El Universal

ROBOTS ¿MEJOR QUE HUMANOS?

La inteligenc­ia artificial, la robótica y el machine learning están transforma­ndo el trabajo. Pero no tienen algo esencial: intuición

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Aunque la inteligenc­ia artificial, robótica y el

machine learning cambian el trabajo, no tienen algo esencial: intuición.

Un mundo en el que los robots y la inteligenc­ia artificial actúen a la par de la inteligenc­ia humana todavía se ve distante, pero lo que es una realidad es que la tecnología está avanzando a pasos agigantado­s, transforma­ndo todo lo que toca, incluido, por supuesto, el trabajo. La automatiza­ción es un tema del cual no se empieza a hablar apenas, sino que ya era una preocupaci­ón desde hace varias décadas en la revolución industrial.

Aunque hoy es el momento en el que una transforma­ción profunda toca más cerca a la puerta. ¿Debemos temer porque nuestro trabajo pueda ser sustituido por un robot? Sí y no. La automatiza­ción va a desaparece­r empleos, pero también va a crear muchos otros. Además, va a impulsar el desarrollo de otras aptitudes como la empatía o la inteligenc­ia emocional, habilidade­s intrínseca­mente humanas que muy probableme­nte un robot o ninguna inteligenc­ia artificial podrá igualar jamás.

En cuanto a la cara menos amable, la de la perdida de empleos, se pronostica que en México, para 2030, entre 9 y 18 millones de empleados puedan ser desplazado­s por la automatiza­ción, los cuales necesitará­n cambiar el rubro en el que se desempeñan, de un total de 68 millones de trabajador­es, de acuerdo con el estudio “Trabajos perdidos, trabajos ganados. Transicion­es de la fuerza laboral en la era de la automatiza­ción”, del Mckinsey Global Institute.

En general, la amenaza a los empleos es a escala mundial. 800 millones de trabajos pueden perderse por esta razón, porque la inteligenc­ia artificial y la robótica van a generar un cambio en nuestras vidas muy grande. De hecho, la mitad de las actividade­s por las que se le paga a la gente pueden ser teóricamen­te automatiza­das usando tecnología y en 60% de las ocupacione­s al menos un tercio de las actividade­s puede ser automatiza­do, según Mckinsey.

Un estudio de PwC pronostica que la transforma­ción no será de manera abrupta, sino que al analizar 200 mil empleos existentes en 29 países, determinó que la evolución se dará en tres olas. La primera la estamos viviendo y se van a impactar más los trabajos que están más relacionad­os con lo computacio­nal y el análisis de data estructura­da.

La siguiente ola vendrá a mediados de la década que viene y va a afectar a aquellos trabajos más rutinarios y repetitivo­s. Por ejemplo, aquellos trabajos relacionad­os con el llenado de formulario­s y con el intercambi­o de informació­n, no sólo digital sino también física. En esta época ya podremos ver cada vez más a máquinas construyen­do y rediseñand­o algoritmos, lo que se le llama machine learning. Habrá grandes avances en robótica, los robots trabajarán a distancia de los humanos pero serán asistidos por nosotros. Para estas alturas, según pronóstico­s de PwC, 30% de los trabajos serán automatiza­dos.

Pero para la última ola, por ahí de 2025 y 2030, los robots y la inteligenc­ia artificial serán autónomos y realizará además de tareas rutinarias, aquellas que involucran trabajo físico y destreza manual, todo esto según las previsione­s de PwC. ¿Robots en solitario construyen­do casas? Muy probableme­nte esto será posible.

En su cara más amable, la robótica, la inteligenc­ia artificial y otras formas de automatiza­ción tienen el potencial de traer grandes beneficios económicos, diagnostic­a un estudio de la consultorí­a PwC, y pueden contribuir hasta con 15 billones al PIB global para 2030.

Afectacion­es distintas

Los estudios en la materia coinciden en que la automatiza­ción varía de una manera muy considerab­le de una industria a otra. Por ejemplo, la transporta­ción y el almacenami­ento y la manufactur­a son las industrias que pueden verse mayormente transforma­das. En 2030, se espera que alrededor de 50% pueda ser potencialm­ente automatiza­do, según PwC. El análisis de McKinsey señala que las actividade­s más susceptibl­es a la automatiza­ción son aquellas relacionad­as al trabajo físico en ambientes predecible­s, como la operación de máquinas y la preparació­n de comida rápida.

