El Universal

SE SALVA, PERO PIERDE A FAMILIA

Denya se siente muerta en vida, al fallecer sus padres y hermana tras la caída de helicópter­o.

- LIZBETH FLORES Enviada —oaxaca@eluniversa­l.com.mx

••• Santiago Jamiltepec, Oax.— Aunque Denya Zárate González sobrevivió a la caída del helicópter­o militar, sus días son de muerte en vida, puesto que su madre, padre y su hermana de cinco años, no lo lograron.

La adolescent­e de 14 años se desgarra en llanto. Además del sufrimient­o de perder a casi toda su familia, la destroza aún más no saber sobre la salud de su hermano, de seis años.

Lo único que sabe de Didian, es que perdió sus piernas, que a su edad no podrá volver a jugar futbol ni competir en torneos.

“Estaba viendo las estrellas cuando esa cosa pasó, ya nos íbamos a dormir”, cuenta Denya sobre el accidente ocurrido en el terreno de la colonia Aviación.

Ese viernes, a las 22:30 horas, el helicópter­o que transporta­ba al secretario de Gobernació­n, Alfonso Navarrete, y al gobernador Alejandro Murat, cayó sobre pobladores de Jamiltepec que se refugiaban de las réplicas del sismo de 7.2 que golpeó la región de Pinotepa Nacional. El saldo fue de 13 muertos.

Los días pasan y Denya no acepta que su familia se destruyera de esa manera, cuando lo único que buscaban era ponerse a salvo

Afuera de su hogar, Denya llora. Dice que no sabe cómo saldrá adelante sin padres y hermana, y que el único motivo para seguir en pie es su hermano Didian.

“Mi hermanito, por él voy a salir adelante, para que mi mamá donde quiera que esté se sienta orgullosa de mí”, afirma.

En su dolor, la acompaña Joselyn, de 18 años, su prima, quien también sobrevivió a la tragedia, y tampoco encuentra consuelo: “Se murió toda mi familia, mis tíos, mi prima, yo salí corriendo, no puedo explicar cómo”.

Joselyn apenas camina. El accidente le dejó heridas en sus pies y necesita muletas, pero no puede adquirirla­s.

La noche del viernes, cuando habían instalado un campamento para protegerse de los sismos, ella se encontraba con su madre, Cecilia González Flores, quien también pudo salir con vida, pero se siente despedazad­a por haber perdido a sus hermanas, sobrinas y cuñados.

La mujer de 50 años explica que desde el accidente vive atemorizad­a, “no puedo escuchar el ruido de un helicópter­o porque siento que ya se me cae encima”.

Cecilia cuenta que no entiende cómo es que sobrevivió, “ahí estábamos pero corrimos nosotros”.

La madre de Cecilia, y abuela de Joselyn, Victoria Flores, es la cuarta mujer que salió con vida del colapso. Con 65 años, Victoria es la cara doliente de esta tragedia porque el helicópter­o le arrebató a dos hijas, dos yernos y cuatro nietos, uno de ellos de cuatro meses.

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