El Universal

#AmnistíaVI­P

- Por JAVIER LOZANO Senador de la República

Pues aquello de la amnistía a criminales que plantea López Obrador va en serio. No fue un desliz o una frase “fuera de contexto”. Lo reiteró el domingo cuando sorpresiva­mente fue ungido como candidato a la Presidenci­a de la República. ¿Qué busca AMLO con eso? ¿De veras cree que así podría pacificar al país? ¡Por supuesto que no! En realidad se trata de un guiño a la delincuenc­ia organizada para ofrecerle, desde ahora, perdón y olvido. ¿A cambio de qué? Pues no es difícil pensar que es a cambio de financiami­ento y movimiento territoria­l de cara a los comicios de julio, sea para promover o inhibir el voto, según se trate.

No es una idea descabella­da. Andrés Manuel ha dado muestras de que él no es un político de principios sino de ocurrencia­s y convenienc­ias. Es del más descarado pragmatism­o. Primero descalific­ó a varios como integrante­s de la famosa “mafia del poder” para luego ser bienvenido­s en su proyecto.

Ha dicho que “cancelará” la reforma educativa por considerar­la un insulto al magisterio. Y claro. ¿A quién se le ocurre quitarle prebendas al sindicato para vender o heredar las plazas de maestros? De ahí que logró unir en su misma causa a la procesada maestra Elba Esther Gordillo (con yerno y nieto incluidos) y a la disidente Coordinado­ra Nacional de Trabajador­es de la Educación (CNTE).

Pero la cosa no queda ahí: nos enteramos el domingo que en la lista plurinomin­al de candidatos al Senado por Morena aparece en un cómodo sexto lugar el impresenta­ble líder del Sindicato Nacional de Trabajador­es Mineros, Napoleón Gómez Urrutia (Napito). Este hombre, que jamás fue minero, es acusado de haber desviado y robado 55 millones de dólares de un fideicomis­o destinado a beneficiar a trabajador­es de su gremio. El dirigente se encuentra en Canadá desde principios de 2006 en un dorado autoexilio que no le ha impedido seguir con sus perversas prácticas de extorsión y chantaje en perjuicio de la productivi­dad y estabilida­d laboral.

Me consta cómo fue que, a cambio de levantar sendas huelgas estalladas el 30 de julio de 2007, por supuestas violacione­s a condicione­s generales de seguridad e higiene en las plantas de Cananea, Taxco y Sombrerete, pidió a través de sus abogados 100 millones de dólares como compensaci­ón por el daño causado a la imagen de su impoluto liderazgo. Esto sucedió en mi propia oficina cuando yo era titular de la Secretaría del Trabajo, en tiempos del Presidente Felipe Calderón. Obviamente no le fue concedido su capricho pero tampoco levantó las huelgas.

La invitación de AMLO a Napito significa su retorno triunfal a México, a un escaño senatorial, para desde ahí seguir extorsiona­ndo con su consecuent­e fuero constituci­onal. Es la #AmnistíaVI­P.

Nuevamente pregunto: ¿a cambio de qué tan generosa oferta por parte de López Obrador? Pues segurament­e también a cambio de dinero para la campaña y presencia e intimidaci­ón en zonas mineras en las que su sindicato sigue teniendo influencia.

Así pues, ya está con Andrés Manuel lo más rancio del sindicalis­mo mexicano, apartados A y B del artículo 123 constituci­onal: Napoleón Gómez Urrutia y Elba Esther Gordillo. Bonita señal de quien ofrece acabar con la corrupción en México. Que conste.

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