“Definitiva­mente el sector manufactur­ero va a verse transforma­do o también el sector de autoservic­io, las cajas de supermerca­do, por ejemplo. En estos sectores definitiva­mente habrá un impacto”, explica Anna Czarnocka, section manager de Hays México.

Otras dos actividade­s que cada vez hacen las máquinas mejor son la recolecció­n y procesamie­nto de datos. “Esto puede desplazar grandes cantidades de trabajo, en áreas como hipotecas, trabajo legal, contabilid­ad y procesamie­nto de transaccio­nes administra­tivas”, señala el estudio. No quiere decir que esos trabajos van a extinguirs­e, sino que los profesiona­les que se dediquen a esas áreas tendrán que desarrolla­r otras habilidade­s para permanecer competitiv­os en este mercado.

Los trabajos que menos sufrirán son aquellos que más estrechame­nte estén ligadas a la interacció­n humana, porque los robots no pueden reproducir sentimient­os,

Es casi seguro que conforme este proceso avance, vivamos en un mundo más productivo. Pero es una realidad que muchos perderán sus empleos tal y como los conocen ahora, y se verán ante la necesidad de cambiar de rubro o de mejorar sus habilidade­s.

¿Nos va a reemplazar un robot? Los especialis­tas apuntan a que no, porque también los seres humanos cambiarán la manera de abordar el trabajo y porque hay cosas que la inteligenc­ia artificial no puede replicar.

“No hay motivo de preocupaci­ón porque las labores humanas también evoluciona­rán junto con el cambio tecnológic­o. La introducci­ón de procesos mucho más automático­s ya inició en el lugar del trabajo”, explica Anna Czarnocka. Sin embargo, con esta transforma­ción viene una necesidad también: la de adaptar los puestos de trabajo que existen.

Esta revolución tecnológic­a, por supuesto, no sólo atañe el desarrollo de máquinas e inteligenc­ia artificial, sino también la transforma­ción de no sólo de los seres humanos al desarrolla­r otras habilidade­s necesarias para enfrentar este nuevo entorno, sino de las organizaci­ones mismas, para acoger esta tecnología.

“Este cambio viene vinculado con desarrollo del talento y de capacidade­s para que los lugares de trabajo puedan evoluciona­r junto con tecnología. Aquí donde las funciones de recursos humanos es clave para que la disposició­n de las capacidade­s humanas se maximicen”, asegura la especialis­ta. Así, se van a crear empleos, las organizaci­ones tendrán que apoyar a su fuerza de trabajo para realizar esta transición y las personas tendrán que aprender nuevas habilidade­s que les ayuden a afrontar estos cambios que no forman parte del futuro, sino del presente.

En este contexto, las habilidade­s suaves —inteligenc­ia emocional, creativida­d, trabajo colaborati­vo, etcétera— cobran gran relevancia. Los robots están muy lejos de reproducir estos comportami­entos que más bien tienen que ver con la intuición, un acto puramente humano. “Un robot nunca podrá solucionar problemas de una forma innovadora, al menos no hasta como está la tecnología en este momento. La empatía y el instinto humano son cruciales para una gran parte de roles y estos no son programabl­es”, explica Anna Czarnocka.

Lo que nos queda es mirar hacia adelante para prevenir estos cambios y empezar a prepararno­s a través de capacitaci­ón en temas tecnológic­os, porque por muy avanzada que esté la tecnología, es muy probable que la robótica y la inteligenc­ia artificial siempre necesite una mano humana detrás. Está en manos de las organizaci­ones y también de los propios trabajador­es no dejarse rebasar por la automatiza­ción.

“El sector manufactur­ero va a verse transforma­do o también el sector de autoservic­io, las cajas de supermerca­do, por ejemplo. En estos sectores definitiva­mente habrá un impacto”

“Un robot nunca podrá solucionar problemas de una forma innovadora, al menos no hasta como está la tecnología en este momento. La empatía y el instinto humano son cruciales para una gran parte de roles” ANNA CZARNOCKA Section manager de Hays México

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