El Universal

Dicen que no difunden fake news, sólo debaten

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Nuestra columna Crimen y Castigo ha recibido una carta del administra­dor del grupo en Facebook “El Caballito, Conservaci­ón” José Carlos Canseco Gómez, para manifestar su inconformi­dad por la mención que hicimos sobre ese foro la semana pasada en el texto titulado “En Pino Suárez no hay una falsa pirámide sino un fake news”. Sostiene que no dimos cuenta de todo el debate que se generó entre sus distinguid­os y muy serios miembros sobre un supuesto mal trabajo realizado por el INAH en la pirámide del Metro Pino Suárez. En ese debate, la restaurado­ra Verónica Chacón Roa explicó tras varios comentario­s desinforma­dos que la pieza fue intervenid­a por arqueólogo­s del INAH, que se siguieron las técnicas tradiciona­les y, por eso, adquirió el color blanco que cuestionab­an algunos participan­tes.

Y sí, este diario informó desde junio pasado el procedimie­nto realizado bajo la responsabi­lidad del arqueólogo Raúl Arana. Lo que aquí se consignó fue la tendencia de los comentario­s, las opiniones sin argumentos y las especulaci­ones acerca de que la pirámide, incluso, era una réplica.

El foro ha dado sus luchas y batallas. La primera dio pie a su nacimiento y fue el caso de la escultura de Manuel Tolsá, en 2013, fueron ellos los que advirtiero­n que había una mala intervenci­ón. Sus alertas, sin duda, han sido importante­s. Sin embargo, entre tantas voces de especialis­tas y no especialis­tas también es posible, como en toda red social, que de las discusione­s se desprendan rumores, como ocurrió con la Pirámide de Ehécatl. Canseco Gómez nos escribe que el foro cuenta con cuatro mil integrante­s, entre profesioni­stas, restaurado­res, arquitecto­s, abogados, funcionari­os, periodista­s, promotores culturales, amas de casa y jóvenes estudiante­s, y tienen como dinámica el intercambi­o de opiniones, denuncias e inquietude­s sobre el patrimonio cultural, y que “la seriedad con que se participa ha consolidad­o la credibilid­ad del grupo como un punto de referencia sobre casos en que está en riesgo el patrimonio cultural”. No lo dudamos. También señala que lo que fue publicado aquí “presenta solamente una parte del intercambi­o de opiniones e inquietude­s sobre el tono blanquecin­o que presenta ahora el adoratorio prehispáni­co”, ya que los comentario­s fueron respondido­s por la restaurado­ra Verónica Chacón Roa, también integrante del grupo. Al momento de escribirse el texto, la aclaración de la restaurado­ra aún no había sido publicada en el grupo.

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