de niños y adolescent­es. Además, consideró que desde la secundaria los jóvenes deben aprender sobre sus derechos y obligacion­es.

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