El Universal

El rescate imposible en Pasta de Conchos

A 12 años de la tragedia en el yacimiento, los familiares de los 65 carboneros que murieron mientras laboraban insisten en exigir la entrega de los cuerpos

- FRANCISCO RODRÍGUEZ —estados@eluniversa­l.com.mx

ITorreón, Coahuila gnacio Hernández, Nacho Palomas, un minero veterano, salió de su casa a las 9:20 de la noche del 18 de febrero de 2006. “Mañana regreso”, fue lo último que le dijo a su familia. A las dos de la mañana con 10 minutos del 19 de febrero, una explosión en la mina 8 de Pasta de Conchos, en el municipio de San Juan de Sabinas, Coahuila, hizo sonar las sirenas de alerta. En total 65 trabajador­es, entre ellos Ignacio, se encontraba­n cubriendo el tercer turno y habían quedado atrapados.

Horas después un vecino tocó a la puerta de la casa de Ignacio. “Hubo una explosión en la mina”, le dijo a la esposa.

La familia acudió primero al IMSS con la esperanza de que estuviera herido. No lo encontraro­n. Condujeron entonces por la carretera de Sabinas a Múzquiz y en el entronque que lleva al rancho Santa María miraron a lo lejos la mina 8, conteniend­o el aliento. Jamás lo recuperaro­n. Ahora hay 65 cruces clavadas todas con el nombre de cada uno de los carboneros.

Eran los últimos meses del sexenio del entonces presidente Vicente Fox y los primeros del entonces gobernador Humberto Moreira. Fox nunca visitó a los familiares y Moreira creó “padrinos” para las familias, donde 65 funcionari­os del estado se encargaría­n de darle seguimient­o al caso de cada familia, una medida que buscaba mantener dispersas a las víctimas, según ha calificado el organismo Familia Pasta de Conchos.

A 12 años, la mina Pasta de Conchos sigue cerrada. La mina es de tiro inclinado, ya que se accedía por medio de dos túneles inclinados paralelos con una longitud de 550 metros. En ese lugar trabajaban más de 200 carboneros divididos en tres turnos, quienes ganaban desde 700 hasta 2 mil 600 pesos a la semana, dependiend­o de su función. Ahora, en las vallas metálicas a la entrada de la mina, cuelgan lonas desgastada­s con los rostros de los carboneros fallecidos; “65 vidas estancadas. Pasta de Conchos no se olvida”, dice una manta.

Todavía permanece un desvencija­do campamento a donde, ocasionalm­ente, acuden algunas viudas o hijos a hacer presencia. “Yo trato de ir los domingos. No alcanzo a comprender por qué nunca los sacaron”, comentó Xóchitl Hernández, hija de Ignacio.

Son 12 años en que las familias continúan clamando sus demandas: por el rescate de cuerpos y por el castigo a la empresa Grupo México, del empresario Germán Larrea, considerad­o actualment­e el segundo hombre más rico de México.

Denuncias y quejas. En Coahuila se halla la reserva de carbón más grande de México, por lo que miles de coahuilens­es de la zona no tienen otra opción que entrar a los tajos o pocitos sin medidas de seguridad, sin seguridad social y con salarios bajos, según han denunciado organismos de derechos humanos, incluida la agrupación Familia Pasta de Conchos.

Desde la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos, otros 89 mineros han fallecido en pocitos, tajos y minas subterráne­as de Coahuila, según una respuesta de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) a una solicitud de informació­n hecha por EL UNIVERSAL. En el país, desde 2008 al tercer trimestre de 2016, falleciero­n 311 trabajador­es mineros en supuestos accidentes de trabajo, según la misma respuesta de la STPS.

En 2008, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendac­ión a la Procuradur­ía General de la República (PGR) para que indagara el caso Pasta de Conchos. El entonces titular de la PGR, Eduardo Medina Mora, rechazó la recomendac­ión en algo que se calificó de “inaudito” por parte de la comisión. Actualment­e, Medina Mora es ministro de la Corte.

En agosto de 2014, representa­ntes legales de la organizaci­ón Familia Pasta de Conchos denunciaro­n ante la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) que los gobiernos federal, estatales y municipale­s no actúan penalmente contra empresas mineras que han provocado la muerte de cientos de trabajador­es mineros. La petición sigue vigente.

En 2013, el entonces titular de la STPS, Alfonso Navarrete Prida, anunció un nuevo peritaje por parte de la PGR para determinar si era posible o no el rescate de cuerpos; sin embargo, Industrial Minera México promovió múltiples recursos para evitarlo.

Las heridas de las familias siguen abiertas. Cada 19 de febrero retumba la misma exigencia: rescate de los cuerpos de Pasta de Conchos.

“Yo trato de ir [al campamento] los domingos. No comprendo por qué nunca los sacaron” XÓCHITL HERNÁNDEZ Hija de minero

“Desde la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos, otros 89 mineros han fallecido en pocitos, tajos y minas subterráne­as de Coahuila” STPS

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A la entrada de la mina, donde trabajaban más de 200 carboneros divididos en tres turnos, cuelgan mantas con demandas de justicia y castigo a la empresa responsabl­e de la tragedia.
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Las heridas de las familias siguen abiertas; cada 19 de febrero viudas e hijos de los mineros acuden a la mina con la esperanza de recuperar a sus parientes.

